A puertas abiertas, así vivieron el receso los comerciantes de la ciudad. Tiendas, supermercados y bares trabajaron en horarios normales.
La necesidad de repuntar las ventas que durante el primer semestre de 2024 sufrieron caídas estrepitosas en todo el ecosistema comercial llevó al sector a posicionarse de una manera proactiva frente al feriado patrio de jueves y viernes en la Perla del Norte.
La postal del viernes a la tarde fue la de un día normal, con locales de puertas abiertas y con los ya clásicos pizarrones garabateados con estilo y ofertas de temporada en las veredas. El jueves, el Día de la Bandera, la actividad fue un tanto menor por los actos alusivos que tuvieron lugar en toda la región.
Tiendas, supermercados y bares trabajaron en horarios normales de días hábiles y lideraron esta nueva realidad; los siguieron rubros tan disímiles como los de librería o de ventas de automotores.
“Nos quedamos con las camperas para el Día del Padre, los maniquíes de las vidrieras transpiraban del calor que hizo”, bromeó un encargado de un outlet del centro, que no dudó en abrir: “Ya se sabe que el feriado de paga doble a los empleados, pero hubo que tomar la decisión de atender al público para tratar de recuperar las ventas de invierno que no se pudieron hacer por el clima que nos tocó”.
“Hablé con los colegas de la cuadra para ver qué hacían y todos me dijeron que iban a abrir, así que abrimos y trabajamos normal”, contó el propietario de una reconocida concesionaria de Bulevar Hipólito Irigoyen, denominación de la travesía urbana de la Ruta 11 por la ciudad.
También los locales de cercanía, tales como quioscos y despensas y carnicerías de barrio tomaron el receso como jornadas laborales habituales. Cafés de la zona céntrica y pubs y restaurantes atendieron a mesas llenas a los comensales de turno.
Pudo apreciarse, además, la afluencia de turistas de la región que identifican a Reconquista como el gran polo comercial del norte. A media tarde del viernes el deambular de personas por las zonas del microcentro y del casco histórico fue incesante. Ayudó a delinear una oferta con colorido extra la presencia de decenas de artesanos en la plaza central.
Con una economía en recesión, para los comerciantes locales no quedó otra que apechugar y laburar sin pausa, “hacer patria” que le dicen.