Contrafestejo

Paraná bailó al compás del candombe

Se realizó el clásico encuentro en los alrededores de la Plaza Alvear. Este lugar es característico de la cultura afro y es donde se emplazaba el barrio del Tambor. Mirador Entre Ríos dialogó con Pablo Campos, uno de los integrantes y organizadores del Contrafestejo.


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Por vigésimo tercera vez, los cueros volvieron a sonar en Paraná. Desde el interior de los tambores se volvió a llamar al Contrafestejo, una propuesta cultural que ya se volvió habitual en la capital entrerriana. El barrio del Tambor fue, nuevamente, el anfitrión de esta edición que se realizó el 12 de octubre pero que tiene como jornada conmemorativa al día anterior, el último día de libertad de los pueblos originarios previo a la llegada de Cristóbal Colón y la cultura europea. Este año la actividad comenzó en horas de la tarde con una ceremonia ritual y finalizó entrada la noche a pura música y baile.

Alrededor de una fogata, quienes más tarde se convertirían en percusionistas depositaban sus tambores. Esta imagen es una de las más representativas del Contrafestejo y está relacionada con una cuestión operativa: tensionar los cueros del tambor para afinar su sonido, así como quien afina las cuerdas de una guitarra. Este momento tiene un costado simbólico ya que, además del templado de los instrumentos, también se realiza una ceremonia con distintas ritualidades.


RECORRIDO


El uso del espacio público es una de las consignas principales de cada uno de estos encuentros. En este caso, luego de la ceremonia en Plaza Alvear, las agrupaciones candomberas y batucadas se dirigieron a la esquina de calles Garay y Buenos Aires, uno de los espacios más característicos del antiguo barrio El Tambor. Desde allí comenzaron a recorrer la calle, entre colores, risas y las alegrías del baile. El sonido de los parches se diferenciaba entre cada una de las agrupaciones que participaron y que reivindicaban las luchas ancestrales y actuales. Algunos de los tambores, generadores de ese sonido tan habitual, reclamaban por la defensa de la cultura y de la universidad pública.

A medida que iban avanzando, las y los presentes se sumaban al cierre de la columna a puro baile. Luego de recorrer poco más de una cuadra rumbo a calle San Martín, la próxima agrupación hacía lo mismo y así hasta que todos hayan realizado su recorrido. Desde los balcones observaban la fiesta que se oía a varias cuadras a la redonda. El punto de encuentro, nuevamente, fue Plaza Alvear, pero desde el otro costado, en la intersección de calles Colón y San Martín.

El barrio del Tambor es donde se instalaron los primeros esclavos libres a principios del Siglo XIX y es donde se expresa con mayor fuerza la cultura afro en Paraná. Se ubicaron en la zona de la plaza y se extendieron hasta las orillas del río Paraná, en los alrededores de donde hoy se encuentra el Puerto Nuevo.


DESDE ADENTRO


Mirador Entre Ríos dialogó con Pablo Campos, integrante de la organización del Contrafestejo. La charla, que osciló entre la historia y la actualidad, nos dejó muchas cosas para pensar respecto a la cultura, los pueblos originarios y la necesidad del vínculo y el encuentro.

–¿Qué significa para ustedes esta fecha?
–Para nosotros el 11 de octubre significa el último día de libertad de los pueblos originarios del Abya Ayala. En esta fecha ejercitamos la memoria y reivindicamos nuestras raíces afros y originarias. Es donde seguimos buscando herramientas de resistencias ante un poder que sigue marginando a quienes habitamos el territorio.

–La propuesta promueve el vínculo con otros ¿Cómo se desarrolla el espacio?
–La función principal es propiciar un espacio donde sentirse cómodos y seguros, que sirva de motor para agrandar las redes y fortalecer la comunidad. Es allí donde hacemos amistades que tal vez solo nos vemos una o dos veces al año por la distancia y otras que ya comienzan a ser parte de nuestro cotidiano siempre con el mismo fin y propósito.

–¿Qué significa para ustedes poder recorrer el Barrio del Tambor?
–Es una gran responsabilidad y compromiso teniendo en cuenta la historia y el legado que representa. Llevamos esta tarea con orgullo, conciencia y en paz sabiendo que solo tiramos la primera piedra y nuestra comunidad nos apoya y acompaña. También nos deja tranquilos saber que la línea fundadora está acompañando. Por eso mismo creemos que estamos en el camino correcto.

–¿Qué balance hacés?
–Fue totalmente positiva. Las devoluciones de las personas y organizaciones siguen llegando y son excelentes. La jornada transcurrió sin percances en un clima de paz, conciencia y lucha con una amplia grilla artística y un buen número de feriantes. Más allá del día tan hermoso que pasamos, el Contrafestejo no es un evento aislado. Es un trabajo personal y grupal que dura todo el año. Como organización participamos y apoyamos otras actividades, este año en particular propusimos un conversatorio y una festi-feria previos que ayudaron a llegar tan plenos a este día.


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