Como cada 7 de agosto, se acercaron en grandes movilizaciones para pedir y agradecer al santo ubicado en la zona norte de la ciudad. “Es necesario en tiempos de crisis”, remarcaron.
Minutos antes de la medianoche de este 7 de agosto, día en que se celebra a San Cayetano, Patrono del trabajo, miles de concordienses llegaron a la parroquia en una peregrinación que ocupaba varias cuadras.
Como cada año, habían partido dos horas antes desde la Capilla Stella Maris, ubicada en el barrio Nebel, a casi 10 kilómetros de Villa Zorraquín, barrio en el que se encuentra la capilla de San Cayetano.
Tras la llegada de los primeros peregrinos, a las 0 comenzó la primera misa del día, en la que el cura hizo hincapié en la reconciliación y la necesidad de estar agradecidos. Además, los fieles pidieron junto con el párroco trabajo, que “es necesario y fundamental en tiempos de crisis”.
Mario, uno de los peregrinos presentes en el lugar, dijo a Mirador Entre Ríos: “Yo lo hago todos los años desde hace más de una década. Vengo con familiares y amigos, venimos celebrando, cantando, tomando mates y realmente no sentimos el cansancio por la distancia que recorremos. Siempre venimos a agradecer y a pedir para que nuestros seres queridos tengan trabajo, que es lo más importante”.
En tanto, Silvina, otra de las peregrinas, comentó: “Decidí venir este año porque quiero agradecer porque tengo trabajo y puedo sustentar a mis hijos. Sentí la necesidad de hacerlo y lo hice, la verdad es que me siento muy bien por haber decidido venir”.
Tras la misa nocturna, los presentes siguieron en oración y luego se retiraron, pero, como tradicionalmente ocurre, la fiesta siguió durante todo el día. Hubo números artísticos, feria de venta de distintos productos y varias misas, previstas para las 10, 17 y 21.
Durante la tarde la fila era larga, tanto es así que las personas ocupaban al menos cuatro cuadras, esperando para poder tocar la imagen del santo, pedir y agradecer.
“No nos importa la espera. Somos docentes y estamos pasando un momento complejo, así que venimos a pedir y agradecer. Ojalá pronto se solucione la economía así salimos adelante”, dijeron dos mujeres que pacientemente esperaban en la fila.
A pesar de la inestabilidad y del frío, los concordienses demostraron que la tradición y la fe siguen teniendo un gran significado.