El gobernador se reunió con la intendenta de Victoria para coordinar estrategias frente a la crisis hídrica que atraviesa la ciudad por la bajante. El suministro de agua potable fue la principal problemática a trabajar.
El gobernador Rogelio Frigerio recibió en la Casa Gris de Paraná a la intendenta de Victoria, Isa Castagnino, con el fin de trabajar de forma coordinada posibles soluciones frente a la fuerte bajante del río Paraná.
Luego de la reunión, Castagnino se dirigió mediante un comunicado a la ciudadanía victoriense donde expresó que “nos enfrentamos a un gran desafío, uno que pone en peligro el bienestar de nuestra querida comunidad y el futuro de nuestras islas”. Y continuó: “Realizamos recorridos y análisis de los principales cursos de agua, y los resultados nos indican claramente que, si no actuamos de inmediato, podríamos vernos en la difícil situación de no poder garantizar el suministro de agua potable para nuestra ciudad”.
Explicó luego que “la bajante del riacho Victoria y la crítica situación de nuestra cuenca hídrica han generado una serie de problemas que afectan no sólo la provisión de agua potable sino también a sectores claves como la producción, la pesca, el turismo y la salud. Estamos en un momento crucial y por más que actuamos con rapidez y decisión, necesitamos la colaboración de la Provincia y de la Nación”, remarcó la presidenta municipal victoriense.
“Son rubros determinantes para la economía local, se trata en su mayoría familias de pescadores. Por eso vinimos a solicitar la intervención del gobierno provincial, para luego gestionar ante Nación las obras que son de pronta resolución y también a largo plazo. Tenemos que estar más unidos que nunca porque Victoria lo requiere y porque estamos en una situación que es muy preocupante”, recalcó Castagnino.
“Agradezco al gobernador que se comprometió a trabajar en conjunto y a gestionar ante Vialidad Nacional lo necesario; y a abordar la problemática ante la inminente continuidad de los trabajos de la hidrovía”, mencionó.
TAREAS A REALIZAR
Una vez finalizada la reunión en Paraná, Castagnino declaró que “el río actualmente tiene una altura de 1,40 metros. Todos los días va en bajante y estamos corriendo el riesgo de quedarnos sin el suministro de agua potable", enfatizó. “Se elevará el informe con el que estamos trabajando hace un mes, haciendo recorridos por río y aire para ver los lugares más urgentes que hay que atacar y poder plantear en Nación la problemática. Necesitamos de maquinarias y financiamiento económico para poder realizarla”, explicó.
Asimismo, precisó que los lugares más urgentes a intervenir se encuentran en el corazón de las islas. Se trata de más de 400 mil hectáreas ubicadas dentro del ejido de Victoria. “Debemos cuidarlas, preservarlas y garantizar el agua potable a los pobladores”, subrayó. “Entre las medidas urgentes que le solicitamos al Gobernador, se encuentran la limpieza y dragado de los canales y ríos que alimentan nuestras cuencas, así como la rectificación de cauces que hoy están seriamente afectados por la sedimentación”, detalló.
“Estas acciones, las que se realizarán con la Dirección Hidráulica provincial en forma conjunta, no sólo buscan asegurar el abastecimiento de agua sino también preservar nuestros humedales y proteger la biodiversidad de la región, que es una parte fundamental de nuestra identidad y nuestro patrimonio”, sostuvo Castagnino.
IMPACTO AMBIENTAL
Por su parte, la diputada Laura Stratta consideró “importante que el Gobernador esté en tema y que pueda hablar con sus funcionarios para que faciliten todo lo que tiene que ver con las herramientas, las maquinarias y el financiamiento”. También destacó la importancia de coordinar acciones con Vialidad Nacional. Asimismo, remarcó que “el pliego de la hidrovía debe tener en cuenta a la ciudad Victoria en relación al dragado que se necesita porque el impacto ambiental y a las economías regionales, y en la captación del agua potable para la ciudad, es muy grande”.
En tanto, el senador Víctor Sanzberro resumió el planteo en tres estadios: “Lo más urgente es garantizar que el agua fluya desde la reserva natural de Laguna Grande por el riacho para que nuestra toma de agua pueda contar con el suministro, y así luego bombearlo a nuestra planta potabilizadora. Después, evitar la sangría de agua, mediante la obstrucción del canal de servicio que se construyó con motivo de la edificación del viaducto Victoria-Rosario. Y lo impostergable es que hace casi 30 años, a partir del dragado, el Paraná corre cada vez más hondo, encajonado y más rápido, y el agua no entra por las bocas naturales”, finalizó el senador.