Campeones

La Copa América es Argentina

 El Dibu fue elegido el mejor arquero del torneo y Lautaro Martínez resultó goleador. Otra noche de emociones y festejo argentino.


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 Enviado Especial a Miami, EEUU)

Primero fue el tradicional “Muchachos…” y después, la emoción repiqueteó al extremo cuando empezó a sonar “La mano de Dios”. Mientras tanto, los hinchas argentinos no paraban de cantar, de gritar y de festejar. Y los colombianos comenzaban a dejar lentamente vacíos esos lugares que habían ocupado con mucho optimismo, gritándole “anciano” a Messi cuando se fue con el tobillo “hecho pelota” o “argentinos maricones” a todos.


Mientras tanto, el Dibu Martínez recibía el premio al mejor arquero del torneo, demostrando que es un fenómeno, que se agranda hasta límites impensados cuando ocupa el arco de la selección y que se ha convertido en un pilar principalísimo del éxito; y lo propio ocurría con Lautaro Martínez, goleador del torneo con cinco goles en seis partidos y sólo dos de ellos como titular, recuperando esa capacidad ofensiva que lo había caracterizado en el comienzo de este ciclo lleno de éxitos con Lionel Scaloni a la cabeza.


Luego llegó el turno de James Rodríguez, elegido como el mejor jugador aunque no haya alcanzado un buen nivel en esta final. Es que los volantes argentinos presionaron muy bien en el medio, le quitaron espacios y terminó siendo más importante Juanfer Quintero cuando entró. Pero el torneo de James fue muy bueno y eso fue lo que pesó, por encima de esta actuación y de este resultado.

Luego, se esperó el gran momento: Argentina campeón de América, con Messi estropeado por ese tobillo que se parecía al de Maradona en el Mundial de Italia y que lo sacó de la cancha cuando todavía restaba muchísimo tiempo por jugar. Pero no importó. Este equipo se acostumbró al éxito, con Messi incluido pero no siendo una pieza determinante. Necesario, desequilibrante (no tanto en este torneo), pero con un equipo atrás que lo respaldó. Y muy bien.

El mejor momento de la historia

La selección ganó su cuarto título en tres años y repite el de la Copa América con una ajustada pero merecida victoria por 1 a 0 ante Colombia con el gol de Lautaro Martínez. Después de la vergüenza organizativa, hubo un partido que se definió en el alargue y en el que Argentina mostró su estirpe de campeón.

Alguna vez, un politico dijo que “Argentina está destinada al éxito”. Años más tarde, la predicción se hizo realidad. No con el país, sino con el fútbol. Argentina campeón es la frase que se hizo carne y costumbre. Este grupo de jugadores aglutinó todo lo que hay que tener para que un equipo se convierta en una verdadera máquina de ganar. Esta vez sin brillo, pero con solidez, desafiando la salida de su mejor jugador y convirtiendo el éxito en una sana costumbre. Un grupo compacto y ganador como nunca se ha visto en la historia del fútbol argentino: dos Copa América, un título del mundo y una Finalíssima. El mejor momento del fútbol argentino en su historia. Sin dudas.

Las espaldas de Tagliafico fue el sector preferido por Colombia para adueñarse de la iniciativa en el comienzo del partido. Argentina no terminaba de hacer pie y por primera vez le dividían la tenencia de la pelota. Ninguno de los dos mostraba innovación alguna en lo táctico. Argentina con el ya sabido 4-3-3 y Colombia con un 4-2-3-1 que no le quitaba libertades a los laterales para proyectarse al ataque. Cuando Scaloni vio que la subida de Arias empezaba a complicar por el sector izquierdo de la defensa argentina, lo cambió de posición a Di María y lo mandó a por izquierda. Esto obligó a que De Paul juegue un poco más abierto por derecha, quedando Enzo Fernández junto con MacAllister por adentro.


El partido era de mucho estudio y con estrategias similares: tránsito lento en su propio terreno y aceleración en los 30 metros finales de la cancha. Las primeras insinuaciones fueron de Colombia, pero Argentina tuvo una clara: pase atrás de Di María al medio para dejar a Messi en buena posición de disparo, pero se encontró con la humanidad de un defensor, que amortiguó el remate y permitió que llegara a las manos de Vargas sin problemas.


En ese permanente estudio, exento de riesgos asumidos por parte de los dos, se fue consumiendo un primer tiempo que terminó con poquitas emociones frente a los arcos. Casi ninguna. Y mucha paridad en el trámite. El 0 a 0 con el que marcharon al extenso descanso, fue claramente identificatorio de lo que había sido el trámite del partido.


El partido siguió sin encenderse luego del show de Shakira y de un entretiempo que se extendió por 25 minutos. A Argentina le costaba llegar con peligrosidad al arco de Vargas y Colombia preocupaba con las pelotas quieta. Por lo demás, en el juego, muchas interrupciones que le quitaban dinamismo y también colaboraba para que los dos se alejaran de los arcos rivales. El único que se escapó de esa tendencia fue Di María, que encaró por izquierda y cuando encontró el resquicio le pegó de zurda y a rastrón, desviando Vargas la pelota al córner.

Messi venía mal de su tobillo en el primer tiempo y un resbalón lo sacó del partido cuando apenas se jugaban 20 del segundo. Scaloni puso a Nicolás González para mantener la idea de los tres de arriba, pasando Di María a jugar por derecha y el recientemente ingresado por el otro sector. Messi abandonó llorando el campo de juego y Argentina perdió un jugador clave por más que su participación en el juego fue escasa y poco desequilibrante en el tiempo que jugó.


Hubo un instante de tensión cuando Córdoba fue a disputar una pelota dividida adentro del área argentina con MacAllister. La jugada se revisó y el VAR le dio la derecha a Claus, que había marcado infracción a favor de Argentina. Y enseguida, un offside invalidó un gol de Nicolás González viciado de nulidad en la jugada previa. Ya Molina había ingresado por Montiel, en un cambio recurrente por parte de Scaloni.


Pero fue eso nomás. El respeto mutuo, la escasez de situaciones y las pocas ideas de ambos para atacar, hizo que el partido tuviera muy pocas emociones frente a los arcos. Apenas un cabezazo cruzado de Nicolás González después de un buen centro de Di María, que se fue cerca del segundo palo. Sobre el filo de los 90, Lorenzo buscó purificar un poco su equipo con los ingresos de Kevin Castaño y Rafael Santos Borré. El 0 a 0 era lo más apropiado a lo acontecido en esos 90 minutos descoloridos, a puro tanteo y estudio de parte de los dos.
Colombia arrancó mejor, pero la jugada de gol la tuvo Argentina y otra vez en los pies de Nicolás González, luego de una buena jugada entre Di María y De Paul, que finalmente fue muy bien atajada por Vargas. Ya había ingresado Juanfer Quintero por James Rodríguez, con una participación más activa en el juego, y siguieron las variantes en Argentina: Lautaro por Julián, Lo Celso por Enzo Fernández y Paredes por MacAllister.


Lorenzo dejó tres cambios para los últimos quince minutos. Metió a Borja, a Carrascal y a Matheu. Colombia ya había quedado con un 4-3-1-2. Y Argentina esperaba agazapado, contando otra vez, como en el arranque del suplementario, con la situación más clara: Di María recibió por derecha, encaró hacia su zurda y metió un centro al segundo palo que no alcanzó a conectar Lautaro Martínez. Y enseguida la tuvo Borja, pero apareció el cierre espectacular de Lisandro Martínez, de buen partido, para desviar el remate y enviar la pelota al córner.

Hasta que apareció Paredes para robar en forma magistral una pelota en el medio, Lo Celso para meter una pelota bárbara –de primera y al claro- para que Lautaro Martínez ratifique su gran momento y defina con un remate estupendo ante la salida de Vargas. Faltaban ocho minutos y afloraba ese plus argentino para ir en búsqueda de la gloria.


Ahí nomás, Scaloni armó línea de cinco y vino la gran ovación de la noche: entró Otamendi en reemplazo de Di María. El estadio estalló para despedir al hombre que se retira de la selección y que lo hace con todos los honores. Y faltando tan poco, la entrada de Otamendi fortaleció el esquema defensivo, que en realidad anduvo bastante bien durante todo el partido.


Argentina campeón de América… Todo un pueblo se ha acostumbrado al éxito y lo que no pasa en otros órdenes de la vida, lo logra el fútbol. Sin descollar, sin lucirse, esta selección ha logrado algo muy difícil en el fútbol de hoy: se acostumbró a ganar. Argentina campeón…

En Qatar fue del mundo; en Estados Unidos, fue de América. Argentina campeón… Sigue siendo la frase más linda que escribí en mi vida.


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