En altura

Dos rosarinos buscan el Guinness colocando el césped sintético más alto del mundo en el Aconcagua

 Una pareja realiza una travesía de cinco noches con mulas hacia la galería de arte de más altura del mundo para colocar allí el parquizado. Por propia iniciativa, decidieron colocarlo ellos mismos, en busca de lograr la proeza en el marco de turismo aventura en alturas.


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 Lisandro Valdano y su novia, María Verónica Salinas, comenzaron a emprender el pasado viernes un cometido de turismo aventura muy particular, ya que viajaron a ciudad de Mendoza para aprovisionarse, y durante una semana realizarán ascenso hacia la base Plaza de las Mulas, a 4.300 metros de altura del Aconcagua, para colocar un césped sintético, y batir de esta manera el récord mundial del parquizado colocado a mayor altura del mundo, a ser evaluado por el famoso récord Guiness.

Surgió a partir del pedido de Miguel Doura, el dueño de la galería de arte más alta del mundo (que fue certificado por el Guiness), ubicada en el Aconcagua, quien solicitó a la empresa donde Valdano es uno de los dueños, si podían donar algunos metros de césped sintético para colocar en su espacio.


A partir de ese pedido, Lisandro y Verónica comenzaron a pensar hacer viaje de aventura para cumplir con el pedido, que implicará riesgos varios y que contará con el acompañamiento de mulas.


Lisandro relató sobre esta proeza que se propuso cumplir por la satisfacción de una meta en alturas, “y si llega el Guinness (para el cual ya aplicaron), mejor”. Pero no es el objetivo principal, sino atravesar ese gran desafío, expuestos a los vientos de los Andes: “Nos pidió una donación del césped para colocar en el ingreso a la galería al aire libre, y también adentro de la galería”.


La logística de llevar el césped requiere toda una proeza, porque se accede únicamente caminando, y luego de varios días de un trabajo físico de aclimatarse a la presión de las alturas. Conlleva la posibilidad de perderse, riesgos de ser víctimas de una avalancha, y soportar 20 grados bajo cero por las noches. Pero ellos no se amedrentan, y comienzan su aventura este viernes a las 4 de la madrugada, que partirán con sus equipos de trekking hacia ciudad de Mendoza.


“Cuando recibimos el mensaje, en un principio íbamos a enviar el césped en encomienda. Pero fuimos pensando la posibilidad de hacer nosotros la colocación, ya que nos gusta hacer turismo aventura, como esquiar y snowboard. Tenemos equipos buenos, pero somos amateurs. Yo había ido al Aconcagua, pero conocía solo el campamento de la laguna de los Horcones, en la base de la montaña”, relató el aventurero de 34 años.


La galería donde colocarán el césped se llama "Natilus" y en la base Plaza de Mulas del Aconcagua, tanto esta como el resto de las estructuras son carpas y domos con base de caño resistente todo el año. El césped que colocará el rosarino Lisandro es mullido de 30 milímetros, y de paisajismo (no el de uso para cancha), ya que “el objetivo que nos pidió el artista es dar un respiro estético en medio del suelo rocoso de las alturas, y que al arribar los montañistas extenuados, descansen del agotamiento que conlleva nueve horas de trekking".


El plan de ascenso caminando con dos mulas


Valdano relató que lo primero es viajar a ciudad de Mendoza, donde alquilarán equipos especiales que les faltan. El ascenso requiere una aclimatación para el cuerpo por la presión de la altura, sumado a las bajas temperaturas. “En la llanura suelen ser unos mil grados hectopascales, mientras que en altura son alrededor de 500 grados hectopascales, y por eso el ascenso conlleva sus riesgos”, explicó a Mirador.


La primera parada será a 2.700 metros sobre el nivel del mar en el ingreso al Aconcagua, frente al Puente del Inca (un imponente puente natural sobre el río Cuevas, que data de tiempos inmemoriales y que fue registrado con dicho nombre por Charles Darwin): “Allí haremos un trekking hasta la cruz, que llega a 3.500 metros. Subir y bajar ayuda a aclimatar. Y ahí mismo cargaremos dos mulas con el césped sintético hacia la base Confluencia, donde dormiremos dos noches".

Una vez bien aclimatados a la altura de Confluencia, Lisandro y su pareja caminarán junto a las mulas hacia el norte durante unas nueve horas (a 18 kilómetros) hacia la Plaza de Mulas, en el campamento base donde está la galería. “Según nos advirtió Doura, al arribar vamos a estar rendidos de caminar tantas horas desde Confluencia. Es por eso que la colocación del césped la haremos el día siguiente. Nunca trabajé a cuatro mil metros de altura, pero estoy expectante que, por primera vez, vamos a poder disfrutar después de una colocación que realizamos, ya que esa noche vamos a poder tirarnos en el césped y ver las estrellas desde la montaña”, advirtió con entusiasmo.


El tercer día, tras haber cumplido con el pedido del artista Doura, la pareja subirá unos metros más arriba hacia Nido de Cóndores, que es una cueva que los montañistas aprovechan para descansar antes de hacer cumbre. “No vamos a intentar llegar a la cumbre, que es a casi 7 mil metros de altura, porque eso requiere un entrenamiento previo que no tenemos”, aclaró.


Para realizar esta travesía, Lisandro y su pareja se asesoraron con Doura, pero el recorrido lo harán de forma autoguiada, a partir del uso de GPS (con GPX Viewer) y de una aplicación llamada Wikiloc, la cual contiene un mapa del recorrido que se descarga para cuando no hay conexión de los celulares.


Aunque sabe de los varios riesgos que conlleva, Lisandro Valdano dijo estar muy tranquilo con los planes: “Los senderos están demarcados, y son costeando siempre los valles y ríos. Contratamos el hospedaje y la comida en ambos campamentos”.

Como se mencionaba previamente, son varios los riesgos: “Que tengamos una avalancha, un fenómeno natural que es totalmente impredecible, ya que sucede en días de clima normal. Es bajo el riesgo en el camino que nosotros tomaremos (que es sin escalar), pero si ocurre, en ese caso, es muy probable no sobrevivir”.

A pesar de toda la organización y del esfuerzo, también hay cierta posibilidad de no cumplir el objetivo de colocar el césped en la galería: “En la base Confluencia hay médicos que te revisan y dan el permiso o no de ascenso según el estado físico que observen, ante la presión de mayor altura. Y la brecha climática es muy amplia: si hay sol, de tarde puede hacer 20 grados, y de noche, puede bajar a -20”.

La pareja tiene la aventura decidida: “Vamos con la idea de respetar la montaña, subir con equipos impermeables que soportan frío, nieve y lluvias, pero no somos profesionales del montañismo. Que lo logremos, dependerá de la montaña, y en ese caso, vamos a ser súper felices. Y si ganamos el Guinness mejor”.


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