Teresita Briozzi formó parte de la delegación de argentinos que viajó a los juegos paralímpicos de París. Aunque no logró una medalla, mejoró su marca y asegura que se queda con el aprendizaje.
Los Juegos Paralímpicos se llevaron a cabo en París entre el 28 de agosto y el 8 de septiembre y reunieron a 4.400 de los atletas más destacados del mundo que representaron a 185 Comités Paralímpicos Nacionales.
El Comité Paralímpico Argentino (Copar) viajó con un nutrido grupo de deportistas entre los que estuvo la concordiense Teresita Daiana Briozzi, de 26 años, que compitió en dos pruebas: los 200 y los 400 metros llanos.
La paratleta entrerriana se presentó por primera vez 30 de agosto en 400 metros llanos categoría T47. Aunque quedó décima en la competencia y no logró clasificar a la final, registró un tiempo de 1:01:85 y estableció su mejor marca personal.
En tanto, el sábado 7 de septiembre compitió en la clasificación de los 200 metros llanos en la categoría T47, con un tiempo de 26 segundos y 47 milésimas. Finalizó en el quinto puesto de su serie y, aunque tampoco clasificó a la final, también mejoró su marca personal.
Antes de partir hacia Francia, la concordiense estuvo entrenando en Buenos Aires, lugar en el que reside para prepararse de mejor manera de cara a sus competencias, aunque no es fácil. “Estoy hace tres años viviendo en Buenos Aires. El primer año me preparé para clasificar a un mundial y se dio, luego tuve los Juegos Panamericanos y clasifiqué. Sabía que este año eran los juegos Paralímpicos así que tomé la decisión de entrenar allí para poder prepararme, ya que se iba a tornar difícil. Es complejo porque pasé de vivir sola y hacer todo sola a tener que compartir con otros atletas. Además, Buenos Aires es diferente, hay mucho ruido, tuve que pasar un tiempo adaptándome y a partir del segundo año me sentí mejor, pero siempre se extraña Concordia”, explicó.
Briozzi ya había estado en París, en el mundial de atletismo, competencia en la que quedó séptima, y allí tuvo un primer panorama de lo que podía encontrar luego como atleta paralímpica. “Fue un pantallazo. Encontré que a nivel internacional los atletas paralímpicos son atletas de alto nivel, ahí me cayó una ficha y comprendí que debía prepararme mucho mejor así que en el Panamericano mejoré algunas marcas. Me preparé distinto y sé que si sigo por ese camino lograré grandes cosas”, detalló.
Al referirse a las sensaciones que tuvo durante la competencia de este año, dijo a Mirador Entre Ríos: “En la primera competencia, de 400 metros, me sentí totalmente nerviosa porque el ambiente era totalmente diferente al de otras competencias internacionales en las que estuve. Había mucha gente en el estadio, estaba lleno y fue la primera vez que corrí en ese contexto. Más allá del nivel sentí muchos nervios y después sentí que daba para más. En los 200 metros disfruté muchísimo”.
MEJORAR LAS MARCAS
En la tabla general, Briozzi tuvo un buen rendimiento, pero para ella no es suficiente. “Me había propuesto llegar al menos a una final. No se dio, pero pude mejorar mis dos marcas del año. A pesar de que fue mi primera competencia en estos juegos y lo hice después de mucho tiempo sin competir me fue bien, tengo sensaciones positivas y me quedo con lo que aprendí, aunque no es suficiente”, aseguró.
Al igual que otros atletas, la entrerriana siente que tendrá revancha. “Descubrí que hay un excelente nivel y después de haber ido quiero más. El día de mañana, si puedo ir de nuevo, quiero meterme en una final y pelear por una medalla. Quiero tener cuatro años de competencias con buenos resultados y clasificar a los próximos juegos con mejor nivel así puedo pelear entre las primeras competidoras y darle una medalla a Argentina, porque es emocionante y un desafío constante competir representando a tu país y sé que puedo dar más en otra oportunidad”.
Según detalló, no todo es competencia por medallas en la villa paralímpica. Ella sabía con quiénes iba a competir porque con varias atletas se había encontrado en el mundial y los lazos se reforzaron. “Competimos, pero fuera de la pista somos todos compañeros así que me quedo también con eso, con las relaciones y amistades que se forman, que son importantes porque son personas que comparten lo mismo que vos y que saben entenderte”, señaló.
UN CAMINO HECHO CON AMOR
“Yo amo el atletismo”, resume Briozzi cuando le consultan por qué lo eligió. Comenzó a practicar el deporte cuando tenía 11 años y estaba en el último grado de primaria y ese primer paso se dio gracias a un adulto que observó sus comportamientos en la escuela. “Un profesor que se llama Darío Guattini me vio que siempre estaba haciendo alguna actividad. En la escuela, todas las mujeres jugaban por un lado y yo andaba corriendo con los varones así que él me invitó a practicar atletismo. Ese año competí en los Juegos Evita, luego viajé al provincial y después clasifiqué al nacional. Después de eso vi a algunos atletas convencionales pasando obstáculos y pedí para hacer eso. Fue una exigencia diferente. Allí empecé a entrenar con Javier Benítez y a los 19 años me llamaron a la Selección a nivel nacional, tuve un buen rendimiento, fui a mi primer Panamericano juvenil y logré una medalla de oro y otra de plata. Mi camino es largo, pero lo hago con el corazón”, contó.
Antes de la pandemia, por temas personales dejó de competir, aunque todavía entrenaba, y decidió volver en 2022 porque la llamaron para convencerla de que vuelva a nivel profesional. “Decidí hacerlo porque el atletismo es el deporte que amo y elijo. Siempre iba a la pista, tenía ganas de volver, pero no se daban las condiciones hasta que me llamó el presidente de la Federación. Tuve que reformar toda mi rutina, comenzar a comer mejor, entrenar más duro. Me adapté bien, empecé a competir a nivel internacional así que seguí trabajando hasta que pude llegar a los juegos de París. El compromiso que puse rindió frutos”, aseguró.
Desde chica Teresita sabe que no existen los imposibles y aprendió que saltar los obstáculos puede llevarla a lograr lo que se propone. Ahora, con más experiencia y marcas mejoradas, espera seguir aprendiendo y creciendo y “poder levantar la bandera de Argentina en un podio”.