Historias

De Villaguay a Puerto Madero, con la cultura del trabajo en familia

El exitoso empresario Oscar Protto, oriundo de Villaguay, alcanzó la cifra de 82 carnicerías y dos frigoríficos, hasta que ingresó en el mundo gastronómico. Junto a su familia, crearon dos restaurantes en una exclusiva zona de Buenos Aires.


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Oscar Protto nació en Villaguay y comenzó con el aprendizaje familiar cuando apenas tenía 9 años. A los 25 sufrió el fallecimiento de su padre y pasó a estar al frente del negocio. De manera cotidiana comenzó a asistir al Mercado de Hacienda de Buenos Aires para la comercialización de los animales y, con el tiempo, se convirtió en un experto en la materia. Llegó a tener 82 carnicerías.

Instalado junto a su familia en la Ciudad de Buenos Aires, se inició en el negocio de la gastronomía. Si bien la idea primigenia fue un servicio de restaurante low cost, la atracción es brindar una atención que sea de las más económicas en el ámbito donde se instaló: un corredor con variedad de carnes y con espacio para vegetarianos.

Atravesando la pandemia se repensaron para imponer la marca, que hoy está ofreciendo una gran cantidad de ventajas en base a la trazabilidad, conservación y calidad de los productos utilizados. Superando un incendio, lo que provocó el cierre por más de un mes, lograron las reformas que hoy se ofrecen con mejor funcionalidad y comodidad a los clientes.

 

TRAYECTORIA

 

En diálogo con Mirador Entre Ríos, desde Estados Unidos, mientras degustaba algunos mates, gentilmente habló de su trayectoria que definió así: “Tiene mucho que ver con la cultura del trabajo que imprimieron mis padres, en mi caso desde muy chico empecé a trabajar en el rubro de la carne con papá, después tuve la desgracia de perderlo, me hice matarife, aprendí a comprar y vender vacas y armar carnicerías”.

En tiempos no menos difíciles, pero sin herramientas avanzadas, comentó que “era mucho trabajo, ya casado con poco tiempo para ver a mis hijos, me levantaba a las 4.30 de la madrugada para ver los lotes, teniendo en cuenta que no existía la tecnología de ahora, generalmente la actividad empezaba poco después de las 7 de la mañana y hasta el mediodía y no volvía a casa hasta las 23. Así fue mi vida durante más de 20 años hasta que empecé con el rubro gastronómico y todo es un poco más tranquilo”.

Junto a su esposa, su hija que es abogada, “diseñadora de carteras con venta en Argentina y Estados Unidos y decoradora” –cuenta– porque los arreglos de los locales los hace ella; mi hijo es contador y ambos me ayudan en lo legal y administrativo. Es una empresa totalmente familiar con el manejo de mi esposa y mis hijos. Así vamos creciendo y abriendo negocios en otros lugares, porque si uno se estanca es como quedarse creyendo que llegó a la meta, lo difícil en todos los órdenes de la vida quizá no sea tanto llegar sino mantenerse y quedarse quieto en ese lugar en realidad es retroceder, por eso es muy importante el crecimiento. Se fueron dando un montón de aprendizajes, lo que más sé es de carnes, porque me crie conociendo ese rubro, el resto es un proceso de aprender. Seguimos buscando y, con la ayuda de mis hijos y la tecnología, pudimos avanzar más rápido”.

Sobre los restaurantes que abrió en Ciudad de Buenos Aires, cuenta que “Estilo Campo y Villegas Resto, en Puerto Madero, es el desafío en un corredor muy competitivo. Surgió la idea porque el trabajo de la carne es muy sacrificado y abrir un restaurante parecía una actividad más tranquila. Había mucho que aprender, incluso sobre el tema de estar al frente del personal, empezamos con prioridades como son la atención al cliente y la calidad del producto imponiendo la trazabilidad desde que ingresa al restaurante de manera permanente, eso no puede fallar nunca y es una de las claves, además de un precio acorde y en eso somos uno de los más económicos”, definió.

 


PLATOS ESTRELLAS


Protto comentó que “los platos que más salen son el ojo de bife y la entraña” y agregó: “Tuve más de 80 carnicerías, la entraña la dejábamos con el asado porque no la podíamos vender a nadie y hoy, por la demanda, no nos alcanza y tenemos que pedir a distintos lugares, lo mismo sucede con el ojo de bife que gusta muchísimo, es la parte del bife ancho que antes no era atractivo, pero ahora vuela. Es una carne muy sabrosa y rica, la que más me gusta, pero el público tiene sus preferencias también de otras”.

“Hay quienes eligen variantes como salmón, platos pre elaborados o pastas hechas en el local. Lo que más vendemos es carne, pero ofrecemos muchos platos que también se distinguen. Siempre ponemos mucho esmero, junto a mis hijos, en la calidad de los productos que no pueden fallar, si no, estaríamos haciendo algo mal. Menos puede suceder en la atención a la gente, es como el viejo dicho ‘el cliente siempre tiene razón’, y esa es la manera más simple de trabajar” remarcó.

Agregó que “la capacitación y tecnología es esencial en todo el avance. La tecnología ayudó al mundo no solo a vivir más sino a poder trabajar, como lo hago yo en este momento, por Zoom, desde Estados Unidos, con mi hijo y el encargado. Antes no lo podíamos hacer y todo ayuda a mejorar, por lo tanto, tenemos capacitación permanente para todo el personal. Se brindan charlas semanalmente desde cómo se preparan los platos, cómo se sirven, atención a los clientes, sobre cómo dejar el turno para quien sigue y de manera diferente a quienes están en la cocina como en el salón”.


RECUERDOS DEL TERRUÑO


El empresario regresa de vez en cuando a Villaguay, también lo visitan quienes viajan a Buenos Aires para disfrutar del servicio gastronómico que ofrece. “Algunos me conocen y con otros vamos haciendo amigos”. Recuerda la visita de la profesora Olga Beltrame, compañera de primaria en Colonia Ejido, zona rural a unos dos kilómetros de ruta nacional 18 del acceso a Villaguay. “Somos amigos desde que íbamos a esa querida escuela”, rememora.


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