Lucas Gamba, uno de los pocos que zafan de las reprobaciones.
Foto:Gentileza
Lalo Falcioni | [email protected]
El viernes pasado, Rosario Central pasó de fase en la Copa Argentina, dejando en el camino a Sol de Mayo de Viedma. Hasta ahí, suena lógico, normal y hasta obligatorio para un equipo de primera división que enfrentó a otro del Federal A. El tema fue la forma en que el conjunto rosarino superó la primera instancia del torneo, por penales y después de sufrir bastante y de no poder doblegar al equipo rionegrino en los 90 minutos. En resumen, Central estuvo a punto de vivir un cimbronazo futbolístico, de esos que obligan a replantear casi todo y que generalmente invitan a dar pasos al costado. Pero la tormenta pasó y más allá de los nubarrones que siguen en el cielo "canalla", el técnico Leandro Somoza consiguió margen para encarar un mercado de pases que será muy importante.
El modesto Sol de Mayo llevó a Central a la instancia de los penales y casi lo elimina otra vez, como sucedió en 2019, cuando prácticamente le costó el puesto al entonces DT Paulo Ferrari -se fue unos días después, al caer por el torneo con San Lorenzo-. Esta vez Somoza tuvo un poco más de suerte y al menos evitó el papelón de una eliminación que hubiera dejado heridas muy difíciles de sanar.
"Fue durísimo el partido, sabemos lo que significan estos encuentros para el rival que enfrentamos. Creo que el equipo se sacó una mochila importante", declaró el entrenador "canalla", con más cara de alivio que de satisfacción. Es una etapa en la que todo le cuesta mucho a Central, especialmente los partidos que debiera sacarse de encima con cierta comodidad.
Por si hacía falta, Somoza aclaró: “No jugamos el partido que esperábamos. Fue muy complicado, muy duro, pero por suerte pudimos pasar". E intentó amortiguar el golpe de una noche difícil con el boleto a 16avos de final de la Copa Argentina en la mano: “Son partidos muy complicados, no solo acá sino en Europa también. Pudimos pasar a una instancia donde a Central no se le venía dando”, dijo.
El entrenador "auriazul", que apenas lleva un par de meses de trabajo y que está en medio de un proceso de cambio y renovación del plantel, trató de escaparle al partido con Sol de Mayo y se enfocó en lo que viene: “Hubo un crecimiento muy positivo, ahora viene lo más importante: la pretemporada y los jugadores que van a venir. A partir de mañana me reuniré con los dirigentes para planificar el futuro”, aseguró.
Somoza debió responder sobre dos jugadores de experiencia que no fueron tenidos en cuenta para el partido del viernes y que todo indica que ya no seguirán en Central en el semestre que viene: “Respecto del tema (Emiliano) Vecchio y (Milton) Caraglio, es sólo una situación futbolística”, advirtió.
El técnico cerró la rueda de prensa con un mensaje hacia los hinchas "canallas", que quedaron bastante desesperanzados con el rendimiento del equipo y encima ya no tendrán a Marco Ruben, retirado de la actividad: “Les digo que se queden tranquilos que vamos a seguir mejorando”, prometió el técnico.
Un receso crucial
Lejos de entrar en etapa de descanso, el cuerpo técnico y la dirigencia de Rosario Central ingresan a un período muy importante para el futuro deportivo y político de la institución. Y será un lapso muy corto, donde casi no habrá margen de error en la toma de decisiones, tanto de los futbolistas que ya no formarán parte del plantel profesional como de aquellos que deberán llegar para reforzar las zonas más debilitadas del equipo.
Además, los dirigentes jugarán un partido aparte si es que desean continuar al frente del club, ya que éste será el mercado de pases previo a las elecciones de octubre. Y se sabe por experiencia que los procesos eleccionarios suelen contaminar a los futbolísticos en las instituciones que tienen a este deporte como principal actividad.
Por ejemplo, Central esta vez no tendrá margen para largas novelas en los fichajes, como sucedió en el receso pasado con el defensor Juan Cruz Komar o con el volante Walter Montoya. El entrenador y la directiva tienen pocas balas y deberán ser muy certeros cuando apunten a los nombres que necesitan para devolverle competitividad al equipo.
Por lo pronto, es casi un hecho que a Vecchio y a Caraglio les rescindirán sus contratos. Hay que ver qué consecuencias económicas y anímicas tendrán esas decisiones, especialmente la del talentoso número 10, que ha estado más afuera que adentro de las canchas en este año. Es un jugador que divide aguas, entre los que quieren que se quede y los que ya no soportan más sus idas y vueltas y sus mensajes encriptados en estados de WhatsApp o en las redes sociales.
Entre los que Central desea retener, el que encabeza la lista es el delantero Lucas Gamba, a quien se le termina el vínculo con la institución. Tanto el jugador como su representante avisaron que "la prioridad la tiene Central" porque el futbolista "se siente muy cómodo". Y se espera el retorno del arquero Jorge Broun, quien se rompió los ligamentos hace seis meses. Más allá de cómo regresará, "Fatura" puede ser muy importante para marcar liderazgo en vestuario, ya sin Ruben y con Vecchio en la cuerda floja.
El panorama en Rosario Central está así. Somoza y los dirigentes pasaron por una tormenta complicada, que los dejó despeinados y con la ropa embarrada. Pero superaron el temporal y ahora intentarán pasar por la peluquería y la lavandería. Si no cambian el look rápidamente, vendrán tempestades más bravas.
El viernes pasado, Rosario Central pasó de fase en la Copa Argentina, dejando en el camino a Sol de Mayo de Viedma. Hasta ahí, suena lógico, normal y hasta obligatorio para un equipo de primera división que enfrentó a otro del Federal A. El tema fue la forma en que el conjunto rosarino superó la primera instancia del torneo, por penales y después de sufrir bastante y de no poder doblegar al equipo rionegrino en los 90 minutos. En resumen, Central estuvo a punto de vivir un cimbronazo futbolístico, de esos que obligan a replantear casi todo y que generalmente invitan a dar pasos al costado. Pero la tormenta pasó y más allá de los nubarrones que siguen en el cielo "canalla", el técnico Leandro Somoza consiguió margen para encarar un mercado de pases que será muy importante.
El modesto Sol de Mayo llevó a Central a la instancia de los penales y casi lo elimina otra vez, como sucedió en 2019, cuando prácticamente le costó el puesto al entonces DT Paulo Ferrari -se fue unos días después, al caer por el torneo con San Lorenzo-. Esta vez Somoza tuvo un poco más de suerte y al menos evitó el papelón de una eliminación que hubiera dejado heridas muy difíciles de sanar.
"Fue durísimo el partido, sabemos lo que significan estos encuentros para el rival que enfrentamos. Creo que el equipo se sacó una mochila importante", declaró el entrenador "canalla", con más cara de alivio que de satisfacción. Es una etapa en la que todo le cuesta mucho a Central, especialmente los partidos que debiera sacarse de encima con cierta comodidad.
Por si hacía falta, Somoza aclaró: “No jugamos el partido que esperábamos. Fue muy complicado, muy duro, pero por suerte pudimos pasar". E intentó amortiguar el golpe de una noche difícil con el boleto a 16avos de final de la Copa Argentina en la mano: “Son partidos muy complicados, no solo acá sino en Europa también. Pudimos pasar a una instancia donde a Central no se le venía dando”, dijo.
El entrenador "auriazul", que apenas lleva un par de meses de trabajo y que está en medio de un proceso de cambio y renovación del plantel, trató de escaparle al partido con Sol de Mayo y se enfocó en lo que viene: “Hubo un crecimiento muy positivo, ahora viene lo más importante: la pretemporada y los jugadores que van a venir. A partir de mañana me reuniré con los dirigentes para planificar el futuro”, aseguró.
Somoza debió responder sobre dos jugadores de experiencia que no fueron tenidos en cuenta para el partido del viernes y que todo indica que ya no seguirán en Central en el semestre que viene: “Respecto del tema (Emiliano) Vecchio y (Milton) Caraglio, es sólo una situación futbolística”, advirtió.
El técnico cerró la rueda de prensa con un mensaje hacia los hinchas "canallas", que quedaron bastante desesperanzados con el rendimiento del equipo y encima ya no tendrán a Marco Ruben, retirado de la actividad: “Les digo que se queden tranquilos que vamos a seguir mejorando”, prometió el técnico.
Un receso crucial
Lejos de entrar en etapa de descanso, el cuerpo técnico y la dirigencia de Rosario Central ingresan a un período muy importante para el futuro deportivo y político de la institución. Y será un lapso muy corto, donde casi no habrá margen de error en la toma de decisiones, tanto de los futbolistas que ya no formarán parte del plantel profesional como de aquellos que deberán llegar para reforzar las zonas más debilitadas del equipo.
Además, los dirigentes jugarán un partido aparte si es que desean continuar al frente del club, ya que éste será el mercado de pases previo a las elecciones de octubre. Y se sabe por experiencia que los procesos eleccionarios suelen contaminar a los futbolísticos en las instituciones que tienen a este deporte como principal actividad.
Por ejemplo, Central esta vez no tendrá margen para largas novelas en los fichajes, como sucedió en el receso pasado con el defensor Juan Cruz Komar o con el volante Walter Montoya. El entrenador y la directiva tienen pocas balas y deberán ser muy certeros cuando apunten a los nombres que necesitan para devolverle competitividad al equipo.
Por lo pronto, es casi un hecho que a Vecchio y a Caraglio les rescindirán sus contratos. Hay que ver qué consecuencias económicas y anímicas tendrán esas decisiones, especialmente la del talentoso número 10, que ha estado más afuera que adentro de las canchas en este año. Es un jugador que divide aguas, entre los que quieren que se quede y los que ya no soportan más sus idas y vueltas y sus mensajes encriptados en estados de WhatsApp o en las redes sociales.
Entre los que Central desea retener, el que encabeza la lista es el delantero Lucas Gamba, a quien se le termina el vínculo con la institución. Tanto el jugador como su representante avisaron que "la prioridad la tiene Central" porque el futbolista "se siente muy cómodo". Y se espera el retorno del arquero Jorge Broun, quien se rompió los ligamentos hace seis meses. Más allá de cómo regresará, "Fatura" puede ser muy importante para marcar liderazgo en vestuario, ya sin Ruben y con Vecchio en la cuerda floja.
El panorama en Rosario Central está así. Somoza y los dirigentes pasaron por una tormenta complicada, que los dejó despeinados y con la ropa embarrada. Pero superaron el temporal y ahora intentarán pasar por la peluquería y la lavandería. Si no cambian el look rápidamente, vendrán tempestades más bravas.
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La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.
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