En agosto del 2021, el gobernador Omar Perotti presentó el programa “Carnes Santafesinas 2030”, mediante el cual la gestión provincial se propuso el crecimiento sustentable de la producción de carnes bovinas, ovinas, caprinas, aviares y porcinas, y la transformación de granos y forrajes en proteína animal.

A través de este programa estratégico, la Provincia dispuso una serie de herramientas entre las que se destacan capacitaciones y jornadas de extensión, fomento a la incorporación de tecnologías, impulso a proyectos que utilicen energías renovables, construcción de caminos rurales y opciones de financiamiento.

Como muestra de este proceso, la secretaria provincial de Agroalimentos, María Eugenia Carrizo, destacó el trabajo formativo que lleva adelante la cartera provincial de la producción con las instituciones intermedias del sector: "Estamos promoviendo jornadas de capacitación para alambradores, cursos de esquila, de aguadas y molinos en distintos puntos de la provincia".

“Desarrollamos un importante plan de capacitaciones a través del asesoramiento técnico a los productores y operarios agropecuarios. Buscamos mejorar su eficiencia productiva para que puedan tener un mejor manejo de los recursos y mejorar de manera permanente”, explicó la funcionaria.

Estas acciones se complementan con aportes financieros para la compra de reproductores machos provenientes de cabañas santafesinas, con bonificación de tasas de interés a través del Banco Nación para realizar inversiones y para capital de trabajo, y con créditos sin tasa de interés para recomponer capitales trabajo y realizar inversiones intraprediales a través de fondos derivados de la emergencia agropecuaria.

En el plano de las acciones de asesoramiento técnico que contempla Carnes Santafesinas 2030, se crearon equipos de trabajo en sistemas de producción dedicados a la cría vacuna, cuyo fin es generar condiciones apropiadas para el crecimiento de la actividad ganadera, especialmente la producción primaria, y fomentar la adopción de buenas prácticas a través del bienestar animal y la sostenibilidad ambiental, de manera de garantizar la calidad de vida de la población rural y la sustentabilidad del sector.

El programa atendió inicialmente a los departamentos del norte santafesino, los cuales albergan el 65% de los rodeos de cría vacuna. Actualmente, cuenta con más de 200 productores y más de 40 asesores profesionales veterinarios y agrónomos.

Los asesores, cuyo trabajo se encuentra financiado de forma conjunta por la Provincia y los productores, llevan adelante tareas de asistencia técnica individual y grupal, y generan instancias que tienen como ejes centrales la capacitación, la transferencia y la innovación tecnológica.

Incorporar tecnología
Juan Broggi es un productor de Las Toscas que trabaja un campo de 300 hectáreas que tiene aproximadamente un tercio de monte. Broggi cuenta con 175 madres. En la época de parición, el productor retira los terneros a los tres meses de edad y los traslada a un comedero cercano al establecimiento. Con la intención de optimizar ese proceso de cría y engorde, solicitó la asistencia de un asesor técnico a través de “Carnes Santafesinas 2030”.

“Trabajamos con asesor para llegar al destete con más kilos, porque cuando llevo a los terneros al comedero me cuesta mucho levantar su pesaje. Estamos viendo la posibilidad de implementar una alimentación al pie de la madre. También, estamos evaluando poner pasturas e incorporar algunos nutrientes más”, detalló Broggi.

Por otra parte, el médico veterinario Rodrigo Winkler, asesor técnico de “Carnes Santafesinas 2030” en Las Toscas, ponderó la dinámica de trabajo que propone el programa: “Es excelente. Se juntan 10 o 15 productores y hacen visitas a campo con el asesor. Ahí se intercambian ideas y experiencias, los productores tienen la oportunidad de recoger cosas positivas para incorporarlas a la actividad y también pueden recomendar sobre las negativas. Es un ejercicio muy bueno que se ve reflejado en el entusiasmo de los productores”.”

“Los asesores tenemos que impulsar fuertemente la incorporación de tecnologías, sobre todo tecnologías de proceso, para que los productores aprendan a recoger datos útiles que le permitan tomar buenas decisiones y minimizar los errores. Esto impactará directamente en su productividad y generará mayor arraigo en las poblaciones rurales”, concluyó el profesional.