Apostillas del 20 de junio

Una multitud esperó y vitoreó al presidente

 Rosarinas, rosarinos y visitantes de otros puntos del país se congregaron al pie del Monumento. Hubo aplausos antes, durante y después del acto y silbatina cuando habló el intendente de la ciudad. Antes de irse en helicóptero, Milei se acercó a saludar a los presentes.


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 Más de 10 mil personas llegadas desde distintos barrios de Rosario, ciudades vecinas y de pueblos y ciudades de otros puntos del país llegaron este jueves 20 hasta el Monumento a la Bandera, para participar del primer acto como presidente de Javier Milei.


Así lo expresaron varios de los consultados por este diario. "Vinimos desde Victoria. Estamos desde las 6:30 acá para estar en la primera fila y saludar al presidente". Eso contaba una familia bien temprano, poco después de las 8, sobre calle Córdoba, a la derecha del escenario. “Quiero darle mi apoyo a Milei. Nunca vine al acto del 20 de junio, vine por él”, dijo otra persona, oriunda de El Trébol. “Estoy muy feliz, es un momento muy importante para el país y hay que darle todo el apoyo posible”, apuntó una señora, recién llegada desde Pergamino.


"Vinimos a ver al presidente"; "vinimos al acto y nos vamos", dijeron otras personas llegadas desde Santa Fe, Venado Tuerto y Carcarañá.


Un gran operativo de seguridad estaba dispuesto desde muy temprano. Integrantes de distintas fuerzas de seguridad estaban apostados sobre varias calles de la costa central y en diferentes sectores del Parque a la Bandera.


Según habían anunciado voceros del municipio y del gobierno provincial, el acto debía iniciarse a las 9. Con el correr de los minutos, se escuchaban aplausos y “Viva la Patria” desde distintos sectores.


Cuando el reloj marcaba las 10, con poco más de una hora de retraso, el presidente Javier Milei llegó al Monumento –donde fue saludado por miles de personas que se acercaron a verlo– para encabezar el acto oficial por el 204 aniversario del fallecimiento de Manuel Belgrano.


"Vamos Milei"; "Milei querido, el pueblo está contigo"; "Aguante la libertad, carajo" y "Viva la patria", fueron algunas de las primeras frases escuchadas desde distintos sectores.

Javkin jugó de visitante


El acto protocolar fue corto. El primero en hablar fue el intendente rosarino, Pablo Javkin, quien fue silbado por muchos de los presentes, cuando fue nombrado por el locutor oficial, en el comienzo de su alocución y a medida que iba avanzando en la lectura de su discurso.


“Rosario es una ciudad que busca paz y respeto”, comenzó diciendo, lo que derivó en los primeros silbidos. “Rosario se hizo gracias al sueño de grandeza de vecinos y vecinas, resistiendo pestes, incendios y saqueos. Muchas veces peleó sola y supo levantarse gracias a los genes de tozudez de sus habitantes”, agregó.


“La principal preocupación de una persona de bien es la seguridad, es poder caminar en libertad. ¿Por qué ahora sí algo está cambiando? Hay cambios, porque después de años en los que se permitió un home office del delito en las cárceles por fin se aísla a los delincuentes y que paguen por todo el daño que hicieron. Luego de años de ausencia, por fin vemos las luces de patrulleros de fuerzas federales”, continuó diciendo. Eso hizo que se volvieran a escuchar silbidos y cánticos a favor de la ministra de Seguridad de la Nación.


“Rosario nunca fue capital, y muchas veces fue subestimada, pero se propuso ser pujante y lo logró. Bienvenidos a la ciudad que nunca se rinde, que pelea por un federalismo real dando siempre lo que tiene”, sostuvo Javkin.

Pullaro pidió mirar al interior productivo


Algo similar ocurrió cuando habló el gobernador Maximiliano Pullaro, aunque en menor tono.


El titular de la Casa Gris destacó la presencia del presidente en “un acto que ha sido ninguneado y politizado durante muchos años”.


Y agregó: “Esta ciudad que amamos vive desde hace mucho tiempo días difíciles, pero con mucha prudencia hoy podemos decir que se empieza a ver que algo está cambiando y es muy importante, porque la principal preocupación de cualquier persona de bien que vive en esta ciudad, es la seguridad, es poder caminar en libertad”, en clara sintonía con lo que minutos antes había mencionado Javkin.


Y luego de agradecer la gestión de los ministros del Seguridad y de Justicia por su accionar “cuando las mafias narcos buscaron desestabilizar el orden constitucional en Santa Fe”, sostuvo que desde el gobierno santafesino se estaba “poniendo orden en la cárcel y en la calle, los tres poderes juntos: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En Rosario y en la provincia de Santa Fe, somos un pueblo que quiere vivir en paz”, lo que motivó nuevos silbidos desde distintos sectores de la multitud.


Y antes de finalizar (citando varios párrafos del preámbulo de la Constitución), le pidió al presidente Milei que “mire al interior productivo” y recalcó que “Santa Fe es el campo, la industria, el comercio, pero también son nuestras universidades y el conocimiento los que necesita el país para salir adelante”.


“Belgrano decía que no hay Nación que pueda sostenerse y engrandecerse sin unión. Por eso acá estamos, siempre dispuestos a dialogar, a escuchar, a unirnos”, terminó diciendo.

Un león para el león


Finalmente, fue el turno del presidente Javier Milei. Cuando se bajó del auto, a pocos metros del mástil mayor del Monumento, recibió de manos del intendente Javkin dos obsequios, una réplica de la figura de Manuel Belgrano, similar a la que está en el Monumento y otra de un león, que simboliza una de las dos estatuas que están a cada costado de las puertas de ingreso al Palacio Municipal.


Acompañado por la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel; su hermana, Karina Milei; los ministros Guillermo Francos (jefe de Gabinete) Patricia Bullrich (Seguridad), Mario Russo (Salud), Luis Petri (Defensa), Mariano Cúneo Libarona (Justicia) y Sandra Pettovello (Capital Humano) y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, entre otros, el presidente subió al escenario entre gritos y aplausos de la multitud.


En su breve discurso, el presidente destacó la figura de Manuel Belgrano y reivindicó su rebeldía señalando que "le importó un rábano las órdenes de la élite porteña" en rechazo a la bandera que había creado en la costa rosarina.


“La libertad no pide permiso, se impone, no se esperan órdenes de ningún burócrata que especula con qué conviene y qué no. La libertad es el instinto innato de cualquier argentino. La libertad es ineludible por más que unos pocos se resistan o la quieran contener", resaltó.


“Volvamos a ocupar el rol que alguna vez supimos conseguir y escribamos un capitulo nuevo en la historia del progreso argentino. Es fundamental que quienes compartimos la causa de la libertad depongamos las anteojeras partidarias y trabajemos juntos para que Argentina vuelva a ser potencia mundial", remarcó Milei, lo que desató una seguidilla de aplausos y gritos de entusiasmo.


Y tras resaltar el avance de la Ley Bases y el paquete fiscal en el Congreso y convocar a toda la ciudadanía, “a que nos encontremos la noche del 9 de julio en Tucumán para firmar el Pacto de Mayo y empecemos juntos a dar vuelta la página de nuestra historia", cerró su discurso con "Viva la libertad, carajo" y "Viva la patria", lo que derivó en múltiples muestras de apoyo, a través de gritos y aplausos.


Luego de saludar a muchas de las autoridades presentes, fue llevado en auto hasta el helipuerto de Prefectura (ubicado a menos de 500 metros), donde antes de partir con destino a Buenos Aires se acercó a saludar a las decenas de personas que estaban esperándolo.


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