Ingeniería

Estudiantes francesas realizan su pasantía en Paraná

Tres estudiantes de Ingeniería francesas realizan su pasantía en un jardín de infantes próximo a inaugurarse en Paraná. Eligieron la capital entrerriana por recomendación de compañeros que tuvieron una grata experiencia el año pasado. Mientras dejan a punto la edificación, continúan estudiando y hacen deporte en el parque Urquiza.


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Un torneo internacional de pelota a mano posibilitó que pelotaris paranaenses entablaran amistad con un colega francés, que derivó en dos agradables experiencias. La primera fue la de tres estudiantes de Ingeniería del País Vasco francés que realizaran el año pasado su pasantía en la capital entrerriana.

Como aquella vez, Mirador Entre Ríos hizo contacto con la segunda delegación, que llegó a principios de junio a Paraná con el propósito de poner en práctica los conocimientos adquiridos en las aulas y, conforme lo permitiera la agenda de tareas, complementar la estadía con prácticas deportivas.

Así, visitó la obra de construcción del nuevo jardín de infantes que tendrá la ciudad –todavía sin nombre asignado– para conocer a Enea Ortiz (19 años), Lea Lompre (20) y Capucine Brion (19).


PRIMERAS IMPRESIONES


Al presentarlas, Maximiliano Peterson, presidente de la Asociación Paranaense de Pelota a Mano, manifestó: “Son estudiantes de segundo año de la Universidad de Bayona, ubicada en el País Vasco francés, y es una alegría que estén aquí, aunque les toca una época del país en la cual la obra pública está paralizada”.

Esperanzado con la reactivación de actividades en la construcción, el también ingeniero civil destacó sobre las practicantes: “Hacen todo lo que le proponemos: revoques, colocación de pisos y revestimientos, realización de cordones y pastinado de juntas (rellenado de espacios entre cerámicos)”.

Animándose a hablar primero, Enea dijo: “Imanol (N. de la R.: Housset, integrante del trío que inició las pasantías junto a Mattin Durruty y Mikel Guillemin) nos contó que la pasaron muy bien y nos contactó con Maxi. Buscábamos un país latinoamericano y la oportunidad fue buena para venir”.

“La primera impresión que tuvimos fue que Argentina es un país muy diferente a Francia, especialmente en la preparación de comidas”, continuó Lea, quien expresó también el contraste observado en el nivel de vida: “Buenos Aires es muy rica y el resto tiene mucha pobreza”.

En cuanto a la construcción, las tres coincidieron en que el trabajo es “más manual, con muchos obreros y poca utilización de maquinarias”; en tanto que Capucine acotó: “En Francia se trabaja con mayor seguridad en las alturas, hay médicos cerca de la obra y los inspectores hacen visitas diarias a las empresas”.


DEPORTES: MATERIA A RECURSAR


La exigencia del calendario académico y el cambio de hábitos que supuso radicarse en Argentina discontinuó la práctica deportiva de las jóvenes quienes, igualmente, contaron sus antecedentes.

“Yo jugaba al básquetbol hasta que llegó la pandemia. Luego, elegí el running para mantenerse en forma física y el parque Urquiza me resulta apto para correr. Es muy agradable que haya un espacio natural en el medio de la ciudad”, agregó Lompre, a gusto con el paseo paranaense.

“Entrenaba boxeo, hasta que el estudio me obligó a interrumpirlo. Es muy completo como ejercicio cardiovascular y me sirvió para tener confianza a la hora de salir con mis amigos” sumó Brion, quien también sale a trotar por la ribera del Paraná.

En tanto Ortiz, esperando que sus amigas la acompañen, rememoró: “Toda mi familia juega a la pelota a paleta y yo empecé desde pequeña, participando en Ligas de Frontón en dupla con mi papá y mi hermano”.


ESTUDIO, TRABAJO Y SOCIALES


Mientras uno de los compañeros las ayudada en la preparación de pasta adhesiva para pegar cerámicos, las pasantes dieron cuenta del ambiente laboral y de las consignas del Instituto Superior de Construcción y Obras Públicas de Aquitania que deben seguir.

“Trabajamos con compañeros muy simpáticos. Todos nos ayudan y nos preparan comidas diferentes los viernes. Hemos probado pescado, asado y milanesas, y estuvieron muy bien”, resaltó Enea. “Tenemos que realizar un video y enviarlo a nuestros profesores, a modo de informe de la pasantía en Paraná”, completaron Lea y Capucine.

Mientras, la obra erigida en cercanías de la Guarnición Militar Paraná del Ejército Argentino (EA) tiene a su infraestructura casi terminada (solo restan detalles en las aberturas y la colocación del mobiliario) las estudiantes adelantaron su evaluación sobre la pasantía.

“Es una buena experiencia, principalmente, para aprender el español”, resumió Enea.

“Es muy buena experiencia para aprender la conducta de una cultura distinta y conocer, por ejemplo, cómo construyen sus edificios”, aportó Lea.

“También es importante para nuestra formación conocer cómo funciona la construcción en otros países. Aquí se emplean muchos obreros y se utilizan pocas máquinas. Nos enriquece para nuestra futura profesión”, concluyó Capucine.

Al despedirse, coincidieron en resaltar la amabilidad de la población argentina, desearon que continúe incorporándose a la mujer en el rubro construcción y anticiparon que recomendarán a Paraná para hacer las pasantías.

Con pulgares arriba, dieron su veredicto sobre la afamada carne vacuna argentina y la costumbre de correr mesas en los pubs para improvisar pistas de baile.


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