Dana Cabral y Flavio Lanfranco, en el puente de piedra sobre el río Ebro, frente a la Basílica del Pilar, uno delos lugares emblemáticos de Zaragoza.
Ceferino Azambuyo
[email protected]
Ahora, con 32 años, mientras espera la homologación del título, Dana Cabral realiza un posgrado en emergencia sanitaria para ingresar a una bolsa de trabajo, matricularse y hasta tanto pueda homologar el título, ejercer como médica en el viejo continente.
Son días de otoño y en las puertas del invierno cae la llovizna, hay una diferencia de cuatro horas con nuestro país. En diálogo con MIRADOR ENTRE RÍOS, Dana comenta su experiencia en Zaragoza (España) como lugar de residencia desde hace poco más de dos meses junto a su novio. La idea de buscar un trabajo estable y en especial por el tema relacionado a la seguridad, en realidad fue el detonante de la decisión. Una situación traumática la atravesó cuando realizaba su labor como médica especialista en cirugía general en el hospital Centenario de Rosario. Durante la pandemia realizaban cirugías con triple traje de protección, pero aun así contrajo Covid y cuando salía desde el nosocomio para comenzar el aislamiento fue víctima de un intento de robo que la marcó y le dio el impulso, junto a su novio, para comenzar a buscar otro destino fuera del país.
“Empezamos a buscar algunas propuestas de trabajo y Flavio, quien es ingeniero en sistemas, consiguió en una empresa perteneciente a uno de los principales grupos empresariales del sector de las Nuevas Tecnologías de la Información (TIC) en España. Comenzó a trabajar home office desde Argentina y ahora ya presencial en el destino de la firma, que es en Zaragoza. Una ciudad de 700 mil habitantes con todos los medios de transporte, incluso aeropuerto”, cuenta.
Sobre las alternativas que tenían para elegir, señaló: “Estudiamos varias ciudades y, cuando decidimos, contratamos el hospedaje por un mes porque teníamos que regularizar toda la documentación exigida. Vinimos con una visa de trabajo de personal altamente calificado, lo que tiene algunos beneficios”.
“Previamente nos parecía que no era muy complejo. Tenía una experiencia de irme a Rosario a los 17 años y pensé que no me costaría tanto, pero en realidad es difícil adaptarse. La sociedad y el estilo de vida es distinto, hasta en los horarios se manejan de otra manera. Un gran beneficio es el idioma, pero cambian las costumbres y hábitos por lo tanto estamos en un proceso de adaptación. La sociedad nos recibió muy bien, nos quieren a los argentinos y cuando mencionamos a Rosario enseguida nos dicen que es la ciudad de Messi”.
Sobre el tema relacionado al cuidado del ambiente dijo que le llamó mucho la atención, que “si bien se clasifican los residuos de acuerdo a los materiales, sin embargo, se utiliza mucho material descartable para casi todo, es decir se desechan muchos residuos. El consumo de ropa es muy alto y mayor la cantidad de desechos que hay, considero que en eso estamos más adelantados en Argentina y en algunos aspectos culturales también vamos avanzados”, consideró.
Sobre la salud comparó que en la Argentina “estamos bastante mejor, en el mes de concientización del cáncer de mama, el famoso Octubre Rosa, hay muchas campañas y publicidad para concientizar sobre hacerse el screening de cáncer de mama, pero en España es más selecto el grupo de pacientes que pueden tener acceso al testeo”. En cuanto a la exploración en el campo de la medicina, la joven indicó que “los beneficios en España es que se cuenta con otros recursos. Si bien en Argentina tenemos tecnología, acá en ese aspecto está mucho más desarrollada y al alcance para determinadas cirugías”.
“El asado es lo que más extraño, además por el motivo de las reuniones familiares o con amigos. Acá no se usa juntarse en la casa de amigos o de familias. Se encuentran los fines de semana en los bares porque está muy incorporada la cultura del tapeo, que es recorrer los barcitos comiendo algún bocadillo y tomando algunas bebidas que en general es cerveza o aperitivo, pero no se estila la costumbre de juntarse en la casa, eso es lo que más extraño”, evocó.
Como sugerencia a quienes tienen intenciones de tomar una decisión de buscar otros horizontes dijo que “uno no se puede quedar con la intriga de qué hubiera pasado si hubiésemos venido o no. Hay que hacerlo y tener la posibilidad de volver a su país cuando lo crean conveniente. No es venir a probar, eso me llama la atención cuando lo dicen, en realidad uno no viene a probar nada porque estudiamos, trabajamos, poniendo un montón de empeño y esmero en hacer lo que uno quiere hacer y capacitarse. Acá tenemos muchas alternativas que en Argentina también están, pero se nos dificulta por el problema, que en mi caso lo asocio con la seguridad y la economía. Eso es lo que todos los argentinos queremos que mejore y una vez que me especialice y haga algún master, en mi pensamiento siempre está poder volver”.
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Ahora, con 32 años, mientras espera la homologación del título, Dana Cabral realiza un posgrado en emergencia sanitaria para ingresar a una bolsa de trabajo, matricularse y hasta tanto pueda homologar el título, ejercer como médica en el viejo continente.
Son días de otoño y en las puertas del invierno cae la llovizna, hay una diferencia de cuatro horas con nuestro país. En diálogo con MIRADOR ENTRE RÍOS, Dana comenta su experiencia en Zaragoza (España) como lugar de residencia desde hace poco más de dos meses junto a su novio. La idea de buscar un trabajo estable y en especial por el tema relacionado a la seguridad, en realidad fue el detonante de la decisión. Una situación traumática la atravesó cuando realizaba su labor como médica especialista en cirugía general en el hospital Centenario de Rosario. Durante la pandemia realizaban cirugías con triple traje de protección, pero aun así contrajo Covid y cuando salía desde el nosocomio para comenzar el aislamiento fue víctima de un intento de robo que la marcó y le dio el impulso, junto a su novio, para comenzar a buscar otro destino fuera del país.
“Empezamos a buscar algunas propuestas de trabajo y Flavio, quien es ingeniero en sistemas, consiguió en una empresa perteneciente a uno de los principales grupos empresariales del sector de las Nuevas Tecnologías de la Información (TIC) en España. Comenzó a trabajar home office desde Argentina y ahora ya presencial en el destino de la firma, que es en Zaragoza. Una ciudad de 700 mil habitantes con todos los medios de transporte, incluso aeropuerto”, cuenta.
Sobre las alternativas que tenían para elegir, señaló: “Estudiamos varias ciudades y, cuando decidimos, contratamos el hospedaje por un mes porque teníamos que regularizar toda la documentación exigida. Vinimos con una visa de trabajo de personal altamente calificado, lo que tiene algunos beneficios”.
Adaptarse
“Previamente nos parecía que no era muy complejo. Tenía una experiencia de irme a Rosario a los 17 años y pensé que no me costaría tanto, pero en realidad es difícil adaptarse. La sociedad y el estilo de vida es distinto, hasta en los horarios se manejan de otra manera. Un gran beneficio es el idioma, pero cambian las costumbres y hábitos por lo tanto estamos en un proceso de adaptación. La sociedad nos recibió muy bien, nos quieren a los argentinos y cuando mencionamos a Rosario enseguida nos dicen que es la ciudad de Messi”.
Sobre el tema relacionado al cuidado del ambiente dijo que le llamó mucho la atención, que “si bien se clasifican los residuos de acuerdo a los materiales, sin embargo, se utiliza mucho material descartable para casi todo, es decir se desechan muchos residuos. El consumo de ropa es muy alto y mayor la cantidad de desechos que hay, considero que en eso estamos más adelantados en Argentina y en algunos aspectos culturales también vamos avanzados”, consideró.
Sobre la salud comparó que en la Argentina “estamos bastante mejor, en el mes de concientización del cáncer de mama, el famoso Octubre Rosa, hay muchas campañas y publicidad para concientizar sobre hacerse el screening de cáncer de mama, pero en España es más selecto el grupo de pacientes que pueden tener acceso al testeo”. En cuanto a la exploración en el campo de la medicina, la joven indicó que “los beneficios en España es que se cuenta con otros recursos. Si bien en Argentina tenemos tecnología, acá en ese aspecto está mucho más desarrollada y al alcance para determinadas cirugías”.
Asado y juntadas
“El asado es lo que más extraño, además por el motivo de las reuniones familiares o con amigos. Acá no se usa juntarse en la casa de amigos o de familias. Se encuentran los fines de semana en los bares porque está muy incorporada la cultura del tapeo, que es recorrer los barcitos comiendo algún bocadillo y tomando algunas bebidas que en general es cerveza o aperitivo, pero no se estila la costumbre de juntarse en la casa, eso es lo que más extraño”, evocó.
Como sugerencia a quienes tienen intenciones de tomar una decisión de buscar otros horizontes dijo que “uno no se puede quedar con la intriga de qué hubiera pasado si hubiésemos venido o no. Hay que hacerlo y tener la posibilidad de volver a su país cuando lo crean conveniente. No es venir a probar, eso me llama la atención cuando lo dicen, en realidad uno no viene a probar nada porque estudiamos, trabajamos, poniendo un montón de empeño y esmero en hacer lo que uno quiere hacer y capacitarse. Acá tenemos muchas alternativas que en Argentina también están, pero se nos dificulta por el problema, que en mi caso lo asocio con la seguridad y la economía. Eso es lo que todos los argentinos queremos que mejore y una vez que me especialice y haga algún master, en mi pensamiento siempre está poder volver”.
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