Entre los datos que se destacan, surge que la gran mayoría de cartoneros, superior al 90%, son masculinos, muchos de los cuales provienen de otras actividades en receso, como la construcción.
De los 819 censados, 704 pertenecen a los ocho grupos de acopios mencionados anteriormente, mientras que 115 pertenecen a La Lagunita y Grupo Calasanz. Estos últimos forman parte de los centros de acopio nuevos que se encuentran ubicados en los barrios, donde el relevamiento continúa en curso.
El 92,4% de los encuestados encuentra en el recupero de materiales en vía pública su principal fuente de ingreso. Aunque más de la mitad (50,9%) manifestó tener otro trabajo, lo realizan de modo eventual. Más del 80% no recibe ningún tipo de subsidio por parte del Estado.
Entre los datos que arrojó el relevamiento, se encuentra la franja etaria de quienes llevan adelante esta tarea. Más de la mitad, un 52%, tienen entre 20 y 35 años. La gran mayoría, superando el 75%, no supera los 50 años de edad. Esto quiere decir que 3 de cada 4 recolectores son jóvenes.
Si bien la franja que va de 18 a 50 años sigue siendo la dominante, en los últimos tres años ha aumentado un 10% la cantidad de personas entre 50 y 75 años dedicadas al recupero.
El 92,4% de los encuestados encuentra en el recupero de materiales en vía pública su principal fuente de ingreso.Foto: Mun. de Rosario
Del total de los registrados, un 50,8% expresó estar en la actividad desde hace más de 5 años. El resto se incorporó en los últimos 5 años. Dentro de ese porcentaje se encuentran quienes se volcaron a esta tarea en lo que va del año, y representan un 13% del total.
Otro dato interesante es el que se muestra con respecto a las condiciones de hábitat. El 84.9% de las personas relevadas regresa a una casa después de terminar su jornada laboral, propia o alquilada, mientras que el 13,5% se encuentra en una permanente o eventual situación de calle. Dentro de estos últimos, un 29,3% mantiene esa situación desde hace más de tres años, un 34,1% desde entre uno a tres años, un 14,6% entre un año a seis meses, y el 22% hace menos de seis meses.
Casi la mitad (48,7%) está en esa situación desde hace 3 años o menos. Dentro de los mismos, un 22% del total de recuperadores urbanos, está en situación de calle desde hace 6 meses a esta parte.
En cuanto al nivel educativo, el 32,1% de los encuestados no terminó la educación primaria, y el 27,5% no finalizó la educación secundaria. A su vez hay un 5% de analfabetismo. A su vez, y a partir de la consulta sobre si tienen interés en estudiar otro oficio: más del 75% afirmó que está interesado en aprender y desarrollar otra actividad.
La falta de cobertura médica es un denominador común, su principal vía de atención, ante los recurrentes pequeños accidentes, que pueden sufrir en la realización de su tarea de recuperación, o ante cualquier otro tipo de afección, son los centros de salud, ya sean municipales o provinciales, que se encuentran en los barrios en los que viven. El 77% del total declaró no tener problemas de salud o dolencias graves.
Casi el 80% de los recuperadores urbanos realiza dos turnos de tareas y el 43,8% ocupa entre 8 y 12 horas diarias. En ese lapso, revisan en promedio entre 30 y 35 contenedores al día.
En su mayoría (58,5%) lo hacen con un carro propio. El resto se divide entre aquellos que utilizan un carro prestado (32,5,%) y una minoría cercana al 9% que lo alquila.
En cuanto a la recolección en sí, el 29.3% recolecta cartón y metal simultáneamente, mientras un 32,4% recolecta, acondiciona y vende papel y cartón con exclusividad, el 29,6% recolecta cartón, (reflejando esta categoría a aquellos que han expresado recoger todas las opciones de la encuesta, es decir, cartón, metal, vidrio y plástico). El 8,6% recolecta metal únicamente.
En lo que respecta al acopio de los materiales, el 38,6% participa en algún Grupo de Acopio con los que la Secretaría de Desarrollo Humano tiene relación y seguimiento continuo. Este número supone un crecimiento con respecto al anterior muestreo concretado en 2021. Los restantes participan alternadamente y no tienen un lugar fijo de depósito del material recolectado, sino que van variando de acuerdo al precio que se paga o de la cercanía con respecto al recorrido realizado en el día.