Las ganas de hacer deporte tras la salida de la pandemia de covid-19 se traducen en una demanda inusitada por practicar vóley. Un deporte que cuenta con mayor cantidad de jugadoras que jugadores varones en Argentina. El fin de las restricciones llevó a que el voleibol cuente con una demanda nunca antes vista. En la Asociación Rosarina de Voleibol, se inscribieron 65 equipos de distintos clubes en la división sub 14. Un número que habla a las claras del impulso que ha cobrado esta disciplina tras 2020 y 2021 cuando hubo un parate casi total.
La presencia de Náutico Sportivo Avellaneda en la Liga Argentina Femenina (LAF) y del Normal 3 en la división de plata (Liga Federal Femenina) de este certamen podría servir como estímulo. También el crecimiento en el plano internacional de Las Panteras, el seleccionado femenino, que participó de Tokio 2020 (disputados el año pasado). Y la medalla de bronce conseguida en esos Juegos Olímpicos por los varones al vencer en un partido épico al rival de siempre, Brasil.
Tres referentes del voleibol de Rosario hablaron con Mirador Provincial sobre el presente de esta disciplina que entusiasma a gran cantidad de chicas. “Vemos un repunte muy interesante -comenta Claudio “Lolo” Verasio, presidente de la Asociación Rosarina de Voleibol-. En la asociación rosarina se habían inscripto 65 equipos de sub 14 femenino. Jamás en la historia hubo tantos equipos inscriptos en esa categoría”.
Por su parte, Roberto Woelflin, entrenador en las categorías formativas de Gimnasia y Esgrima Rosario (GER) y ex seleccionador nacional juvenil, afirma: “Después de la pandemia todo el mundo quiere hacer, no sólo el vóley, cualquier actividad que sea fuera de casa. Todo el mundo la quiere hacer y participa con entusiasmo. El vóley ya venía con un montón de gente y un montón de clubes y se incrementó muchísimo más”.
Agustín Indelangelo es periodista y además entrena en Newell’s Old Boys en las categorías sub 14 y sub 16: “El vóley femenino viene creciendo y se vienen sumando jugadoras de todos lados. Nosotros en sub 14 estamos compitiendo contra otros 64 equipos. En sub 16 estamos compitiendo contra otros 41 equipos. Son niveles para el vóley rosarino históricos. Hay una gran avidez por el vóley”. Esta demanda creciente también obliga a los clubes y a los preparadores a adecuar las estructuras para que puedan jugar todas. “Hay que buscarle la vuelta. A la hora de competir también buscar cómo pueden hacerlo. Es todo un desafío, pero me parece que le va a terminar de dar al vóley ese salto que siempre decíamos. Es el deporte que se juega en todas las escuelas, pero cuando vamos a los números no se refleja. Hoy me parece que sí se está reflejando”.
Las causas del boom
Las razones de este crecimiento parecen claras. Verasio asegura: “En general, hay un sesgo muy marcado de la gente a hacer nuestro y cualquier otro tipo de deporte o actividad. Hay una necesidad imperiosa de poder salir a la calle, entrenarse, entrar en un gimnasio, practicar un deporte, sea indoor o en el exterior”. El presidente de la ARV agrega: “Si podemos sacarle algo en limpio a este pandemia, es que hay un deseo contenido de la gente que estuvo por mucho tiempo así (encerrada) de poder salir. Los principales perjudicados durante la pandemia fueron los más chiquitos. Los de la categoría sub 13, sub 12 porque no estaba habilitada la actividad para ellos. De hecho, las escuelas estaban cerradas. Tenemos una ponchada de equipos inscriptos en una categoría formativa como sub 14”.
Indelangelo, por su parte, indica a los Juegos Olímpicos como un factor potenciador para impulsar el deporte: “Todo eso que se generó en las redes (sociales), además de la mano de los relatores. Sobre todo en Twitter de la mano de Luquitas Rodríguez y José Montesano. Toda esa cuestión que se generó es un impulso positivo. Más allá de la medalla”.
La presencia de Náutico Sportivo Avellaneda en la división mayor de la Liga Argentina Femenina y la del Normal 3 en la segunda de este certamen nacional puede representar un incentivo más. Verasio asegura: “Que haya dos equipos, tres si sumamos a los varones del Normal que jugaron la liga 2, tenemos un abanico de representatividad para la ciudad que es muy interesante. Es una punta de lanza para que otros equipos exploren la posibilidad de seguir esos pasos. Es un deporte en el que se aprende mucho viendo, mirando a los mejores, a los más grandes. El camino que están marcando Náutico y Normal claramente propende a una mejora general del deporte”. Woelflin dice: “Podríamos tener tres (clubes en la A de la LAF). Buenos Aires tiene ocho. Nosotros tenemos uno. Uno que se armó con pibas de los otros clubes. Somos Rosario. Nosotros (GER) también quisimos jugarla. No lo pudimos hacer por diferentes razones internas”.
A partir de ahora será cuestión de aprovechar este viento en popa para que crezca este deporte en la Cuna de la Bandera. “El vóley rosarino tiene todo para seguir mejorando. Todo -dice Claudio Verasio-. Me parece que eso viene muy de la mano de las organizaciones. Los clubes no tienen que centrarse en el aspecto competitivo. Hay que armar organizaciones sólidas. Tiene que haber dirigentes comprometidos, proyectos y ese proyecto tiene que tener un sostén en el tiempo. Generalmente nos dejamos llevar por la competencia y dejamos un poco de lado todo lo demás que también es importantísimo”.
Agustín Indelangelo asegura que hay que sostener la presencia de muchas jugadoras: “Las estructuras se tienen que adaptar. Históricamente el vóley en la mayoría de los clubes compitió con otros deportes como el básquet, futsal, patín. Donde hay que compartir horarios. Hoy hay más equipos. Tenemos que compatibilizar con el resto de los deportes y lograr tener una jerarquía que nos permita sostenerlo. Darle el horario para que tengan la cancha, para que puedan realizarse los partidos”. Indelangelo pondera el trabajo de la Federación del Voleibol Argentino (FeVA) en la detección de talentos: “Algo que está muy bueno son los proyectos de detección de talentos que tiene la FeVA donde se capta a chicos y a chicas que estén jugando para potenciarlos o nuevos para derivarlos a los clubes y que los clubes puedan potenciar. En Rosario, donde hay tantos clubes no es tan necesario. A lo mejor en lugares más chicos sirve para acercar a gente al vóley”.
La rama de los varones
El vóley masculino argentino, aunque medallista olímpico, cuentan con menos jugadores. Verasio afirma que “el masculino tiene poca cantidad de gente, pero en líneas generales tiene mejor nivel que el vóley femenino. La cantidad de mujeres respecto a hombres que practican es histórica y aparte se replica en todo el mapa del vóley argentino. En las 24 provincias de Argentina hay más mujeres que hombres jugando al vóley. El nivel después depende de otras cosas”. “Este año tenemos muchos equipos de primera división. Vamos a llegar a la docena. Eso es otro hecho para subrayar. Hacía mucho que no se daba ese número. El Normal 3 lo demostró. Los equipos de Rosario están en condiciones de participar en campeonatos nacionales de clubes y hacer un excelente papel”.
El resto de la provincia
El voleibol provincial santafesino es mucho más que Rosario. Esta disciplina bajo techo se juega regularmente en distintos lugares dentro de la bota. Agustín Indelangelo comenta: “Santa Fe (ciudad) tiene un gran vóley. Tiene grandes clubes de vóley. Villa Dora está en la liga. Banco, Regatas, Gimnasia son grandes clubes. Clubes con mucha tradición en el vóley. Y en la provincia hay muy buenos clubes con mucha tradición en muchos puntos de la provincia, pero tienen la desventaja de que cuando llega la edad de estudiar se van a otras ciudades. Hay grandes equipos en sub 14, sub 16, sub 18, pero que se va perdiendo esa continuidad. En San Jorge, en San Guillermo, Reconquista, Villa Ocampo, María Juana, Recreo. Grandes clubes con grandes entrenadores con grandes torneos”.
