“La falta de lluvias y la escasez de recursos forrajeros en los campos aceleró la descapitalización, los productores mal venden los animales que le quedan, se adelanta una estrepitosa caída del índice productivo porque no habrá terneros y en medio de la incertidumbre la gente se está fundiendo trabajando”, remarcó el presidente de la Sociedad Rural de Vera, Sebastián Volkart.
El dirigente ruralista brindó otros detalles sobre esta verdadera debacle económica que está sufriendo el departamento Vera, porque “los precios de la hacienda están siendo superados por la inflación y los insumos están dolarizados, lo que constituye un combo explosivo que alimenta aún más el grado de perplejidad que domina el ambiente donde no se ven señales positivas en el horizonte”.
Hay pozos que ya se han secado y cada vez es más complicado acercar agua a los campos, lo que genera el aumento de una demanda que cada vez tiene menos respuestas.
Para colmo de males, el arroyo Golondrinas, principal afluente de la cuenca de lagunas que surcan el departamento Vera, está totalmente seco. Esto ha provocado también la volatización de los espejos de agua, alteró el ecosistema y provocó la desaparición del lugar como atractivo turístico de la región.
Un triste panorama donde reina la angustia ante un futuro cada vez más incierto.