Pablo Jesús Panozzo Zénere nació hace tres décadas en Federal. Decidió ser sacerdote y la vida lo llevó a vivir en Concordia, donde lleva a cabo su tarea como párroco en la parroquia Nuestra Señora Del Valle y es docente en una escuela.

Su edad y su cercanía con los jóvenes de la comunidad lo hicieron pensar en un modo creativo de llevar el mensaje evangélico y fue así que recurrió a la red social Tik Tok. Allí hace videos en los que muestra situaciones cotidianas y reflexiona acerca de la importancia de acercarse a Dios. Todo esto, a veces, con ocurrencias cómicas.

Uno de sus videos tiene cerca de 2 millones de reproducciones y su cuenta en la red social audiovisual no para de crecer. Más allá de la fama, que lo llevó a ser conocido en distintas provincias de la Argentina y también en Paraguay, el cura no quiere desviarse de su objetivo y siempre resalta que la idea principal es “que la persona comprenda que es profundamente amada por Dios, que está llamado a ser feliz más allá de las dificultades”.

PERSONALIDAD Y PASIÓN

Pablo combina en sus videos los dones con los que llegó al mundo y la pasión que pone en transmitir el mensaje divino. “Subía contenido evangelizador en las redes porque trabajo con gurises en la parroquia, el barrio y la escuela. Quería buscar un modo creativo y empecé a producir videos, un poco explotando mi carisma, lo que soy, cómo soy y mi espontaneidad. Lo compartí para que vean las personas que vienen a la parroquia, quienes frecuento, pero al estar en una red social popular mucha gente de otros barrios, otras ciudades y provincias se sumó y ahora hay un montón de personas siguiéndome”, contó en diálogo con Mirador Entre Ríos.

Aunque notó que muchas personas consumían su contenido, no esperaba llegar tan lejos. “Tengo un video que tiene 1.900.000 reproducciones. Por ese video me contactaron desde Paraguay para hacer entrevistas. Yo quería reflexionar sobre el Evangelio con los chicos que vienen a la parroquia, los de la catequesis, pero ahora eso llega a muchas más personas y bienvenido sea”, reflexionó.

Acerca de cómo tomaron sus allegados la actividad que lleva a cabo en redes sociales, comentó: “El ámbito juvenil, los chicos, no tienen problema y de hecho se suman a los videos, participan de las actividades, proponen ideas. Siempre los jóvenes están sumando porque entienden ese lenguaje, al igual que yo prácticamente nacieron con redes sociales, con el avance de la tecnología. La gente más grande comparte también, pero a veces a algunos no les gusta. Es un poco romper el esquema de la imagen que se tiene, de la figura del sacerdote tradicional, y eso a algunas personas les parece que no corresponde”.

No son todas las personas mayores las que no comprenden o comparten el modo de evangelizar que encontró el Padre Pablo, según destaca, a veces recibe elogios. “Un domingo estaba cerrando la misa en la parroquia y una persona me pidió para hablar delante de todos, debe tener unos 70 años y quería expresarse. Dijo que ve muchas cosas en redes sociales y que le parecía valorable mi manera de llevar el mensaje más allá de los modos tradicionales. Esas cosas me sorprenden y hablan también de la llegada que tienen las redes sociales y los modos de recibirlo que tienen quienes me están siguiendo”, aseguró.

LOS ENCUENTROS

Más allá de sus cualidades y su personalidad, Panozzo no deja de recordar que su intención es “hacer presente a Dios en el ámbito de redes sociales” y reconoce que en esa tarea no está solo. “Somos muchos los misioneros digitales, evangelizadores digitales o influencers religiosos, no es que yo estoy solo. Hay unos cuantos sacerdotes, hay religiosas de acá de Argentina y de América y Europa, por supuesto, que tienen esto de evangelizar por medio de las redes de distintos modos. Creo que, por medio del humor, como hago yo, no he visto a nadie, pero cada uno tiene su forma y es valorable que usemos este método de comunicación para el encuentro”.

Esos encuentros de los que habla el cura también se producen entre quienes tienen el mismo objetivo. Es así que se encontró con otros evangelizadores “influencers” como Josefina Cattaneo, una monja que vive en Mendoza y es reconocida en las redes, y ahora está preparando material con el padre Jorge Reinaudo, que también tiene numerosos seguidores en Tik Tok. “De hecho cuando empecé a viralizarme, Jorge se comunicó conmigo para hablarme, para darme algún consejo, sobre todo para evitar el dolor que producen los comentarios y demás, ya que ese es un costado real de las redes sociales, la agresión desde el anonimato. De hecho, en uno de mis videos hablo de eso, del odio, de la expresión de odio en las redes sociales detrás de una pantalla”, mencionó.

Si bien las redes sociales se convirtieron en un canal que permitió la llegada a mucha gente desconocida, el cura no solo destaca los encuentros virtuales, también prioriza su tarea cara a cara. “Trato de dejar una tarde en la semana para hacer los videos, pero la realidad es que mis días están enteros dedicados a otras tareas. A la mañana doy clases y soy capellán en el Bachillerato Humanista Moderno, por la tarde hago vida parroquial. Desde la parroquia salimos al barrio, ayudamos a los que nos rodean, los escuchamos. Estamos en una zona difícil, con mucha pobreza, adicciones, problemas de distintos estilos así que nos encontramos con la gente para dialogar, para dar una mano, una bendición, contención o bendecimos las casas. También celebro misas, atiendo las cuestiones parroquiales. Mis días son variados, cumplo con mis tareas y también cuido mi salud comiendo sano y yendo al gimnasio, pero lo importante es tratar de estar siempre con el otro y transmitir un mensaje de esperanza”, concluyó.