El fin de semana tendrá lugar en Paraná una nueva edición del tradicional Seven de la República, que cumplirá su cuadragésima edición en la rama masculina y la octava en la femenina.
El sábado 7 y el domingo 8 de diciembre, Paraná será nuevamente el epicentro del rugby reducido en Argentina con la disputa del 40° Seven de la República Masculino y el 8° Seven Femenino, un evento que reunirá a cerca de 1.000 jugadores provenientes de todo el país y naciones limítrofes.
El Club Atlético Estudiantes y el Paraná Rowing Club serán las sedes de esta emblemática competencia organizada por la Unión Argentina de Rugby (UAR) y coordinada logísticamente por la Unión Entrerriana de Rugby (UER). Además, el Club Tilcara será responsable de brindar las comidas a las delegaciones, reforzando el espíritu de camaradería que caracteriza al evento.
Desde la faz estrictamente deportiva, el torneo masculino cuenta con una estructura de seis zonas. Entre Ríos, último subcampeón, integrará la Zona 2 junto a Tucumán, Mar del Plata y Tierra del Fuego. Mientras tanto, los grupos del torneo femenino (mayores y juveniles) aún no han sido definidos.
PUNTO DE ENCUENTRO
Cada quien prevé disfrutar el encuentro a su manera. Los protagonistas, varones y mujeres, lo harán con el mejor nivel de juego. Los árbitros, buscan distenderse y aprovechar el único momento del año en que la gran mayoría puede verse cara a cara. Los directivos, llevan adelante reuniones en las que, por lo general, trazan y cierran aspectos vitales del desarrollo de la temporada posterior. No obstante, sin la complicidad y la voluntad de los artífices del rugby local, sería imposible la puesta a punto del cónclave.
Pese a haber dado inicio en 1981, desde 1988 la competencia está arraigada al corazón de una provincia que recibe y vive el certamen con un sentimiento a flor de piel.
La trayectoria de trascendentales temporadas respalda la jerarquía del evento que distingue rugbísticamente a Entre Ríos y le pone un broche de oro al calendario oficial de rugby en el país.
La rica historia del Seven de la República tiene en cuenta dos etapas bien diferenciadas. Por un lado, la de sus comienzos, de 1981 hasta 1987, época en la que el certamen se desarrolló en diferentes ciudades de la provincia de Buenos Aires. Por su parte, a partir de 1988 hasta la actualidad, el evento tiene su plaza fijada en la capital entrerriana.
Entre otros, pasaron por Paraná figuras consagradas como el ex capitán de Los Pumas, Agustín Pichot, quien fuera elegido en 1994 como el Mejor jugador del Seven. Además, estuvo presente Gastón Revol –máximo referente en la historia del Seven argentino–, Juan Imhoff, Santiago Cordero, Matías Orlando, Matías Moroni, Santiago Carreras, Rodrigo Isgro, entre otros de los actuales Pumas.
Mientras que el entrerriano Martín Gaitán, Javier Ortega Desio, Hugo Porta, Fabián Turnes, Lucas Ostiglia, Juan Martín Hernández, Facundo Isa, Juan Fernández Lobbe, Rolando Martin y otros jugadores que supieron dejar bien sentado el prestigio del deporte en el país también asistieron a la cita más importante del juego reducido nacional.
EL DESAFÍO DE RECUPERAR EL COLOR PERDIDO
Si bien el Seven de la República es uno de los eventos más tradicionales del rugby nacional y con el que se cierra oficialmente el calendario anual, su atractivo ha disminuido en los últimos años. Las ausencias de figuras destacadas –a raíz de diversas razones– han impactado en la calidad del espectáculo.
A esto se le suma el menor interés mediático en relación a algunos años atrás y la escasa convocatoria de público en un certamen cuyo formato de competencia, es considerado por algunos, obsoleto. Estas cuestiones han planteado el desafío de revitalizar un torneo que, en sus años dorados, era una fiesta de colores, pasión y rugby de altísimo nivel.
A pesar de este panorama, el Seven de la República sigue siendo un encuentro de relevancia que mantiene viva la tradición del rugby reducido en Argentina. Con la participación de numerosas uniones y un despliegue logístico de gran escala, Paraná volverá a ser el escenario de este histórico torneo, con la esperanza de recuperar su esplendor.