En el Senado, oficialismo y oposición coincidieron en rechazar los hechos violentos del jueves 19, cuando Diputados convirtió en ley la reforma previsional. Contrapunto entre Felipe Michlig (UCR) y Rubén Pirola (PJ) por el origen de lo sucedido.
Coincidieron en lo más importante, no respecto de las causas. Las bancadas del oficialismo y la oposición en el Senado condenaron por igual la violencia sufrida por la Legislatura una semana atrás, cuando por la fuerza, un grupo de manifestantes o de infiltrados, según cada interpretación, intentaron ingresar al edificio tras destrozar el portal principal del Palacio y arrojar todo tipo de proyectiles y una bomba de estruendo al hall central.
En sendos discursos, primero Felipe Michlig y luego Rubén Pirola, destacaron su absoluto repudio a los violentos, aunque interpretaron de distinta forma lo ocurrido. Para el radical se trató de una consecuencia directa de los discursos exacerbados y "mentirosos" de "dirigentes políticos y sindicales" que han "mentido a sus seguidores y afiliados" respecto de qué se ha hecho con la reforma previsional; para el justicialista, en cambio, la manifestación fue enteramente pacífica y los desbordes violentos han de provenir -estimó- de infiltrados cuyo propósito último sería interesante conocer.
Uno y otro, el presidente provisional de la Cámara y el líder del bloque opositor, expresaron su confianza en que se podrá identificar y llevar a la justicia a los autores materiales del ataque en el solo por fortuna no hubo que lamentar heridas más graves o irreparables, además de las contusiones en siete uniformados y el momentáneo problema en un ojo que sufrió un policía, al que un termo de vidrio le explotó en la cabeza, una de cuyas astillas lastimó al globo ocular.
Sin vallado
Todas las crónicas periodísticas, videos y fotografías de la violenta siesta del jueves 19 muestran que con una suerte de pizarra de aglomerado, un solo cartucho de gas pimienta par dispersar manifestantes y una descarga continua del contenido de unos 40 matafuegos se contuvo a quienes querían ingresar tras destrozar las puertas principales. También indican que antes, para no blindar la Legislatura con un esquema que provoque más incidentes, se desistió de colocar vallas que usualmente sirven para los partidos de fútbol de riesgo. Y que se optó por no apostar una línea de infantería con cascos, escudos y bastones, o armas con balas de goma.
Para ambos expositores, el propósito inicial fue elogiar el arrojo y la actuación profesional de los policías que debieron con pocos pertrechos resistir desde el interior del edificio el ataque, así como la colaboración que prestaron en buen número los empleados del Poder Legislativo que sin un esquema previo y por mera ocurrencia de uno de ellos acertaron a acercarles los equipos contra incendios a los efectivos policiales como herramientas improvisadas para dispersar la revuelta que pugnaba por entrar desde afuera.
Repudio a los violentos, homenaje en las bancas a la policía y los empleados que actuaron, solidaridad con todos los afectados por los sucesos violentos (y menciones a los riesgos y problemas para salir o ingresar que sufrieron asesores, empleados y periodistas, además de legisladores) fue sin dudas el centro de lo dicho por Michlig y Pirola, pero es en las diferencias donde se encuentra el único momento de alguna tensión de la sesión del día 19.
De “mentirosos” e “infiltrados”
Lo dicho: para el presidente del Comité Provincial del Radicalismo hay un hilo conductor entre lo que ocurrió y el clima que se gestó desde las críticas a la reforma. Identificó como "mentirosos" a "los dirigentes de Amsafé y de Festram". Dijo que "fue un objetivo" de ciertos sectores que haya divisiones en Unidos para Cambiar Santa Fe, lo que ciertamente no ocurrió.
Para el senador justicialista en cambio "me animo a decir que no son trabajadores sino infiltrados" los violentos. Y rechazó cualquier vínculo entre la participación democrática y legítima a manifestarse pacíficamente y el intento de toma y los destrozos que, comentó al pasar, también sufrió lugar asignado al bloque del justicialismo en el ala cercana a calle 4 de Enero.
El contrapunto incluyó otros aspectos conocidos de las dos posiciones frente a una norma que solo contó con los votos del oficialismo en ambas Cámaras, donde radicales, socialistas y otras fuerzas tienen números cómodos.