Vela

El paranaense que dicta clases en Estados Unidos

Juan Pablo Carranza abraza el deporte con pasión. Proviene de una familia náutica y actualmente enseña Laser (mayores de 15 años) en el Paraná Rowing. En esta nota habla sobre su trayectoria y la experiencia de ser entrenador en el país del Norte.
09-08-2021 | 16:52 |

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Juan Carranza navegando en suelo americano.



Ines Haddad 

Este deporte náutico atrajo a varios integrantes de la familia Carranza. Leopoldo padre de Juan Pablo (37), Leopoldo (36) y Ulises (33), incursionó en la navegación y a los tres les enseñó a disfrutar del río, a contemplar la naturaleza, a creer en uno mismo y sobre todo a navegar con pasión.

La Vela es un deporte atractivo y aunque existen distintas embarcaciones, todas tienen el mismo propósito, orientar la Vela con el único impulsor, el viento.

Mirador Entre Ríos dialogó con Juan Pablo, profesor de Vela, ingeniero civil, empresario y prontamente papá. Títulos que ha logrado con mucho esfuerzo a lo largo de sus 37 años.

- ¿Cuándo inicia tu carrera deportiva?

-Mi papá Leopoldo Carranza lo practicaba y cuando yo tenía 5 años compró un optimist y nos enseñó a navegar. Después con mi hermano Leopoldo, alrededor de los 10 años, empezamos a navegar para el PRC (Paraná Rowing Club). Para la categoría de niños optimist gané varios campeonatos del Gran Prix del Litoral, siendo subcampeón por equipo. En el año 1999 pasé al Laser, categoría Mayores, donde salí campeón argentino en 2003 y en el año 2004 empecé como entrenador de Optimist y Laser. Sentí que debía devolverle algo al deporte y al club. Di clases en Paraná y en Santa Fe, después en 2008 empecé a dar clases en Estados Unidos, Nueva Jersey. A partir de ese año me contratan para dar clases en clubes privados del estado de Connecticut, Nueva york y Long Island.

- ¿Cómo organizas los tiempos para dar clases en Argentina y Estados Unidos?

-En el buen sentido, tengo una doble vida. Todos los veranos de ellos, que acá es invierno, viajo contratado por clubes y equipos privados para dar clases. Desde el 2008 en adelante he viajado todos los años. Hago temporadas, voy a campeonatos, a clínicas, entrenamientos, a programas de clubes como Larchmont, Indian Harbor, entre otros.

El año pasado no viaje por problemas de público conocimiento. Este año no estaba decidido del todo en si ir o no porque a fin de año voy a ser papá y quiero estar presente en todo el seguimiento de mi bebé, pero es un caso especial. Del club me piden que sea el Coach de un equipo de Optimist de Long Island Sound para el Campeonato Nacional. Es muy importante para ellos que esté presente y pueda dirigir a los pequeños navegantes, así que en pocos días vuelvo a estar en suelo americano por un período de aproximadamente cuarenta y cinco días.

-Estudiaste ingeniería mientras transitabas tus mejores años deportivos. Contanos esa gran experiencia.

-Cuando empecé a estudiar ingeniería, tenía amigos que iban a Estados Unidos a navegar y enseñaban allá, me contaban sus experiencias, lo bien que les iba y que les pagaban en dólares, algo que a todos nos atraía bastante y creo que actualmente también pasa. Me propuse profundizar más el inglés y me fui a probar. Mi hermano Ulises también hizo lo mismo, pero él no viajó tanto como yo. Cuando juntamos una cierta suma de dinero nos propusimos crear nuestra empresa constructora e invertimos ahí lo recaudado con el deporte además de otro capital. Los dos somos ingenieros civiles y queríamos ejercer la profesión. Nuestra carrera profesional y deportiva siempre estuvo y está acompañada de un equipo gigante que siempre apoya, nuestra familia, sin ellos nada de todo lo logrado hubiese sido posible, siempre agradezco mucho a la vida.

-Debido a la pandemia el deporte quedó sin actividad varios meses el año pasado ¿cómo lo manejaron?

-El año pasado dimos clases por zoom hasta que nos permitieron navegar y volvimos a las clases presenciales con todos los protocolos que nos indican. Hoy en día damos clases los sábados desde las 9 de la mañana hasta aproximadamente las 16 en el PRC. Para nosotros dar clases es desconectar con el trabajo de la semana, nos hace muy bien.

Todos aquellos que quieran aprender a navegar pueden hablar con nosotros o con la secretaría del Club.

-En Estados Unidos, ¿es accesible practicar este deporte?

-En comparación con Argentina la Vela estaría en un nivel de polo, y quizás superior, la gente que lo practica allá es muy pudiente, empresarios más que nada. Es muy elitista, si no venís de una familia muy pudiente no podés acceder a un club de estos. Además, tienen aproximadamente 500 miembros y no toman más, no solo es necesario tener mucho capital para entrar, sino que hacerse socio de un club requiere que vengas recomendado de tres familias que ya sean socios y expresen mediante petición que sos de buena familia y demás características. No es tan fácil, acá sinceramente pagas la cuota y ya podés practicar, no va por un tema económico, cualquier persona que quiera practicarlo puede hacerlo.

He hablado con padres de los chicos americanos que practican conmigo y me cuentan que apuestan al deporte principalmente porque si sus hijos son buenos navegantes, van incorporando eso al currículum y después a la hora de entrar a la Universidad, es más fácil. Lo hacen con Vela porque como te dije anteriormente es elitista, no es como el softbol que lo practican todos. También, cuando llegan a la hora del pedido para ingreso a la Universidad, los coachs de Vela los recomiendan y obtienen prioridad. Suma más puntos que hayan competido internacionalmente. Allá el tema no es conseguir una beca, porque la plata la tienen, lo que buscan es el cupo que es muy reducido.

- ¿Cómo te sentís dando clases en otro país, que sensación te deja?

-En Estados Unidos me tratan muy bien, siempre se pelean por quien me da más, quien me trata mejor, es otro mundo. Estuve en campeonatos en Miami, en Los Ángeles, diferentes ciudades, pero siempre haciendo base en nueva York y Connecticut y son lugares maravillosos que vale la pena volver una y otra vez.

En 2011 me entregaron el premio al mejor entrenador en Nueva York, lo cual me hizo sentir muy bien porque es algo que no se logra de un día para otro.

- ¿Cuáles son las principales diferencias que ves entre Argentina y Estados Unidos en el mismo deporte?

-En el PRC, me refiero a este Club porque es en el que doy clases, tiene barcos viejos, pero te permiten aprender. En nuestro país no es tan caro practicar Vela como allá. Lo puede practicar cualquier persona porque el club tiene cuotas accesibles y se le brinda todo el equipamiento. Después si los padres ven que los hijos son buenos y ya es el deporte que quieren seguir, invierten en ellos, en comprarle los barcos que después lo usan los hermanos, parientes y así se manejan. Allá, en cambio, la situación económica de los que lo practican es muy distinta. Son personas con un alto poder adquisitivo y por lo general tienen barcos privados. Cada vez que hay un campeonato en algún otro estado los padres alquilan cada uno una casa, autos para manejarse, aviones para trasladarse. Es totalmente otro nivel adquisitivo. Si lo comparas con nuestro país, en muchas ocasiones acá nos ha pasado que no podemos conseguir ni una combi para trasladar a diez personas, buscar alojamientos baratos para que todos puedan pagarlo. Es un poco más difícil, lamentablemente. En pocas palabras dos realidades totalmente distintas.

- ¿A qué te referís cuando expresas que son realidades distintas?

-Las cosas que para ellos son básicas, acá nos cuesta mucho. Un ejemplo sencillo: en Estados Unidos si vos entras a trabajar en un lugar donde te inscriben, como debería ser, el banco mismo te ofrece una casa, un auto, con tal hipoteca. Resumiendo, vos entras a vivir a una casa equipada, a conducir un auto que puede ser cero kilómetros. Empezás con todo. El tema es que hay una estabilidad económica muy distinta a la de nuestro país. Por lo general, los latinos que ves, son los jardineros, niñeras, empleadas domésticas, ellos en cambio no tienen acceso el 100 por ciento porque a veces los contratan de manera distinta, el no tener un titulo los tira para abajo. A mí, por ejemplo, al ser profesor de Vela tengo un trato especial, en relación a esos empleados, por tener el título de profesor. En muchas ocasiones tuve la oportunidad de conocer empresarios poderosos, como el socio de Tommy Hilfiger, gerente de bancos. Cuando hablaba con ellos, me impulsaban a no dejar mi carrera de ingeniería y me decían: “Vos tenes que tener el título y después si querés trabajar de otra cosa, hacelo, pero primero está el título”. Un título para ellos es una etiqueta más, te tratan diferente si sos profesional a si no lo sos.

-Persevera y triunfarás sería.

-Recibirme de ingeniero me costó mucho tiempo porque cada verano de ellos eran mis mesas de julio y las perdía, pero gracias a mi familia, a ellos que me incentivaban a seguir y a muchas personas que tengo alrededor, hoy puedo decir que logré lo que esperaba. Ser profesional en mi carrera, en mi empresa, en mi deporte y dios quiera poder inculcar esta conducta a mis hijos el día de mañana.

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