A la penosa campaña de visitante, el Sabalero ahora también da pena de local. Podía ganar y quedar a dos de la punta. Perdió, quedó octavo y es el último que clasifica al Reducido.
Colón, que salía a jugar con todos los "otros resultados" puestos, recibía antes de salir a jugar contra Brown de Adrogué, buenas noticias desde las provincias argentinas:
- 1) Había perdido Gimnasia de Mendoza en el norte del país: 0-1 en Salta, la linda, contra el equipo del "Yagui" Forestello.
-2) Había perdido San Telmo, el resiliente candombero, en el sur del país: 0-1 contra Deportivo Madryn.
-3) No había podido ganar Defensores de Belgrano, el empatar 0-0 contra Atlanta en condición de visitante en la Capital Federal.
-4) No pudo el líder Nueva Chicago, en Santiago del Estero, empatando 0 a 0 con Mitre en la ciudad Madre de Ciudades, el equipo de Marito Sciacqua.
-5) De todos los "vecinos" de la parte alta, el único que había sumado los tres puntos era el amenazado Aldosivi de Mar del Plata: 3-0 al Deportivo Morón en la ciudad "Feliz" de la Provincia de Buenos Aires.
O sea, pasando en limpio, de los de arriba no había ganado ninguno (Nueva Chicago, Gimnasia de Mendoza, San Telmo) y sí lo había aprovechado Aldosivi en Mardel. Es decir, desde "los otros", una fecha positiva para el Colón de Rodolfo De Paoli. Claro que, ahora, para cerrar un feliz domingo, Colón tenía que hacer la suya. Y lo suyo en el Cementerio de los Elefantes contra un humilde Brown de Adrogué del "Flaco" Vivaldo.
Colón cayó ante Brown de Adrogué por 2 a 0 de local.Foto: Manuel Fabatía
Así lo entendió la gente, viviendo la previa con los celulares bajo el sol del domingo y entendiendo que era el día, tenía que ser el día de ganar, imponer personalidad y meterse con todo en el sprint final: sumando de a tres contra un flojito Brown, se ponía a dos de la punta a seis fechas del final. Todo cerraba en el Mundo Colón, con una condición: había que ganar.
En el inicio, con el multitudinario recibimiento de los varios miles de sabaleros, el equipo pareció entender el mensaje de las tribunas. Toda la semana se habló de los ensayos ofensivos de Soñora y Farioli por las bandas, pero finalmente salieron a la cancha Bernardi por derecha y Guille por izquierda. Igual, el orden de los factores no cambiaba la idea del producto: era un Colón ofensivo de todos formas.
Ese envión rojinegro duró apenas diez minutos con tres llegadas de gol: 1) a los 2 minutos, linda apertura de Forneris para Guille centro más lindo todavía y Rossi que la tira a la carrera arriba del travesaño; 2) otra vez Guille a los 4 minutos, zurdo por derecha, lo asiste a Herrera que vuela por afuera, centro del ex San Lorenzo, suciedad abajo y Bernardi que la limpia con una vaselina que se le fue arriba del travesaño; 3) a los 11 minutos, de nuevo por derecha, centro llovido de Bernardi al segundo palo, cabezazo de Toledo y gol, anulado al toque por Baliño al entender que el "9" de Colón cargó por la espalda al arquero de Brown dentro del área chica. Era una tromba Colón, con un solo defecto: se adelantaba bien pero volvía mal.
A los 14 y a los 28 minutos de ese primer tiempo no la fue a buscar adentro Vicentini porque decidió cerrar su arco: primero con las manos y después con los píes; en las dos contra Nouet. A esos espacios que dejaba Colón, los aprovechaba el visitante- Como no hay dos sin tres, a los 31 minutos, llegó el gol de Brown de Adrogué que enmudeció el Cementerio de los Elefantes. Ese desequilibrio táctico, con viajes de ida sin ticket de vuelta, de pagó carísimo: tres contra dos en la contra, con Paolo que se mete y Fernández que nunca da el paso para adelante, con lo cual quedaron todos habilitados y Brandon López lo fusiló al arquero anaranjado. De ahí en más, hasta el final que se cerró con una cortina de silbidos, siempre estuvo Brown más cerca del segundo que Colón del empate.
Colón volvió del vestuario como se fue al descanso: silbado, insultado. El entrenador ordenó dos cambios, ambos complicados de razonar y entender, fundamentalmente el de "zaguero por zaguero", al poner a Hernán Lopes por Nicolás Fernández, perdiendo 1 a 0 de local contra uno de los peores. El otro, Bruno Juncos de punterito por Forneris (Talpone solo de "5").
A los tres minutos del complemento, un zurdazo de Guille obligó a la revolcada de Wysocki en el arco del Fonavi. En la siguiente, Bernardi la tiró arriba de derecha. Los cambios, en el inicio del segundo tiempo, parecieron mejorar a Colón: le pegó Juncos y se fue al lado del caño bajo de Adrogué. En ese temblor, amarilla al experimentado Masuero por demorar de manera alevosa, tirando una pelota afuera.
Juncos, de lo mejor, la cruzó toda, encontró la cabeza de Toledo que otra vez la mandó al gol y otra vez se lo anularon, esta vez por off-side del "9", ex Tucumán y Junín. Se jugaban diez minutos, era todo de Colón y el "Flaco" Vivaldo también movió los hilos con dos cambios.
Lo de Colón era un monólogo buscando y Brown se metía cada vez más atrás en el Cementerio de los Elefantes. A los 15 minutos recién pasó la mitad de la cancha el visitante y provocó un tiro de esquina. En la siguiente, Toledo le metió desde lejos y se fue cerca. Después, Guille (de zurda) se la alcanzó al "1" de Adrogué.
Antes de los 20 minutos, "Rodo" mandó a Joel Soñora por un cansado cordobés Christian Bernardi. En la jugada siguiente, el arquero visitante se volvió a tirar pero no para demorar: pidió el cambio Matías Wysocki e ingresó el suplente, Gonzalo Rehak, ex Independiente y Godoy Cruz de Mendoza.
Una vez más, ventana de cambio para De Paoli a los 23 minutos, el olvidado Axel Rodríguez por un intrascendente Genaro Rossi: delantero por delantero. A pesar que la visita se metía cada vez más atrás y de manera muy peligrosa faltando tanto, Colón no lastimaba. Así, el partido entraba al último cuarto de hora. Justo ahí, se lo perdió Juncos por el segundo palo. Al toque, quemó cambios De Paoli: línea de tres atrás, Castet afuera y el "Grillito" Taborda adentro.
A los 36 minutos, se pudo terminar todo para Colón, cuando en una contra, Brandon López (a pesar de un muy mal control) le reventó el travesaño a Vicentini. Ya esa altura, el estadio era una caldera y la gente explotaba en la impotencia de perder en casa contra uno de los peores del ascenso. El típico "Jugadores...." y "Que se vayan todos" agitaban las aguas del Salado como nunca.
El "Bombero" Baliño hizo lo que nadie hace: devolverle al local el tiempo de juego perdido por el visitante y el cartelito se iluminó con el número "7". De todos modos, podría haber adicionado un año que Colón no podía meter un gol. Lo mismo si dejaban las "H" del rugby, donde Los Pumas hicieron historia hace una semana. Se podía jugar hasta mañana que la levedad de Colón no podía, a esta altura, hacer ningún tipo de milagro. De yapa, el 2-0 para Gamarra para que Colón se entierre solo en su propio Cementerio.
De ganar y quedar a dos del líder Nueva Chicago, a perder con uno de los peores y quedar octavo, a seis puntos de la punta y siendo el último clasificado, con luz de cuatro sobre el noveno que es Mitre de Santiago del Estero. O sea, está más cerca de quedarse afuera del Reducido que llegar a pelear por el #1 en la zona.
Colón, de andar penoso de visitante, sumó una derrota al límite de la deshonra de local contra uno de los peores equipos de la temporada de ascenso. Esta vez, la gente explotó con todo y contra todos. No se salvó nadie. El domingo, que con los resultados de los otros, pudo ser feliz, terminó en otro papelón sabalero. Para hacerla corta, ya da vergüenza este Colón.