En sala

Milagro al portador: nuevas presentaciones en Rosario

La obra escrita y dirigida por Sebastián Isla presenta un tono poético, con tintes de realismo mágico. Siguen las presentaciones los próximos viernes 18 y 25 de octubre, desde las 21, en Teatro de La Manzana (San Juan 1950).


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«Al día siguiente no murió nadie» (José Saramago, Las intermitencias de la muerte).

“En un pueblo donde las cenizas prometen curas y las palabras son el poder, la esperanza se vende en cuotas y la memoria se convierte en un altar de leyendas”, más que un epígrafe es una línea que define el tono poético del texto y argumento de Milagro al portador, la dramaturgia de Sebastián Isla que encuentra puesta en escena en las actuaciones de María Bardach, Belen Aubert, Sofía Carozzi y Guillermo Mangiante. Las presentaciones se vienen desarrollando durante octubre y despiertan grandes expectativas para las próximas funciones de los días 18 y 25.

En un pueblo que busca renacer sobre sus propias cenizas, la vida de Mercedes, Enzo, Fiama y Telma habitan la propia Comala, en la catedral de sus leyendas de papel picado.

Las presentaciones se vienen desarrollando durante octubre y despiertan grandes expectativas.Foto: gentileza

 

Los personajes

Mercedes. Dicen que esa mujer tiene los cuentos o las memorias, y dicen también que carga con la tierra húmeda de todo pueblo. Sólo le quedaron las palabras y dos o tres olvidos, por eso Mercedes guarda o regala una historia plagada de nostalgias. Habla para cualquiera, pero, en especial, para su propia piel, lo que se tendría por un intento de entender tantísimos años de esperanzas que se apagan. Mercedes parece ajena a lo moderno, y su hogar se arma a fuerza de costumbres o de postres. No entiende el hoy. Sin embargo, a esa mujer le sobra voz para contar el hilo oculto que se pasea por muchos pasados y por muchos futuros. Y su voz suena lo mismo a mariposas que a polillas o murciélagos.

Enzo. El pueblo es su mundo, pero el mundo bien puede caber en la palma de su mano. Enzo duerme con los puños apretados, y sueña sueños de campo y de grandeza. Parece que está de suerte, pues su destino es la memoria, y el pasado está repleto de fantasmas, no hay manera de liarla. Maestro del ajedrez de supersticiones y leyendas. Enzo tiene corazón, cierto, y tampoco le faltan dos o tres sorbos de demagogia. Tal vez le duelen las ausencias. Y en un pueblo atravesado por tantas palabras, Enzo siempre quedará borrado por una carencia. Y va a ocultar la sombra al costado de la ruta.

Fiama. Sus ojos sospechan horizontes, y eran esos unos horizontes armados a soplo de plástico y neón. Fiama camina las tardes del pueblo, y ninguna cosa calma sus sueños de mundo. Le pesa la hipocresía, aunque nunca sabe la fórmula para fabricar futuros.

Las palabras de Fiama tapan el gorjeo del campo, y también hielan el cerebro. Fiama queda condenada a gritar, pobre Fiama, jamás será escuchada. El pueblo la rodea, estrecha las esquinas y la deja presa en el corazón de ese laberinto de tierra húmeda.

Telma. Una valija, y una mujer sola. El pueblo es pequeño y de techos bajos, pero Telma hizo que el pasado entrase igual. Hay misterio en sus ojos color otoño, lo que se diría una ambición o una pena. Traficar con las cosas de la felicidad la tiene cansada, aunque dará su última batalla, y serán las suyas voces de plástico y de neón.

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Sinopsis

El pueblo duerme con los puños apretados, y la siesta trae el olor de la parra, del patio y del aljibe. Las cenizas del muerto sanan a la gente. Y la casa de techos altos y de zaguán sabe rumores de milagros, lo que se dirían trucos de feria o nostalgias al portador. Sueños que se sueñan, sucedidos que se suceden. El santo canta en su fiesta y los cuerpos bochornean el latir de sus deseos de carnaval. Un pueblo donde la muerte se traba en negocio, ¿cuánto sale la curiosidad de los recovecos del más allá? Cualquier imposible alcanza para que el pueblo se sacuda la quietud. Lo viejo se muere, y lo nuevo posterga el nacimiento.

Del claroscuro surgen los monstruos, o los cuerpos armados a soplo de mil contradicciones y una: Mercedes, Enzo, Fiama y Telma. Tocaron épocas sin fe. Y, cuando todo parece agonizar, es de buena gente fabricar alguna leyenda de papel picado. ¿Por qué no? Los horizontes de este pueblo caben en una pequeña caja de madera.

Ficha

Género: Drama

Dirección y dramaturgia: Sebastián Isla.

Actúan: María Bardach, Belen Aubert, Sofía Carozzi y Guillermo Mangiante.

Asistencia de dirección: Josefina Logica.

Comunnity manager: Guillermo Mangiante.

Correo electrónico: milagrosalportador@gmail.com

Instagram: milagroalportador

Próximas funciones: Viernes 18 y 25 de octubre a las 21.

Lugar: Teatro De la Manzana (San Juan 1950, Rosario).


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