Luchan por la prohibición de la caza para conservar especies autóctonas
Concordia fue sede de una reunión entre proteccionistas y organizaciones. Bregan por el cuidado de las aves, pero también quieren que mejore la calidad de vida de las personas.
Concordia fue sede de una reunión entre proteccionistas y organizaciones. Bregan por el cuidado de las aves, pero también quieren que mejore la calidad de vida de las personas.
En mayo de 2022, mediante la Resolución 1099/22, el gobierno provincial habilitó desde el 14 de ese mes y hasta el 15 de agosto la caza de seis especies –cinco de ellas autóctonas– en el territorio entrerriano.
La publicación de esa resolución alcanzó para que distintas ONG y grupos ambientalistas se manifestaran. Luego de varias presentaciones, en julio, el Superior Tribunal de Justicia (STJ), con la firma de los vocales Miguel Giorgio, Germán Carlomagno y Susana Medina, confirmó un fallo emitido por el camarista Andrés Marfil que anuló la medida dispuesta por el gobierno.
Según entendieron los ambientalistas, el fallo fue correcto ya que el pato cutirí, pato picazo, sirirí colorado, sirirí pampa e inambú común eran las especies autóctonas que aparecían en la lista y que, entienden, deben ser cuidadas.
Las acciones siguen y el salón de la UTN Concordia fue sede de una reunión entre proteccionistas, organizaciones socioambientales de toda la provincia y público en general, en la que se expresó la necesidad de suspender definitivamente la caza de fauna autóctona en Entre Ríos y se hizo hincapié en la contaminación por plomo producida por la actividad, en consideración de los animales como seres sintientes.
Los disertantes fueron el profesor Gabriel Bonomi, referente de la ONG Ceydas (Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres); y la Dra. Cecilia Domínguez, abogada de las ONG Conciencia Animal y Justicia Animal Antiespecista.
“Los cotos traen cazadores extranjeros que matan cientos de miles de aves acuáticas en Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires mientras llenan de plomo nuestros humedales”, expresaron y denunciaron que “hay un fuerte lobby de la Cámara Argentina de Turismo Cinegético y Conservacionismo para que se vuelva a habilitar la caza en la provincia”.
CUIDAR TODAS LAS VIDAS
El trabajo de Ceydas es silencioso, pero fuerte. Se describen como una ONG cuyo objeto es la conservación y el estudio de las aves y de todo el entorno natural. “Los tres pilares fundamentales de la ONG son la educación ambiental, la investigación y la gestión en conservación”, aseguran.
Gabriel Bonomi, integrante de la agrupación, dialogó con Mirador Entre Ríos y contó cómo es el trabajo que hacen y qué razones los mueven a insistir con sus pedidos.
–¿Por qué creen que debe suspenderse o prohibirse la caza?
–Son múltiples los motivos por los que pensamos que se debe no solo suspender sino prohibir definitivamente la caza de especies autóctonas en la provincia de Entre Ríos. En primer lugar, porque nos parece inaudito e inconcebible que todavía esté permitido y fundamentalmente nos preocupa la extinción de especies. Hay extinciones locales de especies que habitaban en Entre Ríos en otras épocas y ahora son escasas o desaparecieron completamente, no se las ve hace casi 50 años. Yo soy observador de aves y hace casi unos 30 años noto que hay especies que no están habitando la provincia. No sólo esto, sino que hubo una reducción drástica de las poblaciones sobre todo de estas especies que son comercialmente cinegéticas como los patos o el inambú. Esto se combina con otros factores como la destrucción de su hábitat, los desmontes, la contaminación del agua, aire y suelo con agroquímicos, los factores son múltiples pero la caza es uno importante.
Otro elemento fundamental es la contaminación por plomo que producen los perdigones de los cartuchos que contaminan el agua, el suelo y a los animales, afectando no solo a los que son baleados sino aquellos que los consumen ocasionalmente. El plomo es altamente tóxico, al tomar contacto con el agua se oxida y libera su toxicidad al ambiente e incluso no solo se contamina todo sino el cultivo que estamos consumiendo. En cotos de caza que se realizan en arroceras, se ha encontrado plomo hasta en el mismo grano del arroz, así que esto habla de una problemática que trasciende lo ambiental para convertirse en sanitaria, con la salud de la población. También hallaron plomo en la sangre, en los huesos e incluso en los dientes de niños que pertenecían a escuelas cuyos comedores escolares recibían donaciones de los cotos de caza de Santa Fe, patos muertos básicamente, y les preparaban comidas con la carne de esas aves, esto puede provocar trastornos muy graves, incluso la muerte.
EDUCACIÓN
–Además de la asamblea y acciones informativas ¿Qué otras opciones tienen ustedes para tratar de evitar la caza?
–Además de la asamblea muchas veces hacemos educación ambiental desde nuestro lugar. Hacemos charlas en escuelas de distintos puntos de la provincia, sobre todo en el norte de Entre Ríos y en ocasiones en el sur de Corrientes.
Tenemos un trabajo fuerte de concienciación a través de las redes sociales y trabajamos también en gestión ambiental con varias reservas naturales en la provincia, sobre todo en centro y norte asesoramos y también nos interrelacionamos con instituciones del país y de Uruguay para afrontar en conjunto esta problemática.
A pesar del trabajo de la ONG, los representantes del gobierno no han dado una respuesta satisfactoria, por eso creen que no están interesados en el tema, pero confían en que la gente conoce del problema y será parte de la solución.
–¿Han tenido encuentros con representantes del Gobierno provincial?
–La entidad que regula la caza es la Dirección de Recursos Naturales de la provincia y no han tenido la apertura para hablar con gente que piensa diferente. Hace muy poco se realizó una reunión informativa sobre la caza en Entre Ríos organizada por esta Dirección y solo se invitó a entidades vinculadas con la caza, a algunos funcionarios y representantes de fuerzas. No invitaron a representantes del turismo, ni a personas vinculadas con la conservación como las ONG ambientalistas o animalistas, no llamaron a personal de salud tampoco. Esto habla a las claras de funcionarios a los que no les interesa la protección natural y cultural de los entrerrianos, sino que les interesa por encima de todo impulsar el negocio, que son fundamentalmente los cotos de caza que hay.
–¿Y les dan un por qué de esa falta de diálogo?
–En concreto no. La justificación que tienen es que siempre se cazó y que hay regulaciones. En Entre Ríos durante 30 años se habilitó la caza de especies autóctonas sin existir fundamentos para hacerlo. La Ley exige estudios y acá no existen, recién están haciéndolos, empezaron el año pasado. Eso lleva años y por lo tanto podemos decir que durante 30 años todos los gobiernos estuvieron incumpliendo con la ley, con la normativa que exige los estudios poblacionales de las especies a cazar. Como eso no existe, hay ilegalidad.
–¿Creen que la gente toma conciencia del problema o que aún no hay una comprensión?
–Sí, creemos que hoy en día la gente conoce, y se lo vio mucho en Entre Ríos el año pasado cuando se judicializó el caso en el que se habilitó la caza como se hacía todos los años sin ningún fundamento y varias instituciones de la sociedad civil presentamos un recurso de amparo para que esa resolución se anulara y lo logramos.
En ese ínterin la gente se manifestó de distintas maneras, en general muy respetuosamente, pero reprochando y repudiando la habilitación de la caza. La gente repudia esta práctica por considerarla violenta, cruel, irresponsable, anacrónica y que atenta contra el patrimonio natural y cultural de los pueblos.
CAMBIO
“Hay un cambio, la sociedad reclama un cambio de paradigma y debemos hacerlo, apuntar y vincularnos desde otro lado con la naturaleza. No debemos apuntar a la obtención de lucro, de negocio por encima de la conservación de la diversidad. Este cambio se está gestando y creo que en el futuro se va a dar, que no existirá la caza de especies autóctonas porque es inadmisible para una sociedad que quiere crecer y superarse”, aseguró Gabriel Bonomi, integrante de la ONG Ceydas (Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres).
La delegación de “La Invencible”, con 96 preseas, obtuvo el primer puesto en el medallero de la competencia interprovincial disputada en Mar del Plata. El podio lo completaron Córdoba y Río Negro. Los deportistas santafesinos, que compitieron en 36 disciplinas, habían sido elegidos tras participar de todas las etapas de Santa Fe en Movimiento.