Entre Ríos, patrimonio y paisajes culturales

La Casa de Gobierno, bajo el sello del arquitecto Rígoli

Seguramente muchos reconocen el edificio sede del Gobierno provincial como Casa de Gobierno o Casa Gris. La obra fue concebida bajo el concepto de Palacio de Gobierno y pose una riqueza que vale la pena recorrer en detalle.
10-07-2020 | 17:35 |

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La sede gubernamental, pensado como Palacio de Gobierno.



Mariana Melhem
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La Casa de Gobierno es uno de los únicos edificios de Paraná que se asientan ocupando una manzana completa, es decir con perímetro libre y el único que además cuenta con sendas plazas como entorno proyectado desde el origen de la propuesta.

El lenguaje arquitectónico será marca de identidad de su autor, Bernardo Rígoli, que como director del departamento topográfico de la Provincia realizará buena parte de las obras del Estado, destacándose por su semejanza con el Palacio de Gobierno, las sedes de las jefaturas de Policía de Concepción del Uruguay, Gualeguaychú y La Paz.

Sin duda el Palacio tiene la particularidad de ser a la vez hito urbano e histórico, en tanto evoca el momento en que Paraná recupera su rol de capital provincial, atributo que había perdido cuando tuvo que desempeñarse como capital provisional de la Confederación.

Lo que ayuda a definirlo como hito urbano, es la torre reloj que no solo hace gala de la modernidad de fines del siglo XIX, al incorporar la medida del tiempo como un gran panóptico de control, sino que refiere a una tipología típica de los palacios civiles italianos como el Palazzo Vecchio. La particularidad de esta obra es que la torre es parte del diseño original, distinto de lo que sucede con otros edificios representativos del poder civil como los cabildos de Buenos Aires y Santa Fe que, construidos en tiempos de la colonia, se vieron modificados por la necesidad de modernización incorporando torres reloj durante la década de 1870. Eso hace que nuestro Palacio provincial se distinga en el paisaje urbano como Edificio de gobierno, tema retomado posteriormente por los Palacios Municipales de Paraná, Nogoyá y Diamante.

Origen de un proyecto

Al asumir Eduardo Racedo como Gobernador (1883) se estableció que la sede del gobierno provincial se ubique en Paraná, pero en esta ciudad no existía ningún espacio que pudiera alojar dichas funciones. Recordemos que los edificios construidos para la Capital Confederal habían cambiado sus destinos originales por otros: la Casa de Gobierno y Cámara de Diputados se había dispuesto como espacio para la Escuela Normal y el Senado había sido cedido a la congregación de las Hermanas del Colegio del Huerto. Estos hechos, favorecieron la propuesta de crear un nuevo Centro Cívico provincial en un sector alternativo a la Plaza 1° de Mayo.

Mediante Ley Provincial del 27 de marzo de 1884 se autorizó la construcción de la sede de gobierno. El arquitecto Bernardo Rígoli elaboró el proyecto puesto a consideración del Gobernador, comenzando la obra a fines de 1885 bajo la dirección del constructor Luis Sesarego, en 1888 habían finalizado dos terceras partes y al año siguiente se terminan los recintos Legislativos. Estando en construcción el edificio, se procedió a la preparación de los terrenos lindantes de los frentes sur y norte para espacios verdes que enmarcaran el imponente volumen arquitectónico. Los dos espacios públicos que, podría presumirse, constituyen una gran plaza donde se asienta el Palacio, fueron también diseñados por Rígoli y su realización demandó la declaratoria de interés público de las tierras para su posterior expropiación.

Sin lugar a duda esta propuesta tiene relevancia urbana por los argumentos antes expresados, cabe ahora destacar los aspectos arquitectónicos que distinguen la obra.

Estilos

El criterio de organización responde a un esquema en trama, donde las tiras que contienen los espacios cubiertos y las galerías se articulan configurando 5 patios, donde destaca el Patio de Honor por su posición. Un eje central que nace en la fuente de la plaza Mansilla, atraviesa el edificio y remata en la Plaza Carbó. Este conjunto de atributos, junto al lenguaje arquitectónico de las fachadas, define la imagen de palacio propuesta. Para hablar del lenguaje, más allá de describir las componentes del repertorio que provienen del eclecticismo italiano y de identificar basamento, desarrollo y coronamiento como en cualquier composición que responda al orden clásico, resulta interesante descubrir cómo Rígoli utiliza los recursos para dinamizar la masa construida que, con desarrollos de 100 metros lineales, podrían presentarse como muy pesadas al repetir siempre la misma secuencia. Es así que el autor propuso un módulo o paño vertical (que denominaremos A) donde a cada lado del su eje, se ubica una ventana con arco de medio punto unidas por un arco mayor, tanto en planta baja como en planta alta del desarrollo, mientras el coronamiento más alto que la línea de cornisas, se compone por 3 pequeñas ventanas, siendo los límites de este módulo pilastras en planta baja y pares de semicolumnas en planta alta.

El siguiente módulo (que denominaremos B) está constituido por una ventana única con arco de medio punto, en ambas plantas y coronada por una baranda filigranada. Este módulo se enmarca por 1 pilastra almohadillada en planta baja y pares de semicolumnas circulares en planta alta, estos dos módulos se combinan generando diferencias en cada una de las fachadas de acuerdo con la extensión y al grado de importancia. Así para la fachada principal, se utiliza una combinación original, que no solo dispone del módulo A para levantar la línea de cornisas, sino que lo aplica repetido para enmarcar el acceso definido por el baldaquino alineado con la torre.

Esta descripción sirve para fundamentar por qué podemos caer en un reduccionismo si hablamos de “Estilos” que sería una forma de encuadrar o delimitar la forma expresiva que adopta la arquitectura ecléctica de fines de S XIX y principios del XX, ya que tanto la tipología espacial que describe la forma de organización, como el lenguaje de sus fachadas que no son escindibles del conjunto y la estructuración y delimitación del espacio público, dan cuenta de un entramado sumamente complejo y singular.

El autor

RIGOLI, Bernardo (1850-1918)

Arquitecto y constructor. Nacido en Taverna, cantón de Suiza.

Se establece en la provincia de Entre Ríos, donde asume la jefatura del Departamento de Topografía entre 1879 y 1905. Desde allí proyecta muchas de las más importantes obras oficiales y elabora programas de organización de la obra pública provincial.

Junto a Victorino Guzmán realizó el mapa catastral de la Provincia de Entre Ríos en 1886, que fue premiado en la exposición universal de París.
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