Con los ojos llenos de curiosidad y el alma abierta a la fe, un grupo de 19 jóvenes partió, desde la República Oriental del Uruguay, para participar de la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud Católica en Lisboa, Portugal. El multitudinario encuentro se desarrolló entre los días 1 al 6 de agosto por primera vez en esa nación, y por tercera vez en la península ibérica después de Santiago de Compostela 1989 y Madrid 2011.
“La JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) es un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa. Es, además, una peregrinación, una fiesta de la juventud, una expresión de la Iglesia universal y un fuerte momento de evangelización del mundo juvenil. Se presenta como una invitación a una generación determinada en construir un mundo más justo y solidario. A pesar de su identidad claramente católica, está abierta a todos, tanto a los más cercanos a la Iglesia, como a los más distanciados”, describe la página oficial sobre la convocatoria.
La primera edición tuvo lugar en la ciudad de Roma en 1986, y desde ese entonces se ha destacado como un laboratorio de fe, un lugar de nacimiento de vocaciones para el matrimonio y la vida consagrada y un instrumento de evangelización y transformación de la Iglesia.
“NO ES ABURRIDO HABLAR DE LA FE”
“Mi experiencia en la jornada la definiría como un regalo, ya que desde el primer momento nos recibieron con los brazos abiertos y muchas sorpresas, jóvenes de muchos países con mil historias y experiencias por contar”, comentó María de los Ángeles Fernández a Mirador Entre Ríos.
La joven, de 20 años, cursó sus estudios primarios y secundarios en la escuela privada “Jesús Buen Pastor” de la ciudad de Villaguay, continúa la carrera de Abogacía en la Facultad de Derecho de Universidad de la República (Udelar) e integra la residencia María Inmaculada.
Dentro de la experiencia vivida expresa que “cada día tuvo su encanto y no dejó espacio para aburrirse, realmente lo vivimos al máximo y no faltó nada. La convivencia fue total y hablar de los temas de la fe no es aburrido, si tenés a tu lado con quien compartirlos o ayudar a encontrar el camino que abra puertas a quienes están en la búsqueda. Eso en realidad debe ser de todos los días, sin embargo, estas jornadas nos enfocan en enseñanzas que debemos capitalizarlas para una mejor comprensión de cómo prepararse para un presente y futuro, como desafío para todos y en especial para los jóvenes”, consideró.
AYUDAR AL PRÓJIMO
Consultada sobre el impacto de la multitud que se reunió –estimada en millones– sumando toda la agenda preparada, manifestó: “Me sorprendió muchísimo la cantidad de jóvenes creyentes que asistieron a la jornada y es impactante estar viviendo este encuentro con millones de personas presentes y multiplicados a través de los distintos formatos de comunicación. Me emocionó mucho saber que hay millones de chicos que comparten la fe y la viven a flor de piel en un mundo dónde escuchamos decir que todo está perdido, me alegró saber que no es tan así, gracias a Dios”.
En relación a lo que deja humanamente este tipo especial de convocatorias la joven dimensionó “la oportunidad de conocer muchas personas hermosas, con un alma llena de amor y ánimo de ayudar al prójimo. Me traje recuerdos que atraviesan mi corazón y experiencias que no me voy a olvidar nunca en mi vida”.
María de los Ángeles aseguró que “siento que logré encontrarme conmigo misma y con los demás, que mi fe aumentó y voy a volver mucho más cerca de Jesús que antes. Me quedo con las palabras del Papa Francisco: ‘no tengan miedo, ya no soy yo, es Jesús mismo quien los mira, él conoce el corazón de cada uno de ustedes’”, parafraseó muy animada.
La joven dijo que recomienda “a todo el que pueda que viaje y asista a estas jornadas porque realmente es algo único e inigualable de lo que nunca se van a olvidar y sé que les va a hacer muy bien al corazón”.
LA PALABRA DE FRANCISCO
Durante la homilía, el Papa Francisco habló del camino de la vida y “la constancia en caminar. En la vida, para lograr las cosas hay que entrenarse en el camino. A veces no tenemos ganas de caminar, no tenemos ganas de hacer esfuerzos, nos copiamos en los exámenes porque no queremos estudiar y no llegamos al éxito”, expresó y agregó: “No sé si a algunos les gusta el fútbol. A mí me gusta. Detrás de un gol, ¿qué hay? Mucho entrenamiento. Detrás de un éxito, ¿qué hay? Mucho entrenamiento. Y en la vida, no siempre uno puede hacer lo que quiere, sino aquello que la vocación que tengo dentro –cada uno tiene su vocación– nos lleva a hacer”.
El primer argentino en ser consagrado Papa siguió aconsejando: “Caminar; si me caigo, levantarme o que me ayuden a levantarme; no permanecer caído; y entrenarme, entrenarme en el camino. Y todo esto es posible, no porque hagamos cursos sobre el camino; no hay ningún curso para enseñarnos a caminar en la vida. Eso se aprende, se aprende de los padres, se aprende de los abuelos, se aprende de los amigos, llevándose de la mano mutuamente. En la vida se aprende, y eso es entrenamiento en el camino”, remarcó el máximo referente de la Iglesia católica. Las palabras resonaban impactantes ante un ambiente de silencio, reflexión y por momentos explosivas de euforia, propio de los jóvenes.
JUBILEO, EN ROMA
Antes de anunciar el lugar de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco también invitó a los jóvenes de todo el mundo a participar en el Jubileo de la Juventud, que tendrá lugar en Roma: “Espero que en 2025 celebremos juntos el Jubileo de la Juventud”, convocó.
LA PRÓXIMA: EN SEÚL
La próxima Jornada Mundial de la Juventud será en Seúl, Corea del Sur. El anuncio se hizo al final de la Misa de Envío, presidida por el Papa Francisco y concelebrada por miles de sacerdotes. El número de católicos en Corea del Sur ha aumentado un 50% en los últimos veinte años. En ese tiempo, el porcentaje de católicos en el país ha pasado del 8,3% al 11,1%, llegando a más de 6 millones de católicos. Este será un nuevo impulso a la fe, a la esperanza y a la caridad de toda la comunidad del país de acogida. Teniendo como protagonistas una vez más a los jóvenes.