Rubén Echagüe nació en Rosario en 1948. Es Licenciado y Profesor Superior en Artes Visuales por la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Critico de arte, curador independiente y poeta, ha escrito innumerables ensayos y artículos sobre plástica. En relación a su último libro comentó “El libro que publiqué recientemente no responde a ningún argumento “lineal” ni lo cohesiona ningún hilo conductor reconocible. Cada imagen es absolutamente exenta e independiente, y lo primero que es preciso aclarar es que no se trata de “un libro ilustrado”, puesto que los dibujos no tienen el propósito de hacer visibles las vicisitudes de un texto literario, como ocurre, por ejemplo, con las ilustraciones de Gustavo Doré, o las del célebre dibujante inglés John Tenniel, que dieron vida y corporizaron de una vez para siempre a los personajes de “Alicia en el País de las Maravillas”.
El pasado 4 de julio se presentó el libro en la librería de la Sede de Gobernación, allí participaron el autor Rubén Echagüe, Flor Balestra y Darío Maiorana. Además, se proyectó un audiovisual de Marita Guimpel. Darío Maiorana señaló en relación al libro: “aquí las imágenes se yuxtaponen un tanto arbitrariamente, como lo harían en un Bestiario medieval, o en uno de esos gabinetes de curiosidades que habrían de reunir ciertos nobles cultos algunos siglos más tarde. Se trata de criaturas puramente fantásticas, semejantes a las que pueblan nuestro mundo onírico, y creo que eso las vincula con ese gran movimiento artístico que este año conmemora su Centenario, y que es el Surrealismo, ya que el Manifiesto Surrealista, publicado por su principal teórico, André Breton, data de 1924”.
Rubén al respeto del libro señala: “Algo que me parece también oportuno referir, es cómo se produjo en este libro la fusión de imagen y texto, permitiéndome por primera vez aunar las dos disciplinas a las que me dediqué toda la vida, y que son la escritura y las artes plásticas: primero se ejecutaron los dibujos, que a pesar de su meticulosidad surgieron “espontáneamente”, sin ningún plan previo, y luego fueron incorporados los breves comentarios que los designan, o que le aportan algún dato al contemplador para una posible interpretación (entre otras muchas)”. Luego agrega: “También debo reconocer que el clima es a la vez irónico e inquietante, semejante al de otros libros míos anteriores, con algo de cruel distopía, lo que impulsó a Florencia Balestra (otra de sus presentadoras) a hablar de “encantadora ferocidad”.
En cuanto a la UNR Editora, Echague comenta: “ya me había publicado otros dos textos, en 1989 y 2021, les estoy muy reconocido porque esta vez no se trataba de un libro fácil de imprimir -había que hacer todo lo posible para salvaguardar la fidelidad de las imágenes- y ellos a fuerza de profesionalismo y de buena disposición lograron sortear todas las dificultades técnicas para llegar a buen puerto”.
¿A qué responde el título?
El título “… todo se transforma” está tomado de la clásica frase de Antoine de Lavoisier “Nada se pierde, todo se transforma”, y hace referencia a la permanente mutación a que están sometidas todas las manifestaciones de nuestro universo, desde la metamorfosis de un insecto hasta el estallido de una supernova. Y también en el interior del libro hay alusiones a esa mudanza (y finitud) ineludibles, con frases famosas como la de Heráclito “nadie se baña dos veces en el mismo río”, o el título de Eduardo Mallea “todo verdor perecerá”.
La plástica y la poesía
En una nota a otro medio de prensa Ruben comentó “Entre el ejercicio de la plástica y el de la poesía tal vez haya un nexo que no siempre es muy explícito, pero que pasa por la claridad formal, por el obsesivo perfeccionismo que no deja nada librado al azar, por la yuxtaposición de datos aparentemente inconexos (otra vez el collage) pero que, puestos en contigüidad, adquieren otra dimensión expresiva… por la recurrencia de la cita histórica (…) las dos vocaciones me acompañaron siempre, y aun en la época en que estuve más ligado al mundo de la plástica –incluso desde la función pública–, parece que todo lo que escribía (referido a la plástica) tenía invariablemente un “tufillo” poético que me delataba (…) Pero con la poesía propiamente dicha se nota que he sido muy cauto, muy púdico y hasta muy tímido, te diría, y es por eso que me atreví a abrazarla, de lleno, recién hace siete años.
Nueva poesía santafesina
En relación a la producción de la nueva poesía santafesina, Rubén dice: “creo que no es ser fatuo reconocer que Santa Fe ha sido y es un semillero inagotable nutriendo el campo de la más alta poesía, y que ha dado nombres de enorme gravitación en la literatura nacional e internacional. ¿Cómo olvidar la beatífica sencillez de José Pedroni, la musicalidad de Alfonsina Storni, la dulce melancolía de Jorge Isaías, o la honda sabiduría de Rubén Sevlever y de Hugo Padeletti, poeta y pintor.” Finalmente cierra: “Actualmente, la producción