Conrado Berón
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El domingo pasado, en el Rancho Cultural sito en la Bajada de la Cruz, a la orilla del río Paraná, se festejó por primera vez en la historia el Día del Músico Paceño.

Esta celebración nació hace unos meses por la iniciativa de un grupo encabezado por la gestora cultural Diana Soto, y luego de ser aprobada por el Concejo Deliberante, la idea tuvo su primer día de realización este 21 de noviembre, en coincidencia con el aniversario del natalicio de Ramón Santich, quien falleció en agosto de 2006.

La impulsora de este evento dialogó con MIRADOR ENTRE RÍOS y expresó: “Fue todo un éxito la primera edición, creemos que lo importante es que el nombre y la obra de Ramón no se olviden y siga atravesando las distintas generaciones; con la viuda de Ramón y toda la familia, el encuentro fue hermoso ya que entre otras cosas un nieto de Santich debutó en el escenario de la fiesta”, contó Soto.

Además, el encuentro tuvo la participación de María Luz Erasun, quien lleva en su repertorio parte de la obra de Ramón y es una de las referentes jóvenes de la cultura entrerriana.

Durante gran parte de la jornada dominguera, distintas radios transmitieron en vivo las alternativas de lo que acontecía tanto en el escenario como en el predio. El escritor paceño radicado en Rosario, “Toto” Cena, realizó su programa radial que se emite por Radio Libertad AM 1090, llamado “Senderos del Pago”. También la FM Sensaciones, de La Paz, tuvo su móvil en vivo desde el lugar.

La fiesta tuvo tres días de acción, ya que el 19 de noviembre, el escritor Roberto Romani dio una charla para músicos y gurises de las escuelas, rescatando la obra de Ramón Santich.

El sábado 20 se hizo una caravana por toda la ciudad, en la que participaron músicos locales y colegas de Chaco y Corrientes que se hicieron presentes en La Paz. Y el domingo 21, los artistas fueron pasando por el escenario mostrando su arte y su respeto hacia el gran acordeonista Ramón Santich.

Reconocimiento

Jorge Santich, uno de los hijos del músico, habló con MIRADOR ENTRE RÍOS, luego de un fin de semana plagado de emociones, por el respeto y el recuerdo vivo de su padre.

–¿Cómo vivió la familia el homenaje a tu papá?

–La verdad que gratamente sorprendidos, hubo un ambiente muy familiar. Agradecemos a la familia López, del Rancho Cultural, y a Diana (Soto), junto a todos los amigos de mi papá que estuvieron allí.

–¿Qué sintieron la noche que se aprobó el proyecto?

–Esa noche estábamos en el recinto del HCD, y estábamos convencidos que se iba a aprobar el proyecto, por las ganas que le puso Diana. Cuando salió la ordenanza, nos pusimos muy felices porque para nosotros era muy importante este reconocimiento para papá, fue una noche muy feliz para nuestra familia.

–¿Qué cosas los siguen sorprendiendo del recuerdo de Ramón?

–La vigencia que tiene, sin dudas, nos sorprende día a día el recuerdo que tiene la gente de él. Nosotros decimos Santich y eso es una mano abierta. La gente joven que no lo llegó a conocer, espero que sepa que fue una excelente persona, de gran corazón, que siempre ayudó con lo que pudo.

–¿Qué historias nos podés contar como hijo?

–Cuando de chico lo acompañaba a los bailes del campo o al algún pueblo donde él tocaba; recuerdo que era como si llegara una figura, todo el mundo lo esperaba y lo quería saludar. En la Fiesta Nacional del Ternero estuvo Antonio Tarragó Ros y me invitaron a subir al escenario a recibir un recordatorio para papá, que había fallecido, y fue muy fuerte ver cerca de 25.000 personas aplaudiéndolo.

–¿Hay herederos en la familia que tocan el acordeón?

–Uriel Santich tocó este domingo y fue hermoso escucharlo, compone sus propias canciones ya que es autor y compositor.

–¿Cómo está compuesta tu familia?

–Mi mamá es Elba Inés Belotti, y sus hijos: Karina, Cristian, Jorge, Gustavo, Ezequiel y Priscila, los cuales le dieron a Ramón nueve nietos.

El recuerdo de Ramón

Acordeonista, cantor, autor y compositor, Ramón Santich nació en el Paraje Las Ceibas, Distrito Tacuaras, Departamento La Paz, el 21 de noviembre de 1948. A los 6 años de edad se inicia en la ejecución del acordeón en forma intuitiva. El primer chamamé aprendido fue “Tajamar Costa”, del maestro Tarragó Ros, marcando un estilo “tarragosero” que Ramón Santich cultivaría toda su vida.

En su adolescencia comienza a amenizar bailantas de la región acompañado de su hermano José en guitarra. Si bien nunca abandonó su pago natal, es reconocido en la región por su aporte a la cultura, como lo demuestra su esperada presencia en el festival “Cuando el pago se hace canto” que se realiza en La Paz en el mes de enero, donde Santich se presentó en forma interrumpida en 26 ediciones, recibiendo en el año 2006 el premio “Linares Cardozo” en reconocimiento a su trayectoria.

En el año 2004 fue invitado por Antonio Tarragó Ros al “Festival de Cosquín” (Córdoba) donde Santich tocó la legendaria acordeón “Anconetani” blanca que perteneciera al “Rey del Chamamé”, se recuerda en la página que la Fundación Memoria del Chamamé dedica al músico paceño.

Por otra parte, llevan la firma de Ramón Santich obras como “Pa’ los lapaceros”, “Vera cañi”, “Bravío Cabayú”, “Fuiste la tradición”, “La Paz ciudad divina”, “Inesita mía”, “Portate bien che hermano” y “Por volver a mi Entre Ríos”, por citar algunas.