Los Alonsitos es uno de los grupos folclóricos más importantes de Argentina y Sudamérica, y es uno de los íconos del movimiento conocido como "Folklore Joven".
Foto:Facebook.
Diego Montejo
A 30 años de su consagración en Cosquín, Ariel Báez, Marco Roselli y Marcelo Roselli celebran haciendo música mientras buscan internacionalizar sus sonidos de acordeones y conquistar nuevas generaciones sin perder sus raíces. Este domingo el festejo se extenderá a la plaza Próspero Molina, en la novena luna ya en el cierre de la edición número 62 del Festival Nacional de Folclore. Los Alonsitos vienen de destacarse días atrás en la Fiesta del Chamamé en Corrientes, una plaza en crecimiento que logró instalarse en la agenda nacional de festivalera.
Los correntinos compartirán la escena con el Dúo Coplanacu, Yamila Cafrune, Las Voces de Orán, Postales de Provincia: La Rioja, Facundo Toro, Los Trajinantes y el riojano Sergio Galleguillo. Prometen una velada inolvidable en un recorrido por gran parte de todo su repertorio.
La historia de estos niños prodigios, hoy ya hombres, se remonta a la primera infancia que los encontró abrazando sus raíces en su Corrientes natal, a orillas del río Paraná. Con 36 años de trayectoria artística y 17 álbumes discográficos editados recorrieron los escenarios más importantes con el chamamé a cuestas. Sus shows son siempre una manifestación de buena energía, adrenalina y puro talento nato llevando alegría, baile y el mítico grito del sapukay, propio de su tierra, con el que su gente expresa su alegría al oír su música.
Anfitriones y generadores de "La peña de Los Alonsitos", un espacio propio donde cada año reciben amigos y colegas de distintos géneros y países, a lo largo de su carrera cosecharon amigos y colaboraciones con artistas como Abel Pintos, Los Nocheros, Axel, La Sole, Los Auténticos Decadentes, Los Caligaris, Lucas Sugo, El Chaqueño Palavecino, Jorge Rojas y Facundo Saravia entre muchos otros. En la previa de este hecho histórico, Ariel Báez, dialogó con Mirador Provincial, donde se mostró feliz y cargado de alegría ante este acontecimiento tan especial para la agrupación chamamecera.
-¿Qué recuerdos tenés de la consagración?
-Fue en el año 1992. Previamente nos habían dado un premio como notables ya que como no veníamos del Pre Cosquín no podían darnos la revelación, éramos muy chicos. Esa vez fuimos invitados por Teresa Parodi, ella había hablado con Julio Mahárbiz. Nos fue muy bien esa noche y por eso nos hicieron volver al año siguiente, pero ya con un contrato. Así después sí nos dieron el premio consagratorio.
-Ustedes fueron parte de una generación que cambió las reglas del juego en la música popular, ¿cómo sentís dentro de ese movimiento que los hayan denominado “Folklore Joven”?
-Todo comenzó con la consagración que marcó un antes y un después en la carrera de Los Alonsitos, pero también lo hizo en toda una herencia folclórica que había tenido un apogeo en la década del ’60 y que después con el tiempo se generó un vacío. Con la consagración de nuevas figuras, en los ’90, como Los Nocheros, Soledad, Los Tekis, Luciano Pereyra, El Chaqueño y Abel Pintos que dio origen a una movida joven en el género, cuando antes que sucediera eso todo estaba muy estático. Por ejemplo, el dinamismo arriba del escenario era distinto. Ya no éramos cuatro folcloristas vestidos de gaucho petrificados, sino que le habíamos dado al género más actitud y eso a algunos les tocaba un poco las fibras. El hecho que las vestimentas no eran las típicas que sí se daban en otros conjuntos. Nosotros aportamos una mirada nueva más cercana en nivel escénico al pop o el rock. Obviamente que también las melodías y las letras tenían un toque más urbano.
-Sin embargo, la industria de la música los tomó como producto y las discográficas, con mucho poder en ese tiempo, los sumaron a sus catálogos, ¿había una necesidad de reflotar el género?
-Creo que uno de los aspectos fue la modalidad que comenzamos a utilizar con instrumentos no tan afines al folclore en ese momento, como la guitarra eléctrica, el bajo y la batería. Obviamente que ese cambio de formato llamó la atención de las disqueras que nos empezaron a ver como interesantes. Igual creo que lo nuestro, como muchos fenómenos encausados por la juventud, tiene algo de inexplicable, como se dio en masa en ese momento. Creo que hizo que la industria se fije en nosotros y otros artistas de ese colectivo es que muchos jóvenes se sintieron identificados con nosotros, con este nuevo formato ya que el folclore hasta ese momento era señorial y de gente mayor de 40. Nosotros propusimos algo y quienes eran jóvenes en ese momento se acercaron al folclore para identificarse y de ahí en más comenzó a llenarse taquillas, situación que hizo que las multinacionales nos pusieran el ojo encima. Eso para el folclore era impensado. Por ejemplo, EMI vendía a Luis Miguel, pero también a nosotros y Los Nocheros.
-Cosquín fue una vidriera en ese momento para que sucedan estas cosas y fue como el padre de este fenómeno, ¿cómo lo ves hoy para quienes buscan lo mismo que buscaban ustedes ante un mundo diferente que propone otros consumos musicales?
-Si tuviese que poner un porcentaje de lo importante que fue para Los Alonsitos Cosquín diría que es más de un 90 por ciento. Para nosotros fue todo y la provincia de Córdoba fue fundamental en eso. El festival nos dio visión internacional, recorrimos muchos países de Europa y Latinoamérica. Antes solo éramos un grupo regional que solo actuaba en el Litoral. Vale decir que en ese momento los festivales tenían una importancia muy grande, comparando con hoy donde las herramientas digitales nos acercaron a la gente. Hoy sin subir al escenario alguien puede tener millones de reproducciones y factura muchísimo. Nosotros hemos pasado por todos los procesos, del casete al CD y el salto en estos últimos años a las plataformas. Hoy cambió la manera de presentar la música. Se sacan singles. Antes un disco podía tener vigencia hasta dos años para luego sacar uno nuevo. Hoy es necesario para sostenerse estar siempre generando cosas. Es más dinámico y hay que estar más atento.
A 30 años de su consagración en Cosquín, Ariel Báez, Marco Roselli y Marcelo Roselli celebran haciendo música mientras buscan internacionalizar sus sonidos de acordeones y conquistar nuevas generaciones sin perder sus raíces. Este domingo el festejo se extenderá a la plaza Próspero Molina, en la novena luna ya en el cierre de la edición número 62 del Festival Nacional de Folclore. Los Alonsitos vienen de destacarse días atrás en la Fiesta del Chamamé en Corrientes, una plaza en crecimiento que logró instalarse en la agenda nacional de festivalera.
Los correntinos compartirán la escena con el Dúo Coplanacu, Yamila Cafrune, Las Voces de Orán, Postales de Provincia: La Rioja, Facundo Toro, Los Trajinantes y el riojano Sergio Galleguillo. Prometen una velada inolvidable en un recorrido por gran parte de todo su repertorio.
La historia de estos niños prodigios, hoy ya hombres, se remonta a la primera infancia que los encontró abrazando sus raíces en su Corrientes natal, a orillas del río Paraná. Con 36 años de trayectoria artística y 17 álbumes discográficos editados recorrieron los escenarios más importantes con el chamamé a cuestas. Sus shows son siempre una manifestación de buena energía, adrenalina y puro talento nato llevando alegría, baile y el mítico grito del sapukay, propio de su tierra, con el que su gente expresa su alegría al oír su música.
Anfitriones y generadores de "La peña de Los Alonsitos", un espacio propio donde cada año reciben amigos y colegas de distintos géneros y países, a lo largo de su carrera cosecharon amigos y colaboraciones con artistas como Abel Pintos, Los Nocheros, Axel, La Sole, Los Auténticos Decadentes, Los Caligaris, Lucas Sugo, El Chaqueño Palavecino, Jorge Rojas y Facundo Saravia entre muchos otros. En la previa de este hecho histórico, Ariel Báez, dialogó con Mirador Provincial, donde se mostró feliz y cargado de alegría ante este acontecimiento tan especial para la agrupación chamamecera.
-¿Qué recuerdos tenés de la consagración?
-Fue en el año 1992. Previamente nos habían dado un premio como notables ya que como no veníamos del Pre Cosquín no podían darnos la revelación, éramos muy chicos. Esa vez fuimos invitados por Teresa Parodi, ella había hablado con Julio Mahárbiz. Nos fue muy bien esa noche y por eso nos hicieron volver al año siguiente, pero ya con un contrato. Así después sí nos dieron el premio consagratorio.
-Ustedes fueron parte de una generación que cambió las reglas del juego en la música popular, ¿cómo sentís dentro de ese movimiento que los hayan denominado “Folklore Joven”?
-Todo comenzó con la consagración que marcó un antes y un después en la carrera de Los Alonsitos, pero también lo hizo en toda una herencia folclórica que había tenido un apogeo en la década del ’60 y que después con el tiempo se generó un vacío. Con la consagración de nuevas figuras, en los ’90, como Los Nocheros, Soledad, Los Tekis, Luciano Pereyra, El Chaqueño y Abel Pintos que dio origen a una movida joven en el género, cuando antes que sucediera eso todo estaba muy estático. Por ejemplo, el dinamismo arriba del escenario era distinto. Ya no éramos cuatro folcloristas vestidos de gaucho petrificados, sino que le habíamos dado al género más actitud y eso a algunos les tocaba un poco las fibras. El hecho que las vestimentas no eran las típicas que sí se daban en otros conjuntos. Nosotros aportamos una mirada nueva más cercana en nivel escénico al pop o el rock. Obviamente que también las melodías y las letras tenían un toque más urbano.
-Sin embargo, la industria de la música los tomó como producto y las discográficas, con mucho poder en ese tiempo, los sumaron a sus catálogos, ¿había una necesidad de reflotar el género?
-Creo que uno de los aspectos fue la modalidad que comenzamos a utilizar con instrumentos no tan afines al folclore en ese momento, como la guitarra eléctrica, el bajo y la batería. Obviamente que ese cambio de formato llamó la atención de las disqueras que nos empezaron a ver como interesantes. Igual creo que lo nuestro, como muchos fenómenos encausados por la juventud, tiene algo de inexplicable, como se dio en masa en ese momento. Creo que hizo que la industria se fije en nosotros y otros artistas de ese colectivo es que muchos jóvenes se sintieron identificados con nosotros, con este nuevo formato ya que el folclore hasta ese momento era señorial y de gente mayor de 40. Nosotros propusimos algo y quienes eran jóvenes en ese momento se acercaron al folclore para identificarse y de ahí en más comenzó a llenarse taquillas, situación que hizo que las multinacionales nos pusieran el ojo encima. Eso para el folclore era impensado. Por ejemplo, EMI vendía a Luis Miguel, pero también a nosotros y Los Nocheros.
-Cosquín fue una vidriera en ese momento para que sucedan estas cosas y fue como el padre de este fenómeno, ¿cómo lo ves hoy para quienes buscan lo mismo que buscaban ustedes ante un mundo diferente que propone otros consumos musicales?
-Si tuviese que poner un porcentaje de lo importante que fue para Los Alonsitos Cosquín diría que es más de un 90 por ciento. Para nosotros fue todo y la provincia de Córdoba fue fundamental en eso. El festival nos dio visión internacional, recorrimos muchos países de Europa y Latinoamérica. Antes solo éramos un grupo regional que solo actuaba en el Litoral. Vale decir que en ese momento los festivales tenían una importancia muy grande, comparando con hoy donde las herramientas digitales nos acercaron a la gente. Hoy sin subir al escenario alguien puede tener millones de reproducciones y factura muchísimo. Nosotros hemos pasado por todos los procesos, del casete al CD y el salto en estos últimos años a las plataformas. Hoy cambió la manera de presentar la música. Se sacan singles. Antes un disco podía tener vigencia hasta dos años para luego sacar uno nuevo. Hoy es necesario para sostenerse estar siempre generando cosas. Es más dinámico y hay que estar más atento.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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