La combinación de falta de lluvias, calor y la bajante de los principales ríos de la región hacen que las lagunas y arroyos de la provincia de Santa Fe queden reducidos a su mínima expresión o, directamente, se sequen.
El Litoral contó el caso de la laguna Juan de Garay (ex Bedetti) en Santo Tomé y la de Paiva. Ocurre algo similar en la Laguna Añapiré, ubicada a unos 60 km de la ciudad de Santa Fe, en jurisdicción de Campo Andino.
Nota: Gustavo Ocampo - Video y edición: Fernando Nicola
Tan solo hace ocho meses, un equipo de este diario visitó el lugar y se topó con los flamencos rosados, aquellos que también visitaron la Laguna Setúbal en la zona de El Chaquito. El lugar estaba lleno de vida y las aves así lo demostraron.
Sin embargo, este lunes 10 de enero un sobrevuelo del drone de El Litoral captó imágenes de suma preocupación y, a su vez, tristeza. Añapiré desapareció como laguna. Apenas si se puede ver un manchón húmedo entre toda la tierra resquebrajada.
Recordando la explicación de la bióloga santafesina Caterina Barisón, los flamencos en primavera y verano se encuentran en sitios de nidificación, uno de los más importantes es la laguna Mar Chiquita, en la provincia de Córdoba.
“Allí buscan pareja, construyen los nidos, empollan y crían a los pichones. Con la llegada de las bajas temperaturas suelen desplazarse a otras lagunas, y es quizás por eso que su presencia (en la laguna Setúbal) se dio durante el otoño. Sin embargo, los desplazamientos que realizan estas aves siguen siendo una gran incógnita a resolver por parte de los especialistas”, consideró la experta.