Hagar Blau Makaroff
Brumana, dirigida por Carolina Musa y Laura Rossi, es una editorial local con perfil feminista surgida con el propósito de visibilizar los textos que se producen en la región litoraleña, y a comienzos de 2021, la editorial ofrece libros para descarga gratuita en Epub o PDF (Brumana Libre), con el propósito de que la literatura que se produjo y se produce en la región trascienda fronteras.
Esta editora lanzará en un mismo encuentro dos libros nuevos: Fuera de cámara de Evelyn Arach, que inaugura la colección #crónicas y Ruta 11 de Verónica Laurino, que se suma a la colección Brumana Libre #poesía. El convite se realizará el viernes 22 de julio a las 18 en el tercer piso de la Biblioteca Argentina, donde Sonia Tessa y Nacho Estepario acompañarán a las autoras, y un cierre musical a cargo de Eugenia Craviotto, de Mamita Peyote.
Fuera de cámara es el segundo libro de Evelyn Arach, que reúne dieciocho crónicas escritas desde un mirada atenta "porque pone atención pero sobre todo, atenta por amable, a las historias de los otros, y sobre todo "las voces de otras mujeres entre las que puede anclar la suya. Y sabe cuándo correrse para que la historia surja pero intuye también cuándo debe hacerse presente para echar luz sobre algún detalle que podría pasar desapercibido o para explorar, incluso, su propia historia porque está convencida de que “el periodismo es un oficio que despierta conciencias cada vez que se ejerce con compromiso, pasión, humanismo, sororidad y perspectiva de género”, aseguró la editora Laura Rossi.
Ruta 11 es un poemario de Verónica Laurino que se editó por primera vez en 2007. Sobre este, dice Nacho Estepario que "entre el camino y el río se acompañan paralelos, van juntos marcando el costado de una provincia, a veces parece que se besan. Ambos comunican a Rosario con su familia hacia el norte. En la mirada a través de la ventanilla de ese viaje suceden destellos". “La belleza estaba en las venitas de agua”, dice Vero. En sus observaciones y pensamientos viven sensoriales los detalles poéticos. Una compañía de ruta entrañable, que cualquiera desearía tener.
En diálogo con Mirador Evelyn Arach adelantó un poco sobre esta presentación: “De Vero Laurino solamente conozco el libro que va a presentar, de poemas cortos y de una belleza sutil, como un poema que dice: La belleza estaba / en las venitas de agua / de la ventanilla del bus”. Y agregó: “Me parece enriquecedor presentar un texto de poesía que condensa en palabras breves, sonoras, profundas, sensoriales… lo que nos rodea, y a la vez la crónica, que es el ejercicio periodístico de detenernos para observar, escuchar, volver a preguntar y adentrarnos en una historia que creemos que merece ser contada”. Cabe destacar para despistados que la mayoría de las historias de Fuera de cámara son historias de mujeres, y sobre esto, Arach aseguró que “como dice Rosa Montero en su libro Historia de mujeres, “las mujeres han sido ciudadanas de segunda clase durante milenios”, y entonces desde algunos años nos detuvimos a mirarnos a nosotras mismas, a contar nuestras historias, a darle valor”.
Entre las historias de mujeres que Evelyn relata se encuentra la reportera gráfica Virginia Benedetto que “viajó miles de kilómetros para ser parte una revolución encabezada por las mujeres kurdas, hablo de una médica que fue noticia nacional por sufrir un abuso sexual y una agresión feroz en plena calle. Pero también, en el texto acompaño el camino de su recuperación de la mano de una amiga de la infancia que estaba muriendo de cáncer y desplegó una sororidad asombrosa”.
A estas se suman la historia de una beba que sobrevive a diez impactos de arma de fuego y vive durante meses en un hospital. “Pero en el mismo libro también decido mirar a mi mamá, a mi abuela, a mi tía. A aquellas mujeres que cumplieron sus sueños o los postergaron en silencio, que fueron parte de otra generación, de otro contexto. Historias simples, pero no por eso menos valiosas”, adelantó.
Se trata del segundo libro para esta cronista rosarina, sobre el cual reflexionó: “Este segundo libro, al igual que el primero tuvo su puntapié inicial en la contratapa del Rosario 12 y en la revista Barullo. Ahí empecé a desandar algunos perfiles y también a reflejar cómo era el trabajo de cronista de calle en medio de una pandemia. Qué nos pasaba con eso. Escribir fue una forma de hacer catarsis, pero también de dejar registro. Esas fueron las primeras historias, luego vinieron otras donde me propuse detenerme para escuchar un poco más, para tratar de comprender otras historias e ir plasmando todo eso en un texto. Grabar, escuchar cómo la otra persona cuenta lo que cuenta. Desgrabar. Volver a preguntar. Fue un trabajo intenso pero maravilloso. Creo que el libro fue surgiendo solo. Por la necesidad de contar”.
