La madrugada del sábado 16 de marzo estuvo determinada, en lo que tiene que ver con la información policial, por un violento homicidio ocurrido en la zona sur de Paraná, en jurisdicción de comisaría tercera. Fuentes judiciales precisaron que el fiscal, Mariano Budasoff, se constituyó en la escena del hecho alrededor de la una y media de la madrugada y se retiró, luego de ordenar las tareas de investigación y tomar los testimonios que se pudieron obtener, cerca de las 4.30. Según se añadió, se trataría de un parricidio. De ser encontrado culpable del delito de Homicidio agravado por el vínculo, el sospechoso enfrentará una pena de prisión perpetua.
Fuentes policiales también aportaron que la víctima presentaba 87 heridas de arma blanca en distintas partes del cuerpo, especialmente en la espalda y el rostro, pero ninguna defensiva. Otras fuentes consultadas manifestaron su estupor por la escena con la que se encontraron el fiscal y los funcionarios que llegaron al lugar, determinada por una cantidad de sangre que incluso salpicó los muebles de la vivienda donde fue hallado el cuerpo sin vida de RS, de 85 años.
Las sospechas apuntan hacia el hijo, WS, de 41 años, que está intubado y sedado en el hospital San Martín, puesto que cuando fue divisado deambulando por la calle, se presume que se dirigía a la casa de una hermana, se autolesionó con la misma cuchilla, que presenta una hoja de cinco centímetros de ancho, con la que habría cometido el hecho. De acuerdo con lo que se precisó, el sospechoso habría reconocido que atacó a su padre, pero balbuceaba incoherencias y negaba ser un parricida.
Las fuentes deslizaron que la escena del crimen era “dantesca”, había sangre en todos lados, incluso en los muebles. Testigos que dieron las primeras versiones del hecho, manifestaron que escucharon una pelea entre padre e hijo, los escucharon discutir, pero luego escucharon carcajadas. Momentos después, según se pudo recabar en el lugar, el sospechoso llamó a un vecino y le habría dicho “lo maté a mi papá, me tenía podrido”. Posteriormente, regresó a la casa, se puso un short, puesto que estaba vestido con un bóxer, y se fue caminando por calle Albariño, hacia Garrrigó, a la casa de una hermana. Las fuentes añadieron que en el camino se autolesionó, manifestaba frases incoherentes, aseguraba no era un asesino, que tenía que ir al cielo y manifestaba que su padre era un maltratador y violento.
En el lugar intervino, además del fiscal, el subjefe de la Policía de Entre Ríos, comisario Cristian Hormaechea, personal de comisaría tercera y decimotercera, personal de Criminalística y de la División Operaciones y el médico policial. Las fuentes precisaron que los testigos entrevistados, manifestaron que nunca vieron al sospechoso incurrir en una actitud que permitiera imaginar tal desenlace. Los motivos del ataque no fueron develados aún, los que podrán surgir de las pericias para determinar qué causó un desborde de tanta violencia. De lo que no habría margen de dudas es respecto de la autoría. Budasoff, según se indicó, esperará que el sospechoso recupere la conciencia para proceder a la apertura de una causa.