El riesgo que implica la rabia paresiante para la producción ganadera siempre está latente en el norte santafesino, ya que los departamentos 9 de Julio, Vera y General Obligado están dentro del área del país donde vive el vampiro Desmodus Rotundus, vector de transmisión de la enfermedad. Por este motivo, Senasa y la Facultad de Veterinaria de la UNL realizarán este jueves 16 y viernes 17 de noviembre dos talleres con el objetivo de "no bajar la guardia" y mantener a productores, peones y técnicos actualizados para minimizar daños ante un posible brote en la región.
Desde el organismo sanitario nacional, a principios de noviembre comunicaron acciones sanitarias ante un foco en la provincia de Formosa. En octubre, tras recibir notificaciones de mortandad en bovinos, el veterinario del Senasa en Laguna Yema, Lucas Pérez Cabral, recorrió establecimientos donde ejecutó las acciones correspondientes: inspección clínica y necropsia de los animales sintomáticos fallecidos, y tomó muestras para remisión a laboratorio.
Control de población. Aunque no esté presente la enfermedad, es necesario combatir al vampiro porque ante la aparición de la rabia sería más dañino un mayor número de individuos activos.Foto: Campolitoral
El análisis de las muestras en el Laboratorio del Senasa en Candelaria, Misiones, confirmaron la presencia de rabia paresiante en dos terneros, por lo que de Inmediato el organismo sanitario realizó la interdicción de los campos ubicados en un radio de 10 kilómetros alrededor del brote, e indicó cumplir con la vacunación antirrábica obligatoria de todos animales susceptibles para evitar la diseminación de esta enfermedad zoonótica.
En este contexto, este 16 de noviembre se realizará un taller sobre la enfermedad en las instalaciones de la Sociedad Rural de Reconquista. Y al día siguiente, viernes 17, se realizará otro en el Centro Operativo Experimental Tacuarendí del Ministerio de Producción. En ambos estará presente el médico veterinario Gabriel Russo, Jefe del Programa Nacional en Rabia Paresiante de Senasa.
Presencia confirmada
En diálogo con Campolitoral, el funcionario comentó que la rabia paresiante es una enfermedad recurrente, epidémica en el norte argentino, causada por el virus rábico y transmitida por el Desmodus Rotundus o vampiro común. Recordó que afecta a bovinos, equinos, animales domésticos y silvestres y también al hombre, por lo que es una zoonosis que "cuando aparecen los síntomas es mortal".
La dispersión del vampiro se registra desde el Paralelo 31° Latitud Sur hacia el norte hasta EE.UU. "Es el área endémica de rabia paresiante", dijo Russo, y precisó que en Argentina incluye las provincias de Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Tucumán. También en parte de Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja, así como el norte de San Luis, norte de Córdoba y norte de Santa Fe.
El especialista explicó que en esta enfermedad existe, luego de un brote, un período inter epidémico sin presencia del virus que puede potenciar la reaparición. "Cuanto más tiempo pasa de ausencia, mayor es la recomposición del transmisor, que es el vampiro", dijo. Y explicó que al crecer la población de animales, al llegar un individuo enfermo es mayor el número de población contagiada que transmite la enfermedad. En tal caso, "el impacto va a ser mayor en la ganadería". Por ello es que las capacitaciones o actualizaciones resultan indispensables para tratar de tener menor impacto productivo ni se comprometa la salud pública.
En la provincia de Santa Fe, hace algunos años las últimas apariciones fueron en Tostado y en Villa Guillermina, según refirió Russo. "Antes de eso, habíamos tenido un período inter epidémico muy largo de 67 años y el brote de rabia hizo estragos en el norte, en la zona de Villa Ocampo, Florencia y Tacuarendí", afirmó. Y confirmó que el vampiro está presente en el norte.
Más daño que el virus
"Independientemente de la rabia, lo que también tratamos de generar con estas charlas es poder encontrar refugios de vampiros para tratar de bajar la población de los mismos", añadió.
Al respecto, aseguró que la acción hematófaga del vampiro es incluso más perjudicial que el contagio de la enfermedad al vacuno. "La acción expoliatriz de sacar sangre todas las noches ocasiona un daño mayor que el de la rabia", remarcó. Y precisó que un vampiro se alimenta de 25cm3 de sangre todas las noches. Además es permanente, ya que "es un animal que no puede dejar de alimentarse porque tiene un aparato digestivo que no le permite ayunos prolongados". A esto se suma un sangrado residual -a causa de los anticoagulantes que tiene la saliva del vampiro- de otros 25/30 cm3. "Estamos hablando de que, en promedio, cada vampiro que se alimenta del ganado deja una pérdida económica de 50 cm3 de sangre", afirmó.
Para reponer ese tejido líquido, remarcó el profesional, el animal luego tendrá que "caminar más, alimentarse más, tomar más agua, para compensar esa pérdida que le generó la sangría". Como es lógico, la situación empeora cuanto mayor es la población de vampiros. Por ejemplo, un refugio con 100 vampiros, un número normal, consume "5 litros por noche de pérdidas ganaderas; si se multiplica por la cantidad de tiempo que se vienen alimentando, la pérdida económica es mayor que la rabia", insistió.
Russo relató que normalmente el vampiro está sano y se alimenta permanentemente del bovino. "Pero cuando viene un vampiro de una colonia infectada y pasa el virus a una que estaba sana es ahí cuando la enferma y se transmite al ganado, que es su fuente de alimentación".
Estar atentos
También explicó que el vampiro que se enferma y contagia termina muriendo indefectiblemente. "Si tengo un brote de rabia y no vacuno, indefectiblemente va a ceder; porque los vampiros van a morir y van a quedar por debajo del umbral de contagio la poca cantidad de individuos presentes".
Al momento de hacer recomendaciones a los productores, sugirió prestar atención a todo animal con sintomatología nerviosa y convocar a un veterinario, para facilitar el diagnóstico de la mejor manera. A su vez, en caso de sospechar o encontrar refugios de vampiros en su campo deben denunciarlo en la oficina del Senasa más próxima.
Sobre el riesgo actual para los ganaderos del norte provincial, Russo repasó que el foco de de Formosa no es una amenaza por la gran distancia. En cambio advirtió que también hay brotes en Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco, La Rioja y en Salta. "Son lugares donde está habiendo circulación viral en este momento", dijo, pero sin generar alarma porque está dentro de los parámetros normales.
Distintas razas
Gabriel Russo explicó que el virus de la rabia tiene distintas razas. Las variantes 1 y 2 son las que se manifiestan en los cánidos (perro, gato, zorro); la variante antigénica 3 es la que transmite el Desmodus Rotundus e infecta a los herbívoros; y la variante 4, presente en murciélagos insectívoros de las ciudades. "Todos son riesgosos para las personas", aclaró.
"Si puedo ser agredido por un vampiro rabioso o un murciélago insectívoro me puedo contagiar", aseguró. Pero también las mascotas pueden contagiarse y transmitir la enfermedad, sobre todo en zona rural, por lo que es necesario que estén inmunizados.
Incluso comentó que si alguien es mordido por un animal salvaje (zorro, coatí, murciélago, que no se puede conocer su origen) debe concurrir a un centro de salud con urgencia.
Dos talleres
El 16 de noviembre, a las 18.30, en la Sociedad Rural de Reconquista, se realizará el Taller sobre Rabia Paresiante, organizado en el marco del siguiente Proyecto de Extensión de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral (FCV-UNL): "Fortalecimiento del sistema de vigilancia en rabia paresiante, mediante el enfoque epidemiológico participativo en la región norte de la provincia de Santa Fe".
Al día siguiente, 17 de noviembre, se realizará otro en el Centro Operativo Experimental Tacuarendí para trabajadores rurales y productores agropecuarios.
