Una versión única y que promete ser entrañable del monstruoso personaje Frankenstein arriba con una obra singular, donde se fusionan actuación y marioneta, con el experimentado titiritero Luciano Mansur.
“Proyecto Frankenstein" es la adaptación litoraleña y a teatro de títeres para adultos sobre el personaje de Mary W. Shelley, y se podrá ver en una única función. Además Mansur presentará su libro basado en dicha adaptación, y brindará un seminario de interpretación en teatro de títeres.
En esta puesta de teatro desdoblado, ante los intentos fallidos de concretar su experimento, el doctor Víctor acude suplicante a los cultos populares hacia San La Muerte para dar vida a su criatura. La ambición de un porvenir auspicioso lo guía, mientras se desata una sucesión de crímenes que lo llevan al encuentro con su vástago. La obra recibió premios y nominaciones por su adaptación, actuación, producción, puesta en escena, unipersonal y diseño de iluminación.
La función de la obra será el sábado 7 de septiembre a las 20 en el Distrito Sur "Rosa Ziperovich", Uriburu 637, donde el universo plástico visual encarna el discurso escénico de manera formidable, porque en esta ocasión, Víctor Frankenstein es humano y el experimento (la “criatura”) es un títere, que funciona como doble del personaje. Un curioso desafío que se propone Mansur, bajo la dirección de Román Lamas.
Lamas además diseño y realizó los títeres, y participó de la composición de la música, coordinada por Federico Figueroa. La dramaturgia (adaptación del texto de Mary Wollstonecraft Shelley), interpretación y producción, estuvieron a cargo de Mansur.
En tanto que, además de la obra, para interesados y miembros del universo teatrero, el viernes 6 de septiembre a las 18.30 será el conversatorio con Mansur por su libro “Proyecto Frankenstein” (Fundamental Ediciones) en Viamonte 1993, sede de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres, con entrada libre y gratis. Allí mismo se brindará su taller de teatro, el sábado 7 de septiembre, de 10 a 15.
Mirador tuvo la oportunidad de indagar sobre esta puesta en escena tan especial que propone Mansur.
Mirador: - Es interesante este trabajo de disociación que estudiarás en el seminario, donde entiendo que no es una disociación total, porque es de “dos presencias simultáneas”. Das vida a un personaje como actor y a otro en simultáneo en el títere. ¿Has trabajado de esa manera en obras anteriores?
Mansur: - Sí. Una persona que interpreta a dos personajes de manera simultánea y a la vista del público (Esto quiere decir que quien interpreta no va a estar de manera oculta para el público como en otros espectáculos de teatro de títeres donde al/la titiritero/a no se los ve).
Resalto esto último porque el procedimiento está a la vista, entonces el público puede ver los dos roles del artista en acción (el actor y el titiritero), y eso implica un mayor desafío para que los dos personajes no se confundan, y puedan ser recibidos con autonomía.
No trabajé mucho de esta manera, pero en la Licenciatura en Artes Escénicas orientada al Teatro de Títeres y Objetos de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) aprendí muchos aspectos de la interpretación con títeres, sobre todo la de trabajar al servicio del objeto. Ese modo donde el actor no interviene y está abocado pura y exclusivamente al objeto la llamamos co-presencia.
En la UNSAM conocí por video el trabajo de una artista que me deslumbró por completo. Se llama Neville Tranter de la compañía Stuffed Puppet. Luego pude presenciar el trabajo de Duda Paiva en un festival al que asistí en República Checa.
En otros espectáculos trabajé de diferentes maneras. En uno le prestaba mis piernas y un brazo para conformar al personaje, pero no participé haciendo un personaje junto al títere (Salvajada de Kartún con dirección de Tito Lorefice y Hernesto Mussano). En otro de boca con dirección de Francisco Ramírez y de mesa (La Flauta Mágica de Mozart con dirección de Gabriela Marges).
- La obra teatral es una adaptación de la novela de Mary Shelley a la cultura sudamericana, y me resulta interesante esto de que “Víctor acude a los cultos populares para solicitar el poder de dar vida a su criatura”.
-En los primeros ensayos, con Román convenimos en que queríamos contar historias que tengan aspectos de nuestra región. Al cambiar el paisaje de hielo del original a la selva del litoral apareció el santo popular San La Muerte. Él es quien le otorga la vida al experimento de Víctor Frankenstein. Y en la historia de Shelley le aportaba mucho, al imaginario, que una deidad a la que reúne interpretaciones diversas, entre respeto y miedo, entre sus creyentes de un culto pagano y plebeyo.
En nuestra historia, la ciencia no lo es todo. Por eso Víctor va a llevar su plegaria. Desconfiado, escéptico, positivista pero harto de probar todas las maneras posibles a su alcance, va al lugar que menos pensó que iría. Su desmesura lo hace inevitable.
-¿Cómo es esta idea de “el títere como doble del humano” que se busca en la actuación simultánea?
-Al principio, te comenté sobre el artista Neville Tranter. Al verlo, no solo me atrapó su destreza, también el universo dramático, la densidad de sus personajes, la relación entre el personaje-actor y el personaje-títere. La elección en sí misma de trabajar de ese modo con dos personajes a la vista, definen dramáticamente el espectáculo.
Roman Paska, un artista investigador, en un artículo reunió el trabajo de varios artistas que desarrollan su técnica en una línea similar, pero con poéticas y estéticas diversas. A ello lo llamó Teatro Desdoblado, y la característica principal es la de tomar al títere como doble del personaje, doble del humano, del actor.
Eso es trascendental en nuestro espectáculo porque nos define un status del personaje títere.
¿Por qué un títere y no un actor? Porque el universo plástico visual encarna el discurso escénico de manera formidable y porque un muñeco tiene múltiples signos y lecturas en varios planos. Por ejemplo, Nuestro Víctor Frankenstein es humano, pero el experimento (la “criatura”) es un títere.
Ahora aquí residen varios aspectos importantes que me interesaría destacar y que creo, puede aportar a darle un sustento a tu pregunta. Un titiritero da vida a una materia inerte, Víctor Frankenstein hace lo mismo. El creador y la creación tienen una relación dialéctica. Es cierto, Víctor da vida a la criatura, pero luego ¿quién crea a quién? Pensálo en cualquier padre e hijo, ¿no se da la misma situación?
El personaje humano Víctor (actor) manipula al personaje Criatura (títere). Aquí el actor le presta las piernas y un brazo al títere para conformar el personaje Criatura. No hay una imagen más potente que esa para describir lo que mencioné al principio. El público recibe esa imagen. Adelante está la criatura, y por detrás esta Víctor. Las piernas de uno, son las del otro… sin embargo se ven dos personajes, y allí el doble del humano aparece.
- El viernes presentarás un libro que se llama igual que la obra teatral. ¿Se trata de su dramaturgia completa, o qué es lo que encontraremos en este escrito?
-En el libro van a encontrar la dramaturgia completa de la obra y también la investigación que realicé sobre este tipo particular de interpretación. La misma es el resultado de querer entender aspectos no tan claros y por otro lado, dar nombre a otros.
Allí se reúnen pensamientos y conceptos del legado de otras y otros artistas, y descubrimientos y reflexiones que se fueron dando en los ensayos.
Esa investigación fue realizada como trabajo final para obtener el título de licenciatura de la UNSAM. La editorial es Fundamental ediciones.
Román Lamas es el director de la obra, también diseño y realizó los títeres (algunos en base a pedidos específicos que le hice) y participó de la composición de la música coordinada por Federico Figueroa.
Mis roles en la obra fueron la de dramaturgia (Adaptación del texto de Mary Wollstonecraft Shelley), interpretación y producción.