Hace algunas ediciones de Mirador Entre Ríos conocíamos la historia de Sofía Schell, la primera jugadora de fútbol crespense que llegó a la Selección Argentina. Ahora es momento de hablar de otra chica que actualmente viste los colores sagrados, justo en tiempos de auge –afortunadamente- para la disciplina por su desempeño en el Mundial de Francia y toda la movida que existe con el fin de profesionalizar el fútbol en el país. Se trata de Agostina Holzheier, de tan solo 15 años, quien tiene un gran presente pero también un futuro arrollador.
Nacida en el seno de una familia de laburantes, Agos es la menor de 4 hermanos. Desde muy chica no conoce otra manera de divertirse que no sea pateando una pelota, quizás siguiendo los pasos de Alcides, Alejandro y Álvaro (radicando en España, juega en la Tercera División); quienes acompañados por su padre Alcides siempre practicaron fútbol. Y una vez tomada la decisión de arrancar a practicar con los varones, lejos de prohibírselo, su madre Norma fue la primera en llevarla a los entrenamientos.
Hace un par de semanas Agostina fue citada por segunda vez a entrenar en el predio de AFA con las mejores del país, en una Preselección Sub 17. La delantera, que también tiene la posibilidad de jugar en River Plate, dialogó en exclusivo con Mirador Entre Ríos y repasó sus comienzos, actualidad y sueños dentro del fútbol.
“Empecé a jugar por mis hermanos, con ellos siempre peloteaba en casa porque era la única mujer. Una vez fui con mis viejos a Cultural, ahí lo encontré a Ruso Demuth y me invitó a sumarme. (N.R: Fabián "Ruso" Demuth es Director Técnico de las infantiles y Coordinador General del Torneo Amistad, uno de los más grandes de la provincia). Yo tenía 4 años, pero es como que si necesitaba ese envión para arrancar con los varones”, comenzó Holzheier.
-¿Qué dijeron tus viejos?
- Mi mamá quiso que vaya, a ella le gusta mucho el fútbol. Nunca jugó porque antes no había equipos, pero siempre va a la cancha y mira los partidos. Y mi papá aceptó porque mis tres hermanos jugaban también.
-¿Los chicos te recibieron bien?
- No me acuerdo mucho pero sí, los chicos siempre tuvieron la mejor. Entiendo que debió ser raro en ese entonces, pero nunca me faltaron el respeto cuando arranqué. Sí recuerdo que había uno que me pegaba siempre (entre risas), todas las prácticas ligaba una patada de él.
El cambio a Unión
A los 6 años cambió de club para nunca más dejar de vestir la camiseta verde del Club Atlético Unión de Crespo. "Me fui porque los seguí a mis hermanos. En realidad nos fuimos toda la familia. En Cultural llegué a jugar algunos campeonatos, pero todo el desarrollo como jugadora lo hice en Unión”, dijo.
-¿Cómo fue empezar a jugar con chicas?
- Con ellas arranqué a los 13. Las gurisas me recibieron bien y siempre estuvieron predispuestas, la integración no fue difícil porque ya me conocían y además no era de hablar mucho. Me acuerdo que al principio era medio fácil, porque estaba muy acostumbrada a jugar con varones y en lo físico y táctico sacaba diferencia. En el último tiempo hubo un crecimiento en el fútbol femenino, hay más preparación y orden adentro de la cancha. Hace algunas semanas me invitaron a entrenar los chicos de Sub 20 que jugaban contra la Sub 17 y no me sentí para nada mal, todo lo contrario. Creo que el ritmo del masculino lo sigo teniendo.
-¿Nunca tuviste ganas de dejar?
- No, a medida que fui creciendo me iba dando cuenta que era lo mío y que era lo que quería hacer. Cuando empecé no entendía nada. Solo corría detrás de la pelota, no tomaba dimensión. Nunca pensé que podía llega a River o a la Selección.
-¿Sos de mirar fútbol?
- Ahora un poco más que antes. Quizás me siento a mirar algún partido. Pero verdaderamente prefiero agarrar la pelota e irme afuera a hacer jueguitos o patear contra la pared. Soy hincha de River por herencia familiar, pero tampoco miro los partidos. Salvo alguno importante o que tenga muchas ganas de mirar fútbol.
Selección Argentina
La primera vez de Agostina en el predio de AFA fue en 2017. Allí entrenó, luego jugó un cuadrangular y tenía que viajar a disputar un Sudamericano, pero una lesión le impidió estar. "Tenía 14 años y el primer entrenamiento que fue tipo una prueba lo tuve que hacer con Sub 20. A los entrenadores les gustó cómo jugué y me citaron con la 17 para jugar el cuadrangular en Mar del Plata, donde estuve en los dos primeros partidos, pero el último no lo pude jugar por una contractura en el isquiotibial".
Hace un mes aproximadamente volvió a ser llamada para que se presente en Ezeiza con la Preselección Sub 17, donde estuvo varios días entrenando con las mejores del país. "Fue diferente la última vez que fui. No sé si en 2017 era muy chica o no tomaba dimensión de dónde estaba. Pero ahora es como que ya tengo mi meta clara de ser futbolista profesional y lo tomo más serio. Cuando me llegó el mensaje comunicándome que tenía que ir, me agarró una felicidad tremenda. Los entrenamientos son muy diferentes a los habituales, son mucho más intensos. Por ejemplo, a la mañana hacemos tres horas de gimnasio, que eso acá no se ve. Te hacen aprovechar al máximo las herramientas que te dan para trabajar".
-¿Cómo llegó la oportunidad de River?
- Fue antes del segundo llamado para la Selección Argentina. Conseguí una prueba y después de eso me pidieron que siga yendo. Ahora tengo que ir a entrenar una vez por mes mínimamente hasta que me confirmen si me dan una pensión para quedarme. Me habían citado para ir a jugar un campeonato a Uruguay, pero coincidió con los días que estaba entrenando en la Selección y no me dejaron.
-¿Tenes objetivos a corto tiempo?
- Sí. Quiero seguir por este camino, crecer en la Selección Argentina y poder irme a Buenos Aires a jugar en River.
Nacida en el seno de una familia de laburantes, Agos es la menor de 4 hermanos. Desde muy chica no conoce otra manera de divertirse que no sea pateando una pelota, quizás siguiendo los pasos de Alcides, Alejandro y Álvaro (radicando en España, juega en la Tercera División); quienes acompañados por su padre Alcides siempre practicaron fútbol. Y una vez tomada la decisión de arrancar a practicar con los varones, lejos de prohibírselo, su madre Norma fue la primera en llevarla a los entrenamientos.
Hace un par de semanas Agostina fue citada por segunda vez a entrenar en el predio de AFA con las mejores del país, en una Preselección Sub 17. La delantera, que también tiene la posibilidad de jugar en River Plate, dialogó en exclusivo con Mirador Entre Ríos y repasó sus comienzos, actualidad y sueños dentro del fútbol.
“Empecé a jugar por mis hermanos, con ellos siempre peloteaba en casa porque era la única mujer. Una vez fui con mis viejos a Cultural, ahí lo encontré a Ruso Demuth y me invitó a sumarme. (N.R: Fabián "Ruso" Demuth es Director Técnico de las infantiles y Coordinador General del Torneo Amistad, uno de los más grandes de la provincia). Yo tenía 4 años, pero es como que si necesitaba ese envión para arrancar con los varones”, comenzó Holzheier.
-¿Qué dijeron tus viejos?
- Mi mamá quiso que vaya, a ella le gusta mucho el fútbol. Nunca jugó porque antes no había equipos, pero siempre va a la cancha y mira los partidos. Y mi papá aceptó porque mis tres hermanos jugaban también.
-¿Los chicos te recibieron bien?
- No me acuerdo mucho pero sí, los chicos siempre tuvieron la mejor. Entiendo que debió ser raro en ese entonces, pero nunca me faltaron el respeto cuando arranqué. Sí recuerdo que había uno que me pegaba siempre (entre risas), todas las prácticas ligaba una patada de él.
El cambio a Unión
A los 6 años cambió de club para nunca más dejar de vestir la camiseta verde del Club Atlético Unión de Crespo. "Me fui porque los seguí a mis hermanos. En realidad nos fuimos toda la familia. En Cultural llegué a jugar algunos campeonatos, pero todo el desarrollo como jugadora lo hice en Unión”, dijo.
-¿Cómo fue empezar a jugar con chicas?
- Con ellas arranqué a los 13. Las gurisas me recibieron bien y siempre estuvieron predispuestas, la integración no fue difícil porque ya me conocían y además no era de hablar mucho. Me acuerdo que al principio era medio fácil, porque estaba muy acostumbrada a jugar con varones y en lo físico y táctico sacaba diferencia. En el último tiempo hubo un crecimiento en el fútbol femenino, hay más preparación y orden adentro de la cancha. Hace algunas semanas me invitaron a entrenar los chicos de Sub 20 que jugaban contra la Sub 17 y no me sentí para nada mal, todo lo contrario. Creo que el ritmo del masculino lo sigo teniendo.
-¿Nunca tuviste ganas de dejar?
- No, a medida que fui creciendo me iba dando cuenta que era lo mío y que era lo que quería hacer. Cuando empecé no entendía nada. Solo corría detrás de la pelota, no tomaba dimensión. Nunca pensé que podía llega a River o a la Selección.
-¿Sos de mirar fútbol?
- Ahora un poco más que antes. Quizás me siento a mirar algún partido. Pero verdaderamente prefiero agarrar la pelota e irme afuera a hacer jueguitos o patear contra la pared. Soy hincha de River por herencia familiar, pero tampoco miro los partidos. Salvo alguno importante o que tenga muchas ganas de mirar fútbol.
Selección Argentina
La primera vez de Agostina en el predio de AFA fue en 2017. Allí entrenó, luego jugó un cuadrangular y tenía que viajar a disputar un Sudamericano, pero una lesión le impidió estar. "Tenía 14 años y el primer entrenamiento que fue tipo una prueba lo tuve que hacer con Sub 20. A los entrenadores les gustó cómo jugué y me citaron con la 17 para jugar el cuadrangular en Mar del Plata, donde estuve en los dos primeros partidos, pero el último no lo pude jugar por una contractura en el isquiotibial".
Hace un mes aproximadamente volvió a ser llamada para que se presente en Ezeiza con la Preselección Sub 17, donde estuvo varios días entrenando con las mejores del país. "Fue diferente la última vez que fui. No sé si en 2017 era muy chica o no tomaba dimensión de dónde estaba. Pero ahora es como que ya tengo mi meta clara de ser futbolista profesional y lo tomo más serio. Cuando me llegó el mensaje comunicándome que tenía que ir, me agarró una felicidad tremenda. Los entrenamientos son muy diferentes a los habituales, son mucho más intensos. Por ejemplo, a la mañana hacemos tres horas de gimnasio, que eso acá no se ve. Te hacen aprovechar al máximo las herramientas que te dan para trabajar".
-¿Cómo llegó la oportunidad de River?
- Fue antes del segundo llamado para la Selección Argentina. Conseguí una prueba y después de eso me pidieron que siga yendo. Ahora tengo que ir a entrenar una vez por mes mínimamente hasta que me confirmen si me dan una pensión para quedarme. Me habían citado para ir a jugar un campeonato a Uruguay, pero coincidió con los días que estaba entrenando en la Selección y no me dejaron.
-¿Tenes objetivos a corto tiempo?
- Sí. Quiero seguir por este camino, crecer en la Selección Argentina y poder irme a Buenos Aires a jugar en River.
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