Después del VIP de Santa Fe

Juan Suris: dónde está detenido y por qué es considerado un preso de "alto riesgo"

 “Pasó de comer asados, a hablar una vez por semana con la familia”, señala una fuente del Ministerio de Seguridad de la Nación.


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 El último procesamiento dictado por la Justicia Federal de Santa Fe en la causa que tiene como protagonista central al narco Juan Ignacio Suris, dejó entrever una nueva trama de corrupción institucional, ya no en la delegación local de la Policía Federal, donde el reo comía asados con otros presos, sino en su “nuevo hogar”: la cárcel de Ezeiza. Eso fue el detonante para que Suris pase al Sistema Integral de Gestión de Personas Privadas de Libertad de Alto Riesgo, que implementó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a principios de año.

Unos días antes de los allanamientos en la dependencia policial santafesina del 3 de abril último, Suris fue enviado al Complejo Penitenciario Federal I, ubicado en el partido de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires.

Es la cárcel más grande del país, considerada “Categoría A” por su seguridad y con una población masculina que ronda las 1990 personas, según la información oficial en el sitio www.argentina.gob.ar

Riesgo de corrupción


Suris quedó a disposición del Servicio Penitenciario Federal el 22 de marzo de 2024. Según escuchas telefónicas en las que el investigado hablaba con miembros de su familia, estaba alojado en el Pabellón “E” rodeado de extranjeros y planeaba mudarse a un sector denominado “las casitas”.

“Uno de los parámetros que se utiliza para determinar si un preso es de alto perfil es el riesgo comunitario", indicó una fuente de Seguridad. Foto: Agencia.

 

Sin embargo, el 1° de julio fue incorporado al SIGPPLAR, conocido como “sistema de alto riesgo”. Lejos de ser una decisión arbitraria, la medida dispuesta por las autoridades cuenta con una base fáctica que justifica que se extremen los recaudos.

“Tanto Suris, como el subcomisario Leandro Benítez, están incorporados al sistema de Internos de Alto Riesgo. Uno de los fundamentos técnicos científicos del sistema es el riesgo de corrupción institucional, por eso fueron incorporados”, confirmó una fuente del Ministerio de Seguridad de la Nación.

En el caso de Benítez, se trata del exintegrante de la PFA que ocupaba el segundo lugar de mando en la DUOF Santa Fe y principal acusado de haber relajado al extremo los controles para con Suris, a punto tal que llegó a poner al personal subalterno al servicio del preso, al que le cocinaban asados y le hacían las compras en el supermercado, entre otros atropellos.

 Benítez lleva más tiempo sujeto al SIGPPLAR. Quedó detenido el 7 de abril para ser indagado en sede judicial y luego -el 18 de abril- pasó a la órbita del SPF, ingresando al sistema de Alto Riesgo el 29 de mayo, donde comparte sus días con otros policías.

Evaluación y perfil


Desde Seguridad de Nación explicaron que el sistema de ‘Alto Riesgo’ se empleó ante la “falta de criterio científico en materia de seguridad penitenciaria” que reinaba en la gestión anterior. “Antes estaban todos (los presos) mezclados y donde había lugar los metían”, actualmente “se hace una evaluación del riesgo de los internos”, compararon.

“Uno de los parámetros que se utiliza es el riesgo comunitario y dentro de ello se evalúan 3 cuestiones centrales: 1) peligro de fuga; 2) riesgo de la operatividad desde el interior del penal; y 3) la corrupción, tanto de presos como del personal penitenciario”.

“En ese marco y vistos los antecedentes que tiene Suris en cuanto a como vivía” fue que se decidió su pase al sistema de alto riesgo. “Él estaba en el Módulo 1 del penal de Ezeiza, que es el más tranquilo. Cuando terminamos de evaluar el perfil en ese contexto decidimos pasarlo a Alto Riesgo”.


A partir de entonces “ha hecho presentaciones en el tribunal de Bahía Blanca para que lo saquen” pero “debe haber pocos casos tan claros” como el de Suris, “porque no solamente tenía la comodidad de comer asados, sino también el contacto con el exterior” lo que permite suponer que “seguía participando de la empresa criminal” que lo llevó tras las rejas. Suris “pasó de comer asados y hacer picadas, a hablar una vez por semana con la familia y mantener visitas únicamente con familiares directos. No tiene contacto con otros internos que no sean los del pabellón”, precisaron.

Las escuchas


En ese sentido, la fuente ministerial, que prefirió mantener en reserva su identidad, destacó que uno de los parámetros para analizar el pase a Alto Riesgo fueron los informes que constan en el reciente procesamiento donde aparecen intervenciones telefónicas que dan cuenta de nuevos intentos de corromper al personal penitenciario.

Juan Suris ingresó al sistema de "Alto Riesgo" el 1° de julio de 2024, en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza. Foto: Archivo.

 

De las intervenciones telefónicas transcriptas en la investigación surgieron diálogos entre Suris y miembros de su familia “que dan cuenta de la existencia de prácticas habituales de pago de dinero por parte de allegados a Suris para mejorar su condición de detención”, destaca el juez Carlos Vera Barros en su pronunciamiento del 29 de julio a cargo del Juzgado Federal Nº 2 de Santa Fe.

El 29 de marzo, es decir, una semana después de su traslado a Ezeiza, de una charla entre Suris y su pareja “se extrae que se encuentra alojado en el pabellón E y está a la espera de ser traslado a otro sector” en tanto que le pide el envío de alimentos y ropa por encomienda.

El mismo día, dos familiares de Suris conversan acerca de una visita, la cual “se encontraría condicionado al traslado del nombrado a otro sector” del penal. “En un tramo de la conversación se puede inferir, que Suris o sus allegados también habrían realizado un pago para ser trasladado a un sector determinado para contar privilegios en su nuevo lugar de alojamiento”, especifica el documento judicial.


-¿No saben cuándo lo pasan?


-No, no, no sabe (…)


-Al final uno pone la plata y se toman el tiempo del mundo, o ¿cómo es?


-Ay, no vas aprender nunca más en la vida eh, después te cuento personalmente.


-Bueno

 

Y para terminar de armar el cuadro de corrupción, otra vez dos familiares del preso mantienen un diálogo del cual “es posible inferir que Suris estaría a la espera de ser trasladado a un sector identificado como ‘casitas’”, que serían departamentos para compartir entre 4 ó 5 internos.


-¿No le dieron la casita todavía?


-No, todavía no, había creo que tres o cuatro adelante, una cosa así


-Ah bueno


-Sí, sí, sí, esperemos, esperemos. Hablé hace un rato y me pidió que le mande una encomienda con unas cosas


-¿Está tranquilo?


-Sí, está tranquilo


-¿Él dónde está, en la entrada, en un pabellón, dónde está ahora?


-Sí, en un pabellón de ingreso con peruanos, bolivianos, de extranjeros...


-Ay internacional, jaja

Juan Ignacio Suris quedó detenido en noviembre del año pasado, en la ciudad de Esperanza, donde se encontraba viviendo junto a su familia. La orden de encierro la ejecutó la Policía Federal de Santa Fe, por orden del Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca, a los fines de hacer cumplir una condena a 6 años de prisión por narcotráfico, que había quedado firme. Desde entonces y hasta el 22 de marzo, Suris estuvo alojado en la DUOF Santa Fe, donde se lo investiga por haber sobornado a los jefes para mejorar sus condiciones de detención.
 


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