Una importante concurrencia se registró en el primer Congreso de Gestión Cultural Internacional, que se realizó en Rosario. Hubo participantes de Mar del Plata, Córdoba, Buenos Aires, Chaco, pero también de países como España, Chile y Colombia.
La semana pasada transcurrió el 1° Congreso de Gestión Cultural Internacional en la ciudad cuna de la bandera, y el frío no amedrentó a nadie. Transcurrió con una asistencia rotunda de 400 inscriptos y ponencias estalladas de alumnos y de personas relacionadas a la gestión cultural, que compartieron sus experiencias desde Mar del Plata, Córdoba, Buenos Aires, Chaco, pero también desde países como España, Chile y Colombia.
Con el título “Gestión Cultural: dilemas y desafíos en tiempos de incertidumbre”, el congreso se realizó del miércoles al viernes, organizado por la Escuela de Gestión Cultural y la Secretaría Estudiantil de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR, junto con el Centro Cultural Parque de España. Y se realizó en paralelo al III Encuentro de Editoriales Independientes y Universitarias, en una clara asociatividad en tiempos de crisis y reciprocidad de público interesado.
El congreso se realizó del miércoles al viernes, organizado por la Escuela de Gestión Cultural y la Secretaría Estudiantil de la Facultad de Humanidades y Artes.Foto: gentileza Facultad de Humanidades y Artes
“Fue una alegría ver la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario llena de gente, de jóvenes entusiasmados, y en un ambiente de mucho interés en el quehacer de la gestión cultural, donde incluso hubo interés de diversos sectores políticos, y asistencia de todo el país”, aseguró aún sin salir del asombro Marcela Valdata, directora de la Escuela de Gestión Cultural de la facultad, en diálogo con Mirador.
Sucede que la receptividad fue mayor a la esperada: “Fue impresionante el movimiento de gente, ya desde la inscripción y después estos tres días con los auditorios llenos. Cuando comenzamos a organizar el congreso, para pensar los fondos que necesitábamos, calculé una asistencia de 150 inscriptos, y superamos los 400, a los que se sumó luego más asistencia de quienes se acercaban a la facultad para la feria o las charlas del encuentro de editoriales. Evidentemente había una necesidad de diálogo en torno a esta especialidad que antes no era académica en la ciudad”.
Estrategias de proyección
La gestión cultural es una práctica cotidiana, casi natural, del acervo rosarino. Aunque con el término se piense en seguida en gestar eventos e intercambios ciudadanos relacionados a la música, el arte, el teatro o la danza, como carrera en la ciudad todavía es algo poco habitual. Se trata aún de una nueva esta formación académica, a partir de que la UNR incorporó la carrera. A este quehacer tan local se suma el concepto de lo “internacional”, ya que el congreso puso foco allí y por eso, ese término es parte de su nombre.
“Pensar el concepto de gestión cultural internacional es un desafío, en paralelo a la cuestión colectiva o de la gestión más comunitaria de una localidad. Es poner en diálogo lo público y lo privado, y pensar estrategias de proyectos que impliquen ambas instancias”, explicó la directora de la carrera.
A lo largo del congreso se compartieron múltiples experiencias sobre lo que sucede con la misma carrera en otros lugares, y sobre cómo se piensa esa gestión en determinados contextos sociales, sea en la diversidad como se conoce hoy LGTBIQ+, como en la diversidad étnica, apuntó Valdata.
Consultada en torno a cuándo y cómo surgió la idea de este primer congreso (que se espera de muchos), Valdata recordó: “La dirección del Centro Cultural Parque de España me acercó la propuesta a poco de que asumí la dirección de la Escuela, junto al nuevo cónsul español Pablo Platas Casteleiro. Ese espacio tiene una línea de gestión cultural internacional, que iba por otro lado de cómo en general trabajamos la gestión cultural cotidianamente, más local y comunitaria. Y al hablarlo con el decano de la UNR Franco Bartolacci, se entusiasmó, así que hubo una coincidencia. Pero eran tiempos de cambio de gobierno y de mucha incertidumbre sobre cómo sería este año. Entonces recién comenzamos a organizarlo desde comienzos de este año lectivo”.
Y luego destacó la tan alta receptividad de los gestores culturales interesados en participar: “Cuando abrimos la convocatoria a ponencias fue muy interesante la variedad de propuestas que tuvimos, con conversatorios y talleres, que permitía mayor discusión a la típica ponencia unidireccional, y me pareció muy interesante que de esa manera se discute cada asunto en vez de la escucha pasiva. Es más interesante y democrático”.
Destacó entonces su satisfacción sobre quienes co-organizaron el encuentro: “Fue un trabajo colaborativo entre mi equipo de la Escuela, la Secretaría Estudiantil con voluntarios que dividieron el trabajo de una forma increíble, y el Centro Cultural Parque de España. Eso habla de una coherencia en el hacer, y el clima en el congreso fue de alegría y mucho afecto, y eso me dejó un saldo muy positivo, esperanzador para la sociedad”.
Democracia, patrimonio, cooperativismo
Valdata destacó entre los paneles que enriquecieron mucho el encuentro el panel de Democracia Cultural, ya que allí se oyeron posiciones muy distintas, que venían de países tan diferentes en un amplio debate. “Otro panel interesante fue el de vinculación de gestión pública y del sector privado, así como el taller de proyectos culturales ambientales, un concepto novedoso”.
Luego recordó el panel de experiencias cruzadas de Rosario, Guadalajara y Michoacán: “Los llevamos a conocer experiencias rosarinas, como el centro cultural El Obrador y el Jardín de los Niños para replicar a la vez que contaron experiencias como la de Medellín en un debate enriquecedor”. Y recordó la experiencia de planificación que compartieron desde el Ministerio de Cultura de Santa Fe y de la Secretaría de Cultura de Rosario.
Reflexionó que en uno de los paneles surgió “la contrapartida en el concepto de gestión cultural internacional en la diplomacia, que queda sesgada. Pero se vincula con la búsqueda de fuentes de financiamiento para llevar a cabo proyectos de gestión cultural, y surgió ese interrogante, la necesidad de capacitarnos”.
Pasaron así por el primer Congreso de Gestión Cultural Internacional de Rosario paneles de lo más variopintos: de patrimonio y juego; gestión documental; desde el ámbito sindical; Democracia cultural; alianzas género-disidentes para la gestión cultural; la construcción socio-cultural de la propia identidad; la colonialidad y la restitución de las colecciones de los museos de América Latina; la gestión cultural desde el trabajo cooperativo; desafíos metodológicos para el análisis multidimensional del patrimonio inmaterial e inclusión social; y desafíos de la gestión cultural en contextos de vulneración y negación de los derechos humanos.
A los paneles se sumaron talleres de lo más diversos: un conversatorio en torno al reclamo del avance de una Ley de Cine en Santa Fe; experiencias de intercambios internacionales de estudiantes de Gestión Cultural; y dispositivos didácticos para la democratización cultural, con el ejemplo de los conciertos de la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario, entre otros.