El municipio de esa localidad del departamento Caseros procedió a la devastación de dichos artefactos que generan molestias en la comunidad.
Esta semana se llevó a cabo la destrucción de 100 escapes de motocicletas secuestradas en la ciudad de Casilda. Son aquellos dispositivos adulterados que generan detonaciones y perjudican a todos los vecinos.
“Es una parte del cumplimiento del deber, hay ordenanzas que son bastantes claras. Obligadamente tenemos que destruir los escapes que no son legales. Casilda no es una pista de carrera”, expresó el intendente Guillermo Franchella, en diálogo con este medio.
En esa línea, representantes del grupo Prohibido Olvidar, protectoras de animales y familias de personas con autismo, participaron de la aniquilación de los escapes defectuosos, quienes expresaron su apoyo y pidieron mayor respeto y conciencia hacia los más afectados.
Por su parte, Carina Galip es madre de un niño con autismo y señaló que “hay mucha gente que sufre con estos ruidos. Las personas con autismo tienden a golpearse y a llorar mucho. Hay que ponerse en el lugar de aquellos que tienen dificultades a raíz de todo esto”.
El ruido excesivo generado por estos dispositivos no sólo representa una molestia, sino que también tiene graves consecuencias para la salud. Estudios han demostrado que la exposición prolongada a niveles elevados de ruido puede provocar estrés, alteraciones del sueño, problemas cardiovasculares y dificultades de concentración.
Además, impacta especialmente en personas con sensibilidad auditiva, niños con autismo, adultos mayores y animales, quienes pueden sufrir ansiedad, irritabilidad e incluso daños fisiológicos debido a la sobrecarga sensorial que produce el estruendo.
Las ciudades de Santa Fe y Firmat también ampliaron su regulación para sancionar a vehículos que generan ruidos fuertes y molestos, prohibiendo la circulación de motos o autos con caños de escape libre o sin silenciador, y aquellos que utilicen sistemas de parlantes que exceden los niveles permitidos.