Ni siquiera lo salvó el debut de Rodolfo De Paoli al Sabalero: quedó a 6 de la punta y el domingo recibe al líder en Santa Fe. Si no frena la caída, peligra hasta el Reducido.
Mejor no lo pudieron recibir los vecinos de la parte alta de la tabla a Rodolfo De Paoli como entrenador sabalero: 1) perdió el puntero Aldosivi de Mar del Plata el clásico de la ciudad; 2) no pudo ganar San Telmo que horas antes perdió a su mejor jugador (Adrián "Toto" Fernández se fue a Peñarol): fue 1 a 1 con Almagro; 3) perdió Nueva Chicago, también protagonista en la zona, de local en la República de Mataderos. De todos los de arriba, sólo ganaron los mendocinos, próximos rivales este domingo a la noche desde las 20.30 en el Cementerio de los Elefantes.
Con seis cambios (el del golero en el combo), Rodolfo De Paoli debutaba con una ensalada de nombres nuevos y dibujo táctico distinto, donde más allá del "ruido" que siempre genera sacar un arquero, los tres sellos distintivos del nuevo Colón eran: 1) Línea de tres en el fondo; 2) La figura de un enganche como Brian Guille; 3) El doble "9" con Javier Toledo y Axel Rodríguez.
El Sabalero acumula 3 derrotas al hilo en la Primera Nacional.Foto: Javier Corbalán
De mitad de cancha para arriba, poner un "10" (no sólo desde el dorsal sino en la ubicación posicional) suponía armar juego, enlazar, organizar los ataques. Todos esos capítulos que están escritos en el libro de "El Enganche y los dos 9" se prendieron fuego en esa etapa inicial: no hubo una sola conexión del "10" con los dos "9". Y lo que fue peor: el equipo muchas veces ignoró a los dos "5" (Prediger-Talpone) y no usó a ninguno de los dos por afuera, donde claramente Delgadillo es más carrilero que Garrido. Entonces, cualquiera de los tres de atrás, le sacaba a la pelota un ticket de turismo y la mandaba por el Tren de las Nubes para arriba.
El partido, para decirlo claramente, era una bodrio en la siesta salteña: todos se dormían. Es más, había estado cerca Colón de poner el despertador, en un tiro de esquina donde Axel Rodríguez le ganó a todos, cabeceó limpio y el testazo se le fue alto.
No pasaba y no tenía porqué pasar nada, salvo que Colón (otra vez y de visitante) decidiera hacerse un gol solo. Y eso pasó en el final de los primeros 45 minutos, donde los errores profesionales fueron horrores amateur: 1) Prediger parado de "8" (?) para recibir: primer error; el segundo fue descargar al medio; 2) El (no) control de Talpone fue lo peor del ex Estudiantes de Río Cuarto en Colón; 3) La "locura" de Paolo, de salir muy lejos y sin control, dejando su lugar de libero al desnudo, yendo a apretar a espaldas de Talpone, quedando "pagando" y con los dos stoppers atrás habilitando a todo el mundo; 4) La caída, en retroceso y en soledad, de Henríquez: perdió la vertical y le dio otro tiempo más a los salteños para lastimar; 5) la levedad de todos para oponerse a esa pelota sucia que la limpiaron para un Juan Rocca al que le tendieron una alfombra roja con honores como si fuera Julio Argentino para fusilar a Giménez.
El primer cuarto de hora del complemento ni siquiera mostró al mismo Colón: lo que se vio fue peor. Jugadores que, increíblemente se caían solos como en el primer tiempo (¿no podían cambiar niveles de calzado en el entretiempo?), con un solo dato a favor que era el resultado. A esa altura, cuando faltaba media hora, lo más favorable que le pasaba al equipo de "Rodo" era perder sólo por un gol. Sin subestimar, el dueño de casa le quería poner un moño a cada llegada.
Antes de los 20, movió el tablero el ex DT de Barracas Central: Federico Jourdan y Genaro Rossi a la cancha en lugar de Nicolás Delgadillo y Axel Rodríguez. A esa altura, claro está, el dibujo táctico era un despelote. Igual, con tantas limitaciones técnicas y levedad física de Colón, culpar a la táctica de De Paoli hubiera sido una herejía. Ningún numerito se puede sostener con estos niveles individuales bajísimos.
Antes de la media hora final, el reemplazante de Delfino mandó otros dos cambios, pensando más en las tarjetas de lo que salieron que en otra cosa: dejó la cancha Nicolás Talpone (está "colgado" con 4 desde hace varias fechas) y Brian Guille, que estaba sacado y con los jugadores salteños provocándolo para la reacción colorada.
Ya cerca del final, con el 0-1 que parecía 0-4 en el trámite, el nuevo coach mandó un lateral (Castet) para sacar al otro "5" (Prediger), ordenando la mudanza de Henriquez. En total, entre los cambios previos y las modificaciones de los 90 minutos, Rodolfo De Paoli en su debut cambió un equipo entero. Acaso, además de la caída estrepitosa en la tabla, es lo que más define esta crisis sabalera: ¡el nuevo DT cambió once jugadores en su primera experiencia y con apenas un puñado de prácticas!.
La anemia de visitante ya no sólo amenaza con dejarlo a Colón sin la Finalísima por el ascenso directo sino que empieza a rifar la comodidad que debiera tener a esta altura con la ubicación en el Reducido. A esta altura, sin discusión, el menos responsable de todos es Rodolfo De Paoli.
Un combo letal de bajísimos rendimientos individuales técnicos, inexistentes respuestas físicas y la ausencia total de líderes que se den cuenta lo que están regalando a esta altura de la temporada de ascenso. Ya no importa la cancha, el viento, la lluvia, los rivales, el DT propio. Se terminó el tiempo de las excusas. Colón pierde todos los partidos iguales: caminan la cancha, se caen solos, no dan dos pases seguidos. Lo que supo ser el mejor equipo del ascenso hoy parece un rejuntado. Jugando así, a Colón no lo salva ni Scaloni.