Este martes se confirmó el fallecimiento del ex futbolista y entrenador, luego de una semana de internación en grave estado tras sufrir un ACV en su casa. Fue el jugador más campeón con la camiseta “canalla” y también pasó por River, Colón y el fútbol mexicano. Su muerte deja un vacío enorme en el corazón de todos los hinchas que lo vieron brillar en un campo de juego
El martes amaneció gris, plomizo, triste y melancólico en Rosario. Quizás en ese contexto, tenga mucho que ver el anuncio de la noticia que nadie quería escuchar: murió Omar “Negro” Palma. Más allá de su identificación con la camiseta de Rosario Central en una ciudad partida al medio por la pasión futbolera, Palma representaba de manera perfecta al fútbol de otra época, donde el amor por la pelota era mucho más fuerte que el dinero o que los negocios que rodean a este deporte tan popular y global. Amado por los “canallas” y respetado por los “leprosos”, el “Negro” se convirtió en leyenda y representante de la época más gloriosa de la centenaria institución del barrio rosarino de Arroyito. Su partida, ocasionada por un traicionero ACV que lo sorprendió en su casa de Ibarlucea y que lo dejó en grave estado en una cama de hospital por más de una semana, deja un vacío de gambetas, de gritos de gol de cara a la tribuna, de opiniones “sin casete”, de anécdotas y de recuerdos de un tiempo no tan lejano, pero que ya no volverá.
Como debía ser, los restos de Omar Arnaldo Palma será velados en el “Gigante” de Arroyito, el sitio en el que el “Negro” fue más feliz y donde hizo feliz a miles y miles de fanáticos “canallas” a lo largo de casi tres décadas. El actual presidente del club “auriazul”, Gonzalo Belloso, lo dispuso así una vez que se conoció la triste noticia del fallecimiento del tipo más campeón de la historia de la institución. Allí, debajo de las tribunas del estadio, los hinchas podrá darle el último adiós al ídolo eterno.
De Chaco directo al corazón “canalla”
Omar Palma comenzó a profesar su amor por la pelota en los potreros polvorientos de Campo Largo, en la provincia de Chaco, y se mudó a Rosario a principios de los años 70. En esa década, se comenzaba a decir que esta ciudad era “la capital del fútbol argentino”, por la enorme cantidad de talentos que salían de sus canchas, por el brillante título logrado por Central en 1971 y por la réplica de Newell’s en 1974. Y también porque en el viejo Central Córdoba deslumbraba la figura del inolvidable Tomás Felipe “Trinche” Carlovich, otra gloria del fútbol rosarino que se fue antes de tiempo e injustamente.
Seducido por esa marquesina, Palma recaló en las divisiones inferiores de Rosario Central para iniciar una historia de amor sin final. Rápidamente detectaron sus condiciones para jugar a la pelota y se fue abriendo camino hasta llegar a la primera división el 21 de octubre de 1979. ¿Quién lo hizo debutar? Quién otro si no que Don Ángel Tulio Zof, otra leyenda del club de Arroyito.
Desde aquel debut en la “Bombonera” en el Torneo Nacional del 79, el “Negro” Palma se vinculó con los capítulos más notables de Central. Fue campeón en el Nacional de 1980, torneo en el que empezó a mostrar todo su potencial. Se fue al descenso con el “Canalla” en 1984, para luego lograr algo que todavía es inigualable en la historia: conseguir el campeonato en la segunda categoría, volver a primera e inmediatamente salir campeón de la temporada 1986/87. En ese torneo, Palma fue figura y goleador.
Tuvo un breve paso a préstamo por Colón, después del ascenso logrado con Central y en medio de una reestructuración -una más- que ensayó la dirigencia del fútbol argentino. Y a finales de 1987, en su mejor año, River compró su pase para llevarlo a un equipo plagado de grandes jugadores. En el “Millonario” no brilló como en Central, pero le alcanzó para dejar su sello con goles y el título de la Copa Interamericana.
También pasó por México, donde dejó para el recuerdo un impactante gol al Real Madrid, en una histórica apilada. Casi como un guiño del destino, el “Negro” Roberto Fontanarrosa, eterno narrador de la gloria “canalla”, estaba en la tribuna viendo la obra maestra de Omar, su ídolo de Central.
La historia de vida de Palma se completa con una breve etapa de entrenador en Rosario Central y en Central Córdoba. También se asomó a la política y fue por unos años presidente comunal de Ibarlucea, la localidad del Gran Rosario que eligió para vivir con tranquilidad después de su retiro. Siempre ligado al “Canalla”, su voz gastada sonaba fuerte cuando había que buscar una opinión autorizada sobre el momento del equipo y del club.
La muerte sorprendió al “Negro” cuando estaba pasando por un momento de alegría, otra vez ligado Central como una especie de consultor en la estructura de divisiones inferiores. Su última aparición pública fue junto a otros ídolos “canallas” como Miguel Ángel Russo, “Coco” Pascuttini, el “Puma” Rodríguez y el “Colorado” Lussenhoff.
El “Negro” Omar Palma cruzó este martes el portal de la gloria eterna, esa que ya en vida le profesaban los hinchas de Central. Del otro lado lo esperaban, seguramente, Don Ángel, el “Viejo” Griguol, el “Negro” Fontanarrosa y todos los que lo vieron entrar con la pelota debajo del brazo desde la bandeja de arriba.