“No había otra manera de viajar que en carro y este sería un retorno a aquellos tiempos. Mi abuelo trabajó en Santa Anita como maestro y ahora la intención es rememorar aquella época”, entendió Darío Wendler, coordinador municipal de Turismo y Cultura de Valle María.
Tomás Rico
[email protected]
‘La situación que queremos repetir es lo que sucedió con nuestros abuelos en el 1900, quienes en una época en que la Aldea Santa María era muy humilde, decidieron irse a Santa Anita donde estaba el padre Enrique Becher, quien quería fundar una aldea y tenía la particularidad de entregar tierras a los nuevos pobladores, así que decidieron emprender una aventura‘, comentó José Luis Sack, presidente de la asociación civil del museo de los Alemanes del Volga “Pedro A. Sack”, en una entrevista con Mirador Entre Ríos.
La travesía, denominada “el camino de los abuelos”, comenzará este domingo a bordo de ocho carruajes, entre ellos, seis carros típicos, un sulky (pequeño carruaje para uno o dos pasajeros) y una jardinera, en los que viajarán 20 personas desde Aldea Santa Anita. Mientras que desde Valle María partirán el próximo viernes dos carros con ocho personas en total.
‘Ahora 118 años después un grupo de descendientes de aquellas familias vamos a hacer la travesía para recorrer el mismo camino que hicieron ellos‘, mencionó Sack y destacó que buscarán asemejarse lo más posible a aquel momento de la historia: ‘Vamos a cocinar y a dormir al lado del carro, todos vamos a llevar ropa de época, llevaremos jaulas con gallinas y lechones como hacían antes‘.
Entre algunas de las actividades previstas para rememorar a sus familias, los viajeros cocinarán panes al fuego que improvisarán debajo de las barrancas de los arroyos que atraviesen en el camino. ‘Intentaremos sentir en nuestra piel lo que sintieron ellos‘, indicó José Luis.
Recorrido
El grupo que emprenderá el viaje desde la Aldea Santa Anita, el lugar que fundó Becher y contó con la imperiosa ayuda de las demás aldeas, comenzará el periplo con una misa. Luego visitarán el cementerio y empezarán a unir las colonias judías de Las Moscas, Villa Domínguez, entre otros lugares.
El trayecto de 250 kilómetros será trazado en una semana y por caminos rurales, salvo en la zona de Villaguay y Paso de la Laguna, donde cortarán el tránsito para cruzar el puente. Tras dejar atrás Paso de la Laguna, los viajeros se dirigirán por un camino de tierra de 80 km hasta María Grande, “un camino lleno de pajonales y arroyos con paisajes alucinantes, seguro pararemos a pescar y a dormir”, describió Sack.
En cada escala que tiene prevista la delegación realizarán actividades junto a los pobladores de los lugares que atraviesen.
“Daremos charlas en algunas escuelas rurales para explicarles a los chicos cómo era el trabajo de antes y llevaremos algunos libros para donar”, puntualizó.
Los dos grupos de expedicionarios se encontrarán en la zona denominada El Tala, ubicada a poco más de 5 km de Santa María, y compartirán campamento en una estancia, en la que celebrarán con tradiciones y peña folclórica de por medio.
La llegada a la Aldea Santa María está prevista en horas de la mañana del próximo domingo, y arribarán en caravana al museo de los Alemanes del Volga “Pedro A. Sack” para el corte de cinta.
Un lugar para recordar
El museo, que quedará inaugurado tras esta travesía, se creó con la intención de tener un espacio para mantener intactas las tradiciones y así apreciar el legado de los inmigrantes. “Es una casa típica de los Alemanes del Volga que se construyó con planos traídos desde allá y un diseño de las casas que pueden verse en Valle María, es un mismo sistema de construcción”, observó el presidente del museo e hijo de Pedro, quien fuera dueño de las tierras donde emerge la edificación.
“Tiene paredes con ladrillos a la vista, en forma de ‘Lº con ventanas chicas, no hay puertas a la calle, es decir que hay que entrar por el patio”, describió y dijo que lo único que le faltaría a este hogar serían los habitantes, porque todo será como una casa que se quedó en el tiempo, donde todo funciona. El espacio está equipado con muebles de más de 100 años y cuenta con un aljibe de antaño en el patio central.
“Es un legado para las futuras generaciones y para la gente de la aldea. Este museo se logró con un gran grupo humano que conforma la comisión y que trabajó a contrarreloj para llegar a terminar la construcción”, valoró Sack.
Desde Valle María
Los carreros desde Valle María saldrán el viernes próximo porque tienen solo 100 kilómetros que recorrer hasta la Aldea Santa María. “Antes de partir haremos una bendición frente a la iglesia Inmaculada Concepción y luego pasaremos por el cementerio para rendirles homenaje a nuestros abuelos”, señaló Darío Wendler, coordinador municipal de Turismo y Cultura, quien también está a cargo del museo regional “Hilando Recuerdos” en Valle María, y está en la constante búsqueda de mantener el recuerdo de los Alemanes del Volga.
Desde Valle María partirán rumbo a la Aldea Santa María un grupo de ocho personas de la Agrupación Tradicionalista Marienthal, quienes realizarán el viaje en dos carros, todo por caminos rurales, dejando huellas en Salto, Villa Fontana, Tezanos Pinto y Sauce Pinto. Luego cruzarán la ruta 18, la Picada y bordearán la ruta 10, para llegar al encuentro con los expedicionarios de Santa Anita, en la estancia “El Tala”.
En referencia a la historia que lo atañe a sus raíces, Wendler recordó que desde Valle María también migraron al levantamiento de Santa Anita a principios del siglo XX, y algunas familias fueron a vivir a la estancia de 6.000 hectáreas con las que comenzó su sueño fundacional el padre Becher.
“No había otra manera de viajar que en carro y este sería un retorno a aquellos tiempos. Mi abuelo trabajó en Santa Anita como maestro y ahora la intención es rememorar aquella época”, entendió Wendler.
“El viaje de los abuelos” no se realiza hace más de 10 años, tras un viaje que hicieron desde Santa Anita hasta Valle María, según recuerda el coordinador municipal. “Lo que sucede es que es difícil coincidir y encontrar personas en ambos lugares que se interesen en estas tradiciones, no se organiza. Pero ahora surgió y hay ganas de rememorarlo y hacerlo cada tanto”, avizoró Wendler.
A su vez, el funcionario rescató que “intentamos que el patrimonio material no se pierda, pero además en el museo, más allá de exponer lo material, buscamos mantener lo invisible, que lo componen las tradiciones”, y enumeró algunas de las costumbres que luchan por subsistir en las generaciones actuales como “saber cocinar las comidas típicas, los coros con canciones alemanas y los bailes, es una riqueza inmaterial que queremos conservar”, e indicó que desde Valle María es probable que se presente el coro de la ciudad en la inauguración del museo “Pedro A. Sack”.
Mantener la tradición
Alicia de Klaus, junto a su esposo Enrique Klaus, llevan 40 años de casados y viven en Valle María. Hace 23 años se encargan del cuidado de los caballos y la puesta a punto de los carros, una labor que mantienen activa a pesar del paso del tiempo y que los medios de transporte actuales hayan extinguido esa práctica tan común decenas de años atrás.
“Toda la vida nos gustaron los carros y caballos, cuando éramos chicos el caballo era nuestro único medio de transporte, lo usábamos para ir al pueblo o a la escuela. Querías sacar agua del pozo y el caballo era tu única opción”, recordó Alicia, en diálogo con este medio.
Ahora, un poco más relegado el carro como movilidad, los Klaus alistan los carruajes para los desfiles y fiestas tradicionales, y al presentarse esta oportunidad solo les tomó un suspiro para decidirse y sumarse: “Queríamos hacer hace mucho este viaje con mi marido y nunca se había dado la oportunidad y ahora nos queremos sacar las ganas”, se sinceró Klaus y agregó la importancia de compartir este viaje con la familia y sobre todo con los más jóvenes.
“Con nosotros va a ir nuestro nieto de 15 años y esta bueno que conozca y sepa lo que significa este viaje. Conocer pueblos y tradiciones ayuda mucho”, observó y explicó que cada carro será traccionado por dos caballos.
“Uno espera con ansias este viaje porque es algo que ya vivimos de más chicos y sería una lástima que se pierda esta tradición. Son recuerdos de nuestra niñez y revivirlo es muy valioso”, concluyó Alicia.
"Acá los caballos comen primero"
En referencia al cuidado de los animales y a la importancia de no “explotarlos”, Alicia sostuvo que “acá los caballos comen primero, después comemos nosotros. Los tenemos para mostrarlos y lucirlos lindos, tenemos 10 caballos todos gordos y mantenidos”.
Alicia y su familia pertenecen a Marienthal, y desde la organización pasean en los carros a chicos de escuelas entrerrianas cuando visitan Valle María.
[email protected]
‘La situación que queremos repetir es lo que sucedió con nuestros abuelos en el 1900, quienes en una época en que la Aldea Santa María era muy humilde, decidieron irse a Santa Anita donde estaba el padre Enrique Becher, quien quería fundar una aldea y tenía la particularidad de entregar tierras a los nuevos pobladores, así que decidieron emprender una aventura‘, comentó José Luis Sack, presidente de la asociación civil del museo de los Alemanes del Volga “Pedro A. Sack”, en una entrevista con Mirador Entre Ríos.
La travesía, denominada “el camino de los abuelos”, comenzará este domingo a bordo de ocho carruajes, entre ellos, seis carros típicos, un sulky (pequeño carruaje para uno o dos pasajeros) y una jardinera, en los que viajarán 20 personas desde Aldea Santa Anita. Mientras que desde Valle María partirán el próximo viernes dos carros con ocho personas en total.
‘Ahora 118 años después un grupo de descendientes de aquellas familias vamos a hacer la travesía para recorrer el mismo camino que hicieron ellos‘, mencionó Sack y destacó que buscarán asemejarse lo más posible a aquel momento de la historia: ‘Vamos a cocinar y a dormir al lado del carro, todos vamos a llevar ropa de época, llevaremos jaulas con gallinas y lechones como hacían antes‘.
Entre algunas de las actividades previstas para rememorar a sus familias, los viajeros cocinarán panes al fuego que improvisarán debajo de las barrancas de los arroyos que atraviesen en el camino. ‘Intentaremos sentir en nuestra piel lo que sintieron ellos‘, indicó José Luis.
Recorrido
El grupo que emprenderá el viaje desde la Aldea Santa Anita, el lugar que fundó Becher y contó con la imperiosa ayuda de las demás aldeas, comenzará el periplo con una misa. Luego visitarán el cementerio y empezarán a unir las colonias judías de Las Moscas, Villa Domínguez, entre otros lugares.
El trayecto de 250 kilómetros será trazado en una semana y por caminos rurales, salvo en la zona de Villaguay y Paso de la Laguna, donde cortarán el tránsito para cruzar el puente. Tras dejar atrás Paso de la Laguna, los viajeros se dirigirán por un camino de tierra de 80 km hasta María Grande, “un camino lleno de pajonales y arroyos con paisajes alucinantes, seguro pararemos a pescar y a dormir”, describió Sack.
En cada escala que tiene prevista la delegación realizarán actividades junto a los pobladores de los lugares que atraviesen.
“Daremos charlas en algunas escuelas rurales para explicarles a los chicos cómo era el trabajo de antes y llevaremos algunos libros para donar”, puntualizó.
Los dos grupos de expedicionarios se encontrarán en la zona denominada El Tala, ubicada a poco más de 5 km de Santa María, y compartirán campamento en una estancia, en la que celebrarán con tradiciones y peña folclórica de por medio.
La llegada a la Aldea Santa María está prevista en horas de la mañana del próximo domingo, y arribarán en caravana al museo de los Alemanes del Volga “Pedro A. Sack” para el corte de cinta.
Un lugar para recordar
El museo, que quedará inaugurado tras esta travesía, se creó con la intención de tener un espacio para mantener intactas las tradiciones y así apreciar el legado de los inmigrantes. “Es una casa típica de los Alemanes del Volga que se construyó con planos traídos desde allá y un diseño de las casas que pueden verse en Valle María, es un mismo sistema de construcción”, observó el presidente del museo e hijo de Pedro, quien fuera dueño de las tierras donde emerge la edificación.
“Tiene paredes con ladrillos a la vista, en forma de ‘Lº con ventanas chicas, no hay puertas a la calle, es decir que hay que entrar por el patio”, describió y dijo que lo único que le faltaría a este hogar serían los habitantes, porque todo será como una casa que se quedó en el tiempo, donde todo funciona. El espacio está equipado con muebles de más de 100 años y cuenta con un aljibe de antaño en el patio central.
“Es un legado para las futuras generaciones y para la gente de la aldea. Este museo se logró con un gran grupo humano que conforma la comisión y que trabajó a contrarreloj para llegar a terminar la construcción”, valoró Sack.
Desde Valle María
Los carreros desde Valle María saldrán el viernes próximo porque tienen solo 100 kilómetros que recorrer hasta la Aldea Santa María. “Antes de partir haremos una bendición frente a la iglesia Inmaculada Concepción y luego pasaremos por el cementerio para rendirles homenaje a nuestros abuelos”, señaló Darío Wendler, coordinador municipal de Turismo y Cultura, quien también está a cargo del museo regional “Hilando Recuerdos” en Valle María, y está en la constante búsqueda de mantener el recuerdo de los Alemanes del Volga.
Desde Valle María partirán rumbo a la Aldea Santa María un grupo de ocho personas de la Agrupación Tradicionalista Marienthal, quienes realizarán el viaje en dos carros, todo por caminos rurales, dejando huellas en Salto, Villa Fontana, Tezanos Pinto y Sauce Pinto. Luego cruzarán la ruta 18, la Picada y bordearán la ruta 10, para llegar al encuentro con los expedicionarios de Santa Anita, en la estancia “El Tala”.
En referencia a la historia que lo atañe a sus raíces, Wendler recordó que desde Valle María también migraron al levantamiento de Santa Anita a principios del siglo XX, y algunas familias fueron a vivir a la estancia de 6.000 hectáreas con las que comenzó su sueño fundacional el padre Becher.
“No había otra manera de viajar que en carro y este sería un retorno a aquellos tiempos. Mi abuelo trabajó en Santa Anita como maestro y ahora la intención es rememorar aquella época”, entendió Wendler.
“El viaje de los abuelos” no se realiza hace más de 10 años, tras un viaje que hicieron desde Santa Anita hasta Valle María, según recuerda el coordinador municipal. “Lo que sucede es que es difícil coincidir y encontrar personas en ambos lugares que se interesen en estas tradiciones, no se organiza. Pero ahora surgió y hay ganas de rememorarlo y hacerlo cada tanto”, avizoró Wendler.
A su vez, el funcionario rescató que “intentamos que el patrimonio material no se pierda, pero además en el museo, más allá de exponer lo material, buscamos mantener lo invisible, que lo componen las tradiciones”, y enumeró algunas de las costumbres que luchan por subsistir en las generaciones actuales como “saber cocinar las comidas típicas, los coros con canciones alemanas y los bailes, es una riqueza inmaterial que queremos conservar”, e indicó que desde Valle María es probable que se presente el coro de la ciudad en la inauguración del museo “Pedro A. Sack”.
Mantener la tradición
Alicia de Klaus, junto a su esposo Enrique Klaus, llevan 40 años de casados y viven en Valle María. Hace 23 años se encargan del cuidado de los caballos y la puesta a punto de los carros, una labor que mantienen activa a pesar del paso del tiempo y que los medios de transporte actuales hayan extinguido esa práctica tan común decenas de años atrás.
“Toda la vida nos gustaron los carros y caballos, cuando éramos chicos el caballo era nuestro único medio de transporte, lo usábamos para ir al pueblo o a la escuela. Querías sacar agua del pozo y el caballo era tu única opción”, recordó Alicia, en diálogo con este medio.
Ahora, un poco más relegado el carro como movilidad, los Klaus alistan los carruajes para los desfiles y fiestas tradicionales, y al presentarse esta oportunidad solo les tomó un suspiro para decidirse y sumarse: “Queríamos hacer hace mucho este viaje con mi marido y nunca se había dado la oportunidad y ahora nos queremos sacar las ganas”, se sinceró Klaus y agregó la importancia de compartir este viaje con la familia y sobre todo con los más jóvenes.
“Con nosotros va a ir nuestro nieto de 15 años y esta bueno que conozca y sepa lo que significa este viaje. Conocer pueblos y tradiciones ayuda mucho”, observó y explicó que cada carro será traccionado por dos caballos.
“Uno espera con ansias este viaje porque es algo que ya vivimos de más chicos y sería una lástima que se pierda esta tradición. Son recuerdos de nuestra niñez y revivirlo es muy valioso”, concluyó Alicia.
"Acá los caballos comen primero"
En referencia al cuidado de los animales y a la importancia de no “explotarlos”, Alicia sostuvo que “acá los caballos comen primero, después comemos nosotros. Los tenemos para mostrarlos y lucirlos lindos, tenemos 10 caballos todos gordos y mantenidos”.
Alicia y su familia pertenecen a Marienthal, y desde la organización pasean en los carros a chicos de escuelas entrerrianas cuando visitan Valle María.
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