Literatura y música

La escritora Sarah Mulligan lanzó su primer disco

 La autora de cuentos infantiles viene incursionando en una carrera musical como cantante y compositora, y tras el éxito de reproducciones de su primera canción en Youtube, “¡Al agua, patos!”, ahora estrenó su producción completa para el Día de las Infancias. La artista que durante su exitosa carrera de abogada procesó años de escuchar a su niña interior, y desde entonces, no paró de crear.


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 Sarah Mulligan ya es una autora de cuentos infantiles reconocida que da charlas, se presenta en las Ferias del Libro, obtuvo premios literarios, y hasta un jardín de infantes en ciudad de La Rioja lleva su nombre por ello. Pero el arte la fue llevando también hacia la música, ya que desde hace años compone canciones infantiles también. Pero esa es su historia más reciente, porque diez años atrás ella su vida dio un giro de 180 grados: antes (y bajo el nombre que figura en su DNI), era una prestigiosa abogada procesal especialista en doctrina jurídica. ¿Cuántas vidas caben en una?, es una pregunta que reverbera en esta historia.

El domingo en que se celebró el Día de los niños y niñas del país, fue el que Sarah dio nacimiento público a su primer disco, “El ABCionario”. Un álbum que recorre todas las letras de los sonidos del abecedario castellano, los fonemas Ch y LL, y una canción con el Abecedario completo.

El lanzamiento fue su regalo a las infancias para que puedan disfrutar y aprender, contrarrestando “tanta pantalla de español neutro y canciones sin contenido”.

Fue así que transmitió su entusiasmo a Mirador: “Estuve meses componiendo y luego grabando con los productores musicales Franni Amherd, Ezequiel Ripoll y Lisandro Andrada, de Salto Producciones, que son muy experimentados, y fue un camino que se fue dando, porque me permití escuchar el llamado. Tengo la convicción de que todos vinimos para algo, soy creyente, y mi pensamiento es que los papás y mamás están para acompañar e incentivar ese proceso en cada niño”.


En el caso de Sarah, la inspiración de este disco aseguró que vino con su pequeña hija Catalina: “La productividad son brotes, caminando con Cata hacia el jardín se me ocurren canciones que le canto y después me las voy grabando. El entusiasmo creativo es vibrante. La fe y el arte contienen y dan felicidad”.


Además de su hija como inspiración, la abogada, ilustradora y escritora que ahora estrena su faceta musical reconoció que también tuvo mucha influencia su padre, con quien se divertía mucho y jugaban a componer jugando de niña: “Con mi papá era siempre hacer juegos de palabras, el chistonto, hacer rimas, y sé que de él me quedó la impronta. Yo me conecto mucho con mi niña que fui para saber adónde voy”.


Y sobre ello, rememoró algo sorprendente. Sarah comenzó su vida artística formalmente en 2014 luego de ocho años de procesar los temores a dejar el carrerón de abogacía que ya cosechaba frutos. Pero muchos años antes, cuando tenía once años, le escribió a su “yo” del 2015 (cuando ya había tomado ese giro en su carrera). En la carta, la posdata decía: no dejes de escribirme en mi imaginación y en mi corazón. Ahora desde hace diez años que se dedica a la literatura infantil, tiene sus lectores y seguidores, y mientras hablaba con este medio, dibujaba ilustraciones para su próximo disco.


Crear para las infancias: el llamado que Sarah ya no podía eludir


Mulligan es una mujer entusiasta, lo transmite desde las venas, y ella lo sabe. Pero cuando vino desde Venado Tuerto a estudiar a sus 18 años, tenía que elegir una carrera que siguiera el mandato familiar, y la abogacía le encantó. Las artes las siguió alimentando, aunque desde un lugar mas relegado, y fue alumna unos meses de Juan Grela, y en teatro de Mirko Buchín.

Su carrera fue brillante, y su mentor de derecho procesal, Jorge Peyrano, era muy divertido y entusiasta como ella, y fue quien la encolumnó en una carrera que llegó a su cumbre cuando Sarah viajó a Málaga para ser premiada por su trabajo en doctrina jurídica, en un encuentro donde se encontraba el reputado jurista español Baltazar Garzón.

En ese mismo viaje, allá por el 2006, se fue luego a pasear por Praga, ciudad de cuentos y de grandes autores. Y en Praga a la letrada le pasó algo que no se explicaba: “En las calles con la lluvia me encontré con mucha tristeza existencial, porque sentía que yo no estaba siendo yo, por más que era tan exitosa en mi carrera”. Y recordó que, durante su tiempo de estudiante, ella decía a sus amigos que “cuando descubriera lo que realmente quería hacer, lo iba a hacer a fondo y dejar el derecho”.


Dejó macerar las ideas y las emociones, porque sabía que era un salto muy grande, pero “hay que saltar para ver cómo la red aparece siempre que es tu llamado”. En 2014 dejó a un lado el derecho y tras un impasse de cinco meses que ella calificó “de gestación como si fuera realmente un bebé”, nació su nombre artístico y sus cuentos no pararon de llegar.

De apellido eligió el de su tatarabuela: “En el Golf, Mulligan significa segunda oportunidad. Si das un primer golpe erróneo, podés empezar de nuevo el juego”. Y eso era lo que sentía la autora, que había errado su camino y ahora era su golpe certero. Y no se equivocó, porque además de haberse consagrado como escritora con premio y el nombre del jardín N° 69 de La Rioja, sus composiciones y su voz virtuosa transmiten su alegría a los más chicos con sus canciones ahora.

En mayo pasado ya se había sorprendido con la alta recepción de su primera canción “¡Al agua, patos!”, tuvo más de 5 mil reproducciones en un solo día”, entonces avanzó en la recta final de producir su disco entero, que es primero de varios proyectos musicales en puerto: “Yo dejo que el arte fluya, y con la llegada de Cata no paré de componer canciones, y ahora son varias las ideas.

Pero por lo pronto, tenemos el disco, que toda la familia puede escuchar y disfrutar”.
Sus libros, “El niño de los ojos de Río y otros cuentos”, “El niño del corazón de fuego y otros cuentos”, “¡Al agua, patos!” y “Bernardita, la estrellita”, se consiguen en su sitio web www.sarahmulligan.com.ar.

A lo largo de estos diez años de escritora, Sarah Mulligan ganó el 2º Premio del Concurso Literario Consodis, por su cuento “La niña del cisne”, sobre una niña en silla de ruedas que quiere aprender a bailar tango. Y el 1º Premio de un certamen de ensayos sobre la obra de Liliana Bodoc de la Academia de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina. Y es miembro de la Academia de Literatura Infantil y Juvenil.


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