Ocurrió a principios de noviembre en Coronda, cuando un reconocido profesional de la medicina había extraviado su teléfono, que además implica una agenda de su trabajo. Un chico de 9 años, vecino, lo encontró, se lo llevó y la recompensa le generó una sonrisa de oreja a oreja.
Ser buen vecino y conocer los códigos de empatía hacia los demás, lo sabe quizás todo el mundo, pero aplicarlo es la tarea que a veces no resulta tan sencilla. Saber que lo que no es de uno, puede estar siendo necesitado por otro, es una de las pruebas de ese respeto hacia los demás.
Y eso hizo Benjamín Frutos Godoy, de sólo 9 años pero con un criterio maduro a la hora de las buenas acciones. Concretamente, a principios de mes un médico neumonólogo muy conocido en la ciudad había perdido su teléfono celular y no se había dado cuenta.
Benja lo encontró, vio en la pantalla de quién era y no dudó en hacer un poco menos de una cuadra, tocar el timbre y dárselo sin siquiera consultar a un mayor: ya tenía decidido que ese aparato tenía dueño y había que devolverlo.
Ambos viven en barrio La Cuarta, en la zona sur urbana de Coronda, departamento San Jerónimo. El médico, el Dr. Mario Bircher, reside a pocos metros de la Escuela Primaria Nro. 819 “Dr. Simón de Iriondo”, donde es alumno de cuarto grado el chiquito.
Su mamá, Gabriela Godoy, contó muy orgullosa que “Benja salió a comprar al quiosco, en el camino encontró un celular que al pasar había perdido el Dr. Bircher. Él se da cuenta que es del médico y se lo lleva a su casa, que es muy cerca de la nuestra. Al llegar de vuelta me contó lo que pasó y me dijo que el doctor le mencionó que le iba a traer algo”. Ese algo era un hermoso presente en agradecimiento de parte del facultativo, ya que hoy un teléfono celular es mucho más que eso, es una verdadera agenda profesional, con todo lo que eso implica.
La recompensa llegó en la noche del jueves: una bicicleta de regalo. “Acá lo ven, muchas gracias al doctor por recompensar la honestidad de mi hijo de esta manera. Benja está muy feliz y yo ni les cuento. Como mamá me siento más que orgullosa de tener un hijo que a tan sólo sus 9 años piense de esta manera. Gracias hijo por hacerme saber que mami está haciendo las cosas bien, te amo… te amamos” contó Gabriela.
Muy contento, no tardó nada en salir a dar vueltas por calle Sarmiento casi Italia, la zona donde viven todos los protagonistas de esta inspiradora historia.
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