En Gálvez

Condenaron a tres hombres por el secuestro extorsivo de un joven discapacitado

La víctima sufre de discapacidad y además es insulino-dependiente. Los investigadores fueron clave para la resolución, detención y posterior condena de los malvivientes.


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Dos hermanos y su cuñado fueron condenados a prisión por el secuestro extorsivo de un hombre en la ciudad de Gálvez, departamento San Jerónimo, el pasado 14 de abril de 2023.

De acuerdo con lo resuelto por el Tribunal Oral Federal presidido por José María Escobar Cello y el acompañamiento de los vocales Luciano Homero Lauría y Elena Beatriz Dilario, con la participación acusatoria del fiscal federal general Martín Suárez Faisal, este viernes 18 de octubre, por la tarde, la justicia condenó a Martín Uriel Quevedo (38) y Franco Lionel Quevedo (36), ambos residentes en Gálvez, a la pena de 13 años de prisión y a Jonatan David Oscar Petri (41), a la condena de 11 años de cárcel.

Los tres eran mantenidos en prisión preventiva en la sede Santa Fe de la Policía Federal, apenas fueron apresados, a días del grave ilícito. La Justicia los consideró “coautores del delito de secuestro extorsivo agravado por tratarse la víctima de una persona discapacitada y por la cantidad de intervinientes (artículo 170 incisos 4 y 6 del Código Penal), a la pena de trece años de prisión, de cumplimiento efectivo, con más las accesorias legales (artículo 12 del código citado)”.

Por otra parte, a Petri –hasta entonces empleado del ejército– se lo penó “como coautor del delito de secuestro extorsivo agravado por tratarse la víctima de una persona discapacitada y por la cantidad de intervinientes, a la pena de once años de prisión, de cumplimiento efectivo, con más las accesorias legales”.

De la misma manera, el tribunal remitió a la Fiscalía Federal N° 2 de Santa Fe actuaciones iniciadas “con motivo de la denuncia formulada por Martín Uriel Quevedo y Franco Lionel Quevedo de los presuntos hechos padecidos durante su detención”.


EL HECHO


Los dos primeros residían en Gálvez. De acuerdo con la acusación, realizada por el Fiscal Federal Gustavo Onel: “Los tres planificaron y ejecutaron el secuestro extorsivo de NPM”, de 27 años entonces, apenas pasada la medianoche cuando la víctima andaba en bicicleta por calle Maipú, entre Av. República y Corrientes, de Gálvez, algo que hacía habitualmente.

En ese momento un Ford Focus gris que fue registrado por una cámara, se le cruzó en el camino, haciendo que el muchacho cayera de la bicicleta. Uno de los hermanos Quevedo bajó del auto, le puso una bolsa de tela en la cabeza y lo subió en el asiento de atrás, mientras el otro manejaba.

Posteriormente la acusación indicaba que “lo llevaron a una obra en construcción que consiguió Petri (el inmueble es de su esposa), en la localidad de Andino, a unos 90 km. de Gálvez, donde lo tuvieron cautivo, con las manos atadas y la cabeza tapada hasta casi el mediodía del mismo viernes”. Por el rescate, los tres malvivientes habían exigido primero U$S 200.000, luego pasaron a $5.000.000 que era lo que ofrecían los padres, pero finalmente fue liberado sin ningún pago a cambio. Los secuestradores pudieron comunicarse con la familia del muchacho, seis horas después de la privación ilegítima de la libertad.

Pero no solamente que este muchacho sufre discapacidad, lo que se convierte en agravante, sino que además le robaron una mochila, el celular, la billetera con el DNI, las llaves de su casa y $2000. También lo amenazaron y agredieron constantemente y lo golpearon (se constató contusión facial, herida cortante en labio superior e inferior y equimosis en ambos antebrazos y pierna derecha). La negociación no llegó a nada y cerca del mediodía fue liberado en zona rural de Aldao.


PROLIJA INVESTIGACIÓN


Hay que destacar el trabajo de investigación realizado, que comenzó con un número de teléfono que quedó marcado en el celular de la mamá del hombre secuestrado. Onel enseguida llegó hasta Gálvez, se convocó a la división antisecuestros de Buenos Aires, y a partir de allí comenzaron a atarse cabos, se instauró enseguida una escucha directa y se pudo trabajar en consecuencia hasta atraparlos en una serie de allanamientos gracias a que con los teléfonos de cada uno se podía saber dónde estaban.

Además, el muchacho fue encontrado por un camionero que al parecer lo conocía, y si bien llamó la atención que los secuestradores lo liberaran sin recibir el pago pretendido, se sospechó que pudo ser por sentirse cercados o bien por la situación que se generó en la salud de la víctima, que es insulino-dependiente y comenzaba a sufrir la sintomatología de descompensación.


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