José Gallo en el taller donde reconstruye los Fiat 600.
Ezequiel Re
Un auto nostálgico pero que se mantiene en pie. El Fiat 600 surgió en Italia en los años 50 y se afianzó en Argentina en los 60 hasta los 80. Vivió en el corazón de la familia y tal es el cariño que aún hoy, cuando se lo ve en la calle hay signos de exclamación significando un viaje a los recuerdos.
Pero el Fitito no muere. Al contrario. Se mantiene en pie por aquellos clubes de apasionados restauradores o porque siguen girando en las pistas argentinas, de tierra o pavimento. Las zonales le dieron vida y velocidad. Entonces la historia llega hasta Paraná, a un taller mecánico de apariencia simple y con ciertos aires ochentosos. Está ubicado en calle Las Acacias y al frente del mismo está José Gallo. Es el encargado de preparar los Fitos que luego rodarán en categorías del país. Un ex mecánico de Turismo Carretera que se rodeó de grande ingenieros, pero que efectúa lo que denomina “un trabajo de artesano” que es reconocido por quienes confían en su trabajo desde distintos lugares de Argentina.
José es de Buenos Aires, conoció el amor de su vida en Paraná y aquí formó su familia compuesta además por tres hijas. Llamativamente dice que no le gusta la velocidad pero le genera adrenalina ver pasar un auto de carrera en pista sobre la recta principal.
-¿Cómo nace esta posibilidad de armar Fiat 600?
-Hace 45 años que estoy en el automovilismo de competición. Vine a Paraná, conocí a mi señora (Claudia Cavallo), ya me quedé acá y participamos desde el año 1998 en el TC 850. Y ahí nació la pasión por el Fiat 600. Yo había estado en el Turismo Carretera, y luego empecé con el Fiat 600 y nunca paramos de hacer la construcción de estos autos.
-¿Cómo fue la experiencia en el TC?
-Arranqué desde muy chico con un tío, desde los años 70 en el Turismo Nacional con un 128 IAVA. Después pasamos al TC que en esa época era en ruta, con un Valiant. Luego las Dodge. Hice parte del equipo de Hugo Piccinini, de Buenos Aires, desde el año 82 al 86. -Y el amor te trajo a Paraná. "
-Vine a Paraná por trabajo, junto con un amigo que era el acompañante de Piccinini en el TC. Salimos un día, conocí a mi señora y no me fui nunca más. Y tengo 3 hijas (Milagros, Federica y Caterina). Acá seguí vinculado a la actividad mecánica. Un amigo de Buenos Aires (Eduardo Arce) que tenía un Fiat 600 tirado en el fondo de su casa me dijo porqué no me ayudaba a armarlo. Lo tiramos en pista en Concordia y salimos segundos en la primera carrera. El periodista Jorge Deu (LT 14, fallecido) nos hizo una nota porque éramos desconocidos. Había tantos autos en esa época que había Clase A y B, nosotros corrimos en la segunda. Eran más de 60 autos.
-¿Cuántos autos ya reconstruiste?
-Estaré alrededor de los 30 autos distribuidos en todo el país. Mientras tanto entre 2013 y 2014 participé del equipo de competición de TC de Mariano Werner. Tuve la suerte de estar cerca de ingenieros y fui aprendiendo mucho. Yo además soy técnico aeronáutico de profesión. En las charlas fueron saliendo las medidas. Porque los caños que van en el Fiat 600 tienen una lógica, una técnica. Disminuir la torsión, seguridad para el piloto. Así arrancamos. Fueron gustando los trabajos. Hay muchas cosas de Turismo Nacional, de Turismo Carretera en las construcciones. Nos gusta terminar los autos como un TC. Le ponemos mucha pasión.
-Es un trabajo de artesano.
-Es un trabajo de artesano. Al auto lo compramos reventado, podrido, tirado en la calle. Basta que tenga los papeles y esté derecho el auto. Lo repasamos de chapa, lo desarmamos entero, se corta todo lo picado, se pone en una plantilla y si la plantilla dice que el auto está derecho se empieza la construcción. El que contrata elige todo, color, terminación. Hay diferentes categorías en todo el país. Algunos corren con motor Fiat 600, otro con Fiat 147, Fiat Duna o Uno. El año que viene vamos a participar de una nueva categoría que se creó en Buenos Aires y se llama ATN. Corren con el motor 1.3 Fire. Se corre en el Roberto Mouras de La Plata, el Gálvez de Buenos Aires y en Dolores. Por lo general trabajo solo, me ayuda un amigo Marcos Milocco en el armado. Luego contrato pintores y en 20 días lo pintan.
-¿Y cuando sale a pasear con el mate (post pandemia) seguramente mirando si hay algún Fiat 600 en la calle?
-Es inevitable. Ja. Miro por la calle, pero también publico que compro Fiat 600 en las redes sociales. Y me llaman, porque más que nada quieren sacárselo de encima al estar tirado en una vereda o en el fondo de la casa. Me llama la atención y no sé cuál es el motivo pero Paraná está lleno de este tipo de autos.
-¿Qué tiempo lleva armar un auto?
-De construcción, de jaula, chapa y estructura me lleva unos 30 días. Tengo 30 días más de pintura y otros 30 días de armado completo. Tenemos una cadena de trabajo, entre torneros y electricistas. Es complejo armarlo pero está todo estructurado. Hace poco entregamos siete autos para una categoría en Corrientes, ahora tenemos contratado un auto de Comodoro Rivadavia y también de Calafate, además de algunos de la zona.
-Decías que amas el automovilismo, pero no te gusta la velocidad.
-Le tengo terror a la velocidad, es algo que no me llama la atención. Pero ver pasar un auto a gran velocidad me genera una adrenalina increíble. Aparte soy malísimo manejando.
La historia del Fitito
-De forma redondeada y pequeña el Fiat 600 se estableció como uno de los más representativos en Argentina durante las década 60 a 80.
-Se presentó oficialmente el 9 de marzo de 1955 en el Palacio de Exposiciones de Ginebra, como un prototipo.
-Cinco años más tarde, para 1960, ya era un modelo que se fabricaba en serie. En Argentina se lo presentó el 8 de abril de 1960. Llegó hasta 1982.
-En total se fabricaron 4.939.642 Fiat 600 en el Mundo. De ellos 304.016 se construyeron en Argentina.
-Mide 3.20 metros y se destaca por tener el motor en la parte trasera.
-En Entre Ríos compite como TC 850. En los 90 era tal el auge que hubo dos categorías (A y B).
-Armar un Fiat 600 cuesta unos 400.000 pesos. El auto que se encuentra en la calle, deteriorado por el paso del tiempo tiene un valor promedio de 3500 pesos.
Un auto nostálgico pero que se mantiene en pie. El Fiat 600 surgió en Italia en los años 50 y se afianzó en Argentina en los 60 hasta los 80. Vivió en el corazón de la familia y tal es el cariño que aún hoy, cuando se lo ve en la calle hay signos de exclamación significando un viaje a los recuerdos.
Pero el Fitito no muere. Al contrario. Se mantiene en pie por aquellos clubes de apasionados restauradores o porque siguen girando en las pistas argentinas, de tierra o pavimento. Las zonales le dieron vida y velocidad. Entonces la historia llega hasta Paraná, a un taller mecánico de apariencia simple y con ciertos aires ochentosos. Está ubicado en calle Las Acacias y al frente del mismo está José Gallo. Es el encargado de preparar los Fitos que luego rodarán en categorías del país. Un ex mecánico de Turismo Carretera que se rodeó de grande ingenieros, pero que efectúa lo que denomina “un trabajo de artesano” que es reconocido por quienes confían en su trabajo desde distintos lugares de Argentina.
José es de Buenos Aires, conoció el amor de su vida en Paraná y aquí formó su familia compuesta además por tres hijas. Llamativamente dice que no le gusta la velocidad pero le genera adrenalina ver pasar un auto de carrera en pista sobre la recta principal.
-¿Cómo nace esta posibilidad de armar Fiat 600?
-Hace 45 años que estoy en el automovilismo de competición. Vine a Paraná, conocí a mi señora (Claudia Cavallo), ya me quedé acá y participamos desde el año 1998 en el TC 850. Y ahí nació la pasión por el Fiat 600. Yo había estado en el Turismo Carretera, y luego empecé con el Fiat 600 y nunca paramos de hacer la construcción de estos autos.
-¿Cómo fue la experiencia en el TC?
-Arranqué desde muy chico con un tío, desde los años 70 en el Turismo Nacional con un 128 IAVA. Después pasamos al TC que en esa época era en ruta, con un Valiant. Luego las Dodge. Hice parte del equipo de Hugo Piccinini, de Buenos Aires, desde el año 82 al 86. -Y el amor te trajo a Paraná. "
-Vine a Paraná por trabajo, junto con un amigo que era el acompañante de Piccinini en el TC. Salimos un día, conocí a mi señora y no me fui nunca más. Y tengo 3 hijas (Milagros, Federica y Caterina). Acá seguí vinculado a la actividad mecánica. Un amigo de Buenos Aires (Eduardo Arce) que tenía un Fiat 600 tirado en el fondo de su casa me dijo porqué no me ayudaba a armarlo. Lo tiramos en pista en Concordia y salimos segundos en la primera carrera. El periodista Jorge Deu (LT 14, fallecido) nos hizo una nota porque éramos desconocidos. Había tantos autos en esa época que había Clase A y B, nosotros corrimos en la segunda. Eran más de 60 autos.
-¿Cuántos autos ya reconstruiste?
-Estaré alrededor de los 30 autos distribuidos en todo el país. Mientras tanto entre 2013 y 2014 participé del equipo de competición de TC de Mariano Werner. Tuve la suerte de estar cerca de ingenieros y fui aprendiendo mucho. Yo además soy técnico aeronáutico de profesión. En las charlas fueron saliendo las medidas. Porque los caños que van en el Fiat 600 tienen una lógica, una técnica. Disminuir la torsión, seguridad para el piloto. Así arrancamos. Fueron gustando los trabajos. Hay muchas cosas de Turismo Nacional, de Turismo Carretera en las construcciones. Nos gusta terminar los autos como un TC. Le ponemos mucha pasión.
-Es un trabajo de artesano.
-Es un trabajo de artesano. Al auto lo compramos reventado, podrido, tirado en la calle. Basta que tenga los papeles y esté derecho el auto. Lo repasamos de chapa, lo desarmamos entero, se corta todo lo picado, se pone en una plantilla y si la plantilla dice que el auto está derecho se empieza la construcción. El que contrata elige todo, color, terminación. Hay diferentes categorías en todo el país. Algunos corren con motor Fiat 600, otro con Fiat 147, Fiat Duna o Uno. El año que viene vamos a participar de una nueva categoría que se creó en Buenos Aires y se llama ATN. Corren con el motor 1.3 Fire. Se corre en el Roberto Mouras de La Plata, el Gálvez de Buenos Aires y en Dolores. Por lo general trabajo solo, me ayuda un amigo Marcos Milocco en el armado. Luego contrato pintores y en 20 días lo pintan.
-¿Y cuando sale a pasear con el mate (post pandemia) seguramente mirando si hay algún Fiat 600 en la calle?
-Es inevitable. Ja. Miro por la calle, pero también publico que compro Fiat 600 en las redes sociales. Y me llaman, porque más que nada quieren sacárselo de encima al estar tirado en una vereda o en el fondo de la casa. Me llama la atención y no sé cuál es el motivo pero Paraná está lleno de este tipo de autos.
-¿Qué tiempo lleva armar un auto?
-De construcción, de jaula, chapa y estructura me lleva unos 30 días. Tengo 30 días más de pintura y otros 30 días de armado completo. Tenemos una cadena de trabajo, entre torneros y electricistas. Es complejo armarlo pero está todo estructurado. Hace poco entregamos siete autos para una categoría en Corrientes, ahora tenemos contratado un auto de Comodoro Rivadavia y también de Calafate, además de algunos de la zona.
-Decías que amas el automovilismo, pero no te gusta la velocidad.
-Le tengo terror a la velocidad, es algo que no me llama la atención. Pero ver pasar un auto a gran velocidad me genera una adrenalina increíble. Aparte soy malísimo manejando.
La historia del Fitito
-De forma redondeada y pequeña el Fiat 600 se estableció como uno de los más representativos en Argentina durante las década 60 a 80.
-Se presentó oficialmente el 9 de marzo de 1955 en el Palacio de Exposiciones de Ginebra, como un prototipo.
-Cinco años más tarde, para 1960, ya era un modelo que se fabricaba en serie. En Argentina se lo presentó el 8 de abril de 1960. Llegó hasta 1982.
-En total se fabricaron 4.939.642 Fiat 600 en el Mundo. De ellos 304.016 se construyeron en Argentina.
-Mide 3.20 metros y se destaca por tener el motor en la parte trasera.
-En Entre Ríos compite como TC 850. En los 90 era tal el auge que hubo dos categorías (A y B).
-Armar un Fiat 600 cuesta unos 400.000 pesos. El auto que se encuentra en la calle, deteriorado por el paso del tiempo tiene un valor promedio de 3500 pesos.
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