Pablo Alejandro Sosa, de 38 años, reconoció que dio muerte aplicándole un certero golpe en la cabeza con un bate de softbol a José Luis González, en represalia por el hurto de una remera y unas zapatillas.
El hecho ocurrió el 19 de diciembre de 2021 en una casa de calle 3 de Febrero. El cuerpo fue hallado en el río Paraná, en el lado santafesino. La defensa pidió que, de homologarse en acuerdo de juicio abreviado, la pena se cumpla en la cárcel de Victoria porque en la de Paraná quedaría expuesto a una venganza.
Pablo Alejandro Sosa, de 38 años, mecánico desocupado, llegó a la audiencia de juicio abreviado cumpliendo una prisión domiciliaria en San Benito, y reconoció que “como represalia por la sustracción de una remera y unas zapatillas le dio un golpe contundente y certero con un bate de softbol en la cabeza causándole la muerte”. Se le imputó el delito de Homicidio simple como autor.
La jueza del Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná, Matilde Federik, dará a conocer el 4 de noviembre, a las 11, su resolución. La jueza analizará el acuerdo que le presentaron el fiscal Santiago Alfieri, y la defensa del acusado, a cargo de Leopoldo Capa, que consistió en el cumplimiento de una pena de 10 años y seis meses de prisión efectiva.
En el caso también está imputado el hermano de Sosa. Se trata de Ricardo Ignacio Sosa, de 45 años. Se le atribuyó que ayudó a su hermano a desembarazarse del cadáver, que terminaron arrojando al río Paraná y fue hallado por dos pescadores que dieron aviso a Prefectura Naval Argentina (PNA).
El fiscal expresó que la investigación permitió determinar que se trató de un hecho con un único autor, Pablo Alejandro Sosa, y que su hermano solo intervino para ayudar a aquel cuando le pidió ayuda con el hecho ya consumado. El acusador dio precisiones de la investigación y destacó que hubo testigos que refirieron que el hecho ocurrió en la casa de Sosa, donde ocurrió el hurto que generó primero una discusión y luego el trágico desenlace.
Sosa no tiene antecedentes penales y manifestó estar “limpio” del consumo de alcohol y sustancias. El dato cobra relevancia por las manifestaciones del fiscal que refirió que el conflicto entre víctima y victimario se dio en un contexto de habitualidad y de “compartir todo tipo de consumo”.
Las partes solicitaron a la jueza que, sin adentrarse en competencias del Juzgado de Ejecución de Pena, arbitre el pedido de que Sosa no sea alojado en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná habida cuenta de la conflictividad que existe aún entre ambas familias. En este sentido, la defensa manifestó que de investigaciones que realizó pudo determinar que hubo familiares de la víctima que adelantaron que “va haber venganza”.