Lucía Torres [email protected] Cuando Enrique armó el primer auto de época, lo hizo a pedido del Dr. Arnoldo Riffel, quien además es su amigo, y lo había adquirido como un regalo para su hijas, se trataba de un Ford A dos puertas, modelo 1931. "Él me motivó a que me haga uno para mí, pero yo no tenía el dinero, me ayudó, y en el año 1999 ya estaba listos los dos, el segundo era modelo 1929". Ese mismo año fueron expuestos estos dos autos únicamente en la Expo Vélez, "pero no todavía como Asociación, luego se fueron sumando de a poco otras personas de Chajarí que tenían autos, en distintos estados, y algunos se fueron animando a arreglarlos y ponerlos en valor".
Años después armó también una moto Harly Davison modelo 1938, a pedido de un vecino de Chajarí que era de la época de la guerra y la conserva aún circulando.
Al momento de comenzar a trabajar en un auto explicó que se busca que tenga la mayor cantidad de piezas originales posibles, las ruedas, las manijas, las puertas, que no esté injertados o cortado. "Ahora que están más de moda la gente se fija más, pero antes, cuando arrancamos, era ir a los campos y prácticamente te pedían por favor que te los lleves a los pedazos de autos".
En este sentido, sobre el estado de los autos a restaurar explicó que "en la época de Perón, sólo se le vendían cubiertas y combustible a los vehículos de carga. Entonces todo el mundo convertían los autos en chatitas cortándolos y poniéndoles atrás una caja de madera".
El auto más antiguo de la asociación, y de Chajarí, es de Enrique; un Ford T modelo 1923, un auto que siempre estuvo en Chajarí, con un solo dueño antes que él. Ahora está armando un Gordini modelo 1961, que descubrió en Mocoretá, Corrientes, "ese me lo regalaron, fui y lo hablé al dueño para que me vendiera y me dijo que ya lo tenía prometido a otro pariente, pero que si no lo buscaba, era mío, y así ocurrió. Le insistí para que me venda, pero no, quería regalármelo, porque sabía que yo lo quería para restaurarlo".
En busca del repuesto perdido
En cuanto a los repuestos dijo que en un principio era por el boca y boca, "me llegaba el comentario de algún desarmadero, o en campos donde los dejaban abandonados y no íbamos con mi mujer a buscar, nos metimos en cada lugar que había que entrar con cuidado, los dueños generalmente nos dejan pasar porque lo tienen como basura y le hacés un favor llevándotelos, y ahí vas sacando partes, ahora con internet es más fácil, pero hace 10 o 12 años no era tan fácil", admitió.
Enrique reconoció que ahora que está en furor los autos antiguos los repuestos ya están mucho más costosos, "antes se conseguían casi todo por intercambio o muy barato, ahora te piden cualquier cosa".
El mecánico hace más que nada lo que es chapa y pintura. "Mando a hacer a otras personas que sé que trabajan muy bien, pero siempre controlando todo y haciendo el seguimiento de cómo quiero que quede", indicó.
Conectarse con otros restauradores
El primer viaje que emprendió Enrique con su auto fue a Mar Chiquita, provincia de Córdoba. "Era un encuentro de autos de época y fuimos entre cinco con un solo auto, lo llevamos en tráiler. En el regreso paramos en Federal y comenzamos a definir lo que sería el primer encuentro en Chajarí. No teníamos nada, pero nos animamos y lo hicimos, nos trataron de locos, pero salió bien y este año ya hubiera sido el décimo año, no se pudo por la pandemia, pero en 2021 seguro se hará", aseguró.
En estos encuentros además de ver autos, se comparten momentos, camaradería, y se hace turismo, por eso era fundamental preparar qué ofrecer. Tentor recuerda que la primera vez "que los cordobeses vinieron primer a ver qué teníamos para ofrecer, no podían creer, entre el lago, las quintas, las termas, acá estamos en una zona privilegiada". Y así iniciaron los trámites, con Néstor "Napo" Sírtori, a golpear puertas, buscar adhesiones, "y hoy ya nuestro encuentro tiene prestigio en la provincia.
La agrupación que comenzó con Tentor y Riffel tiene hoy 27 vehículos, "con algunos autos y muchos baquet; que son autos que eran modificados para correr carreras, les sacaban el guardabarros, las puertas, los bajaban, eso hay varios y forman parte de la asociación, todo auto de 30 años de antigüedad como mínimo ya puede estar" aclaró.
Año a año al encuentro de Chajarí concurren asociaciones y autos particulares de Córdoba, Chaco, Corrientes, Buenos Aires, Santa Fe, entre otras provincias. "Después de ese primer encuentro comenzamos a formar la Asociación, se convocaron a más personas que tenían estos autos, se gestionó la patente, que fue realizada ante la municipalidad, en la dirección de tránsito, de manera urbana, entre otros trámites". Vale aclarar que se trata de una patente de identificación local, ya que los autos de Tentor cuentan con toda la reglamentación nacional vigente, "los míos tienen todo, tarjeta verde y demás, hay algunos que no, porque no son autos que andan en la calle, pero la mayoría sí", dijo.
Herencia de familia
En sus autos Enrique llevó a decenas de parejas en sus bodas, reinas zonales, a sacerdotes que llegaron a dar jornadas de sanación, modelos nacionales como Silvina Luna, entre otras.
Los autos antiguos o de época enmarcan una actividad que es muy familiar, siempre acompañados de sus parejas y los hijos que heredan este amor por los autos. Varias veces han querido comprarle los autos ya restaurados, pero no es intención de Enrique venderlos. "El valor económico de estos autos es sin duda muy alto, pero más alto es todavía el valor sentimental, este auto que estoy armando ahora es para mi nieta Agustina", cuenta orgulloso refiriéndose a su nieta menor.
"Y el Ford T es de Lucila, ya está pasado a nombre de su papá pero con el compromiso que es de ella. Lo que yo quiero es que queden en la familia, y por qué no para mis bisnietos el día que lleguen", concluyó Enrique.
