Carlos Berbara hizo mención a la situación epidemiológica provincial.
Eugenia Delorenzi
[email protected]
Actualmente estamos inmersos en la reconocida mediáticamente como la “segunda ola”, que en términos epidemiológicos es la cuarta, y la provincia no escapa a esta realidad. Con altos índices de contagios y ocupación de camas en los hospitales, con cambios en el humor social que provocan las nuevas restricciones nacionales, provinciales y en algunos casos también municipales; son numerosas las problemáticas que atender desde lo sanitario y lo político en cada uno de esos espacios.
En ese sentido, en una entrevista con Mirador Entre Ríos, el médico psiquiatra, especialista en Salud Mental y actual director general del segundo y tercer nivel de hospitales de la Provincia de Entre Ríos, Carlos Berbara, pudo brindar un detalle general del panorama en la provincia respecto de esta nueva realidad que hoy enfrentan las y los entrerrianos.
La situación actual es “preocupante”
En primer lugar, Carlos Berbara explicó cuál es el panorama actual: “la situación epidemiológica a la fecha en la provincia de Entre Ríos es en general preocupante. Venimos con un promedio de positividad de casos que ronda los 500 contagios por día en las últimas dos semanas que es un poco la ventana epidemiológica que se toma para estudiar el crecimiento de casos y con una ocupación de camas de Terapia Intensiva en la Región 1 y Región 4; la Región 1 que responde a la costa del Paraná, que ronda entre el 85% y 90% de ocupación, y la Región 4 a la costa del Uruguay Sur que incluye a Gualeguaychú y que su ocupación ronda el 85% de ocupación”.
En cuanto a la ocupación de camas, el profesional especificó: “Esta situación está teniendo un incremento en los últimos días y en los últimos días se ha mantenido; y eso es lo que más preocupa: el altísimo índice de ocupación y la estabilidad de este índice en el tiempo”.
Mayor necesidad de oxígeno
Consultado respecto de la gravedad de los casos que requieren internación por Covid-19, Berbara explicó: “El incremento de la necesidad de oxígeno se da en primer lugar por una razón general: hay mayor ocupación de camas, mayor complicación de Covid respiratoria, mayor necesidad de oxígeno; y esto da una situación epidemiológicamente diferente a la que ya hemos vivido y que tiene que ver con el corte etario: se están presentando casos en personas más jóvenes que en las olas anteriores. Esto se relaciona con dos hipótesis; una de ellas es que el proceso de vacunación está dando resultados y otra que la mutación del virus esté desplegándose en otro grupo etario y esto lleva a que el grupo que antes llevaba mejor el Covid, hoy tenga mayores problemas y llegan rápidamente llegan a terapia intensiva; por eso hoy la oxigenoterapia sufre una gran demanda”.
-¿Qué otras diferencias notás en esta segunda ola respecto de la anterior?
-Las principales observaciones que se hacen entre lo que fue una primera gran ola por así decirlo que comenzó en enero del 2021 que también fue antecedida por una ola importante de octubre/noviembre y otra inicial en agosto aproximadamente; esta segunda o cuarta ola para nosotros, nos encuentra con una situación epidemiológica y social diferente a las otras: una de ellas tiene que ver con las restricciones de la movilidad social muy importante y eso hizo que el sistema de salud no estuviera a cargo de otro tipo de dolencias y pudiera estar dedicado a la atención del Covid.
Esta ola se da en el marco de una movilidad social muy profesa, muy cercana a la normalidad, la presencialidad en la escuela y las actividades laborales en plena actividad; y esto hizo que todas las dolencias en cuanto a salud, ya sea accidentología, traumatismos, aparición de enfermedades respiratorias lógicas de la época pre invernal e invernal, que también ocupan atención sanitaria y sobre este tipo de atención cabalga la ola nueva de Covid”.
-Dentro de estos factores de la salud que hay que atender además del Covid, podemos incluir la salud mental, ¿cómo se ve afectada en esta segunda ola?
-La perspectiva adaptativa del ser humano a comprender la realidad en la que estamos inmersos realmente tiene muchas aristas a considerar. Una de ellas tiene que ver con la negación a aceptar realidades complejas, difíciles y adversas. A ninguna persona le es fácil, simple e inmediato aceptar esas realidades que impactan y vienen a irrumpir nuestra realidad cotidiana a la que estamos acostumbrados ya que en ese sentido hay una especie de resistencia natural en el conjunto de las personas.
Luego empiezan a jugar otros factores, aquellos que han hecho un esfuerzo para adaptarse y tener medidas de cuidado; y a medida que esos cuidados deben extenderse en el tiempo puede surgir algún fenómeno vinculado al cansancio de las medidas y una necesidad imperiosa de una normalidad con menos restricciones vuelva a nuestras vidas. Después hay otras aristas más complejas como directamente una posición reactiva ideológica frente a este tipo de situaciones como si hubiera alguna ideología en ellas, pero eso ya responde a otros desórdenes.
-¿Cuáles podrían ser recomendaciones generales para preservar la salud mental?
-En este sentido siempre hemos procurado que prevalezca la idea de reconocernos como sujetos sociales, como sujetos comprometidos con una comunidad y otras existencias, comprometernos con la existencia del otro, con la imperiosa necesidad de superarnos día a día desde esa perspectiva; quiero decir con esto corrernos del individualismo que muchas veces nos lleva a cometer errores que hacen sufrir a muchísimas personas. Si prevalece esa mirada de conjunto, si prevalece esa mirada de contemplación, contención y acompañamiento hacia el otro, quizá demos lugar a una solución de dimensiones más humanas a esta dificultad que estamos atravesando y seguramente de este modo, todos vamos a sufrir físicamente y orgánicamente mucho menos.
-Mediáticamente se instaló desde el inicio de la pandemia que “de esto salíamos mejores”, pero en otros casos prevalecieron las individualidades ¿Hay conclusiones que podamos sacar respecto de lo que nos ha modificado la pandemia?
-A esta respuesta la vamos a volver a charlar el año que viene (risas). En esta realidad que nos convoca con muchísima preocupación a todas las personas que trabajamos en el sector salud, en especial y en particular a los que trabajamos en salud mental, notamos claramente claros y oscuros; luces y sombras en ese sentido. Por supuesto que ha habido expresiones de meritocracia, de individualidad, de salvarse solo en algunas instancias de nuestra comunidad, pero también es razonable y lógico dar cuenta de la otra innumerable cantidad de intervenciones que dieron cuenta de la posición humana de contención y acompañamiento.
Voy a hacer ejes en esta respuesta: el personal de salud en las ciudades, en la provincia y en todo el país, trabaja horas extras, deja diferencias de lado para ofrecerse a todo el que necesitó, sea en Terapia Intensiva, en una guardia; el equipo de emergencias, arriba de las ambulancias, se han dispuesto a manejar kilómetros y kilómetros para llevar los insumos básicos en el principio de la pandemia y ahora las vacunas; realmente vienen dando cuenta de un ejercicio cooperativo de trabajo conjunto donde se dejan de lado diferencias históricas para apostar a una construcción común de una solución posible.
En ese sentido también podríamos apuntar a lo que se viene barajando como hipótesis posibles sobre las infancias y las juventudes que atraviesan esta situación y que incorporen un concepto conjunto del cuidado de la salud y que el cuidado del otro es un elemento indispensable para construir sociedades más equitativas y que habla de un renacer de una sociedad igualitaria y dedicado al cuidado del otro. Uno podría hacer estas hipótesis pero las vamos a anteponer en una charla el año próximo.
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Actualmente estamos inmersos en la reconocida mediáticamente como la “segunda ola”, que en términos epidemiológicos es la cuarta, y la provincia no escapa a esta realidad. Con altos índices de contagios y ocupación de camas en los hospitales, con cambios en el humor social que provocan las nuevas restricciones nacionales, provinciales y en algunos casos también municipales; son numerosas las problemáticas que atender desde lo sanitario y lo político en cada uno de esos espacios.
En ese sentido, en una entrevista con Mirador Entre Ríos, el médico psiquiatra, especialista en Salud Mental y actual director general del segundo y tercer nivel de hospitales de la Provincia de Entre Ríos, Carlos Berbara, pudo brindar un detalle general del panorama en la provincia respecto de esta nueva realidad que hoy enfrentan las y los entrerrianos.
La situación actual es “preocupante”
En primer lugar, Carlos Berbara explicó cuál es el panorama actual: “la situación epidemiológica a la fecha en la provincia de Entre Ríos es en general preocupante. Venimos con un promedio de positividad de casos que ronda los 500 contagios por día en las últimas dos semanas que es un poco la ventana epidemiológica que se toma para estudiar el crecimiento de casos y con una ocupación de camas de Terapia Intensiva en la Región 1 y Región 4; la Región 1 que responde a la costa del Paraná, que ronda entre el 85% y 90% de ocupación, y la Región 4 a la costa del Uruguay Sur que incluye a Gualeguaychú y que su ocupación ronda el 85% de ocupación”.En cuanto a la ocupación de camas, el profesional especificó: “Esta situación está teniendo un incremento en los últimos días y en los últimos días se ha mantenido; y eso es lo que más preocupa: el altísimo índice de ocupación y la estabilidad de este índice en el tiempo”.
Mayor necesidad de oxígeno
Consultado respecto de la gravedad de los casos que requieren internación por Covid-19, Berbara explicó: “El incremento de la necesidad de oxígeno se da en primer lugar por una razón general: hay mayor ocupación de camas, mayor complicación de Covid respiratoria, mayor necesidad de oxígeno; y esto da una situación epidemiológicamente diferente a la que ya hemos vivido y que tiene que ver con el corte etario: se están presentando casos en personas más jóvenes que en las olas anteriores. Esto se relaciona con dos hipótesis; una de ellas es que el proceso de vacunación está dando resultados y otra que la mutación del virus esté desplegándose en otro grupo etario y esto lleva a que el grupo que antes llevaba mejor el Covid, hoy tenga mayores problemas y llegan rápidamente llegan a terapia intensiva; por eso hoy la oxigenoterapia sufre una gran demanda”.-¿Qué otras diferencias notás en esta segunda ola respecto de la anterior?
-Las principales observaciones que se hacen entre lo que fue una primera gran ola por así decirlo que comenzó en enero del 2021 que también fue antecedida por una ola importante de octubre/noviembre y otra inicial en agosto aproximadamente; esta segunda o cuarta ola para nosotros, nos encuentra con una situación epidemiológica y social diferente a las otras: una de ellas tiene que ver con las restricciones de la movilidad social muy importante y eso hizo que el sistema de salud no estuviera a cargo de otro tipo de dolencias y pudiera estar dedicado a la atención del Covid.
Esta ola se da en el marco de una movilidad social muy profesa, muy cercana a la normalidad, la presencialidad en la escuela y las actividades laborales en plena actividad; y esto hizo que todas las dolencias en cuanto a salud, ya sea accidentología, traumatismos, aparición de enfermedades respiratorias lógicas de la época pre invernal e invernal, que también ocupan atención sanitaria y sobre este tipo de atención cabalga la ola nueva de Covid”.
-Dentro de estos factores de la salud que hay que atender además del Covid, podemos incluir la salud mental, ¿cómo se ve afectada en esta segunda ola?
-La perspectiva adaptativa del ser humano a comprender la realidad en la que estamos inmersos realmente tiene muchas aristas a considerar. Una de ellas tiene que ver con la negación a aceptar realidades complejas, difíciles y adversas. A ninguna persona le es fácil, simple e inmediato aceptar esas realidades que impactan y vienen a irrumpir nuestra realidad cotidiana a la que estamos acostumbrados ya que en ese sentido hay una especie de resistencia natural en el conjunto de las personas.
Luego empiezan a jugar otros factores, aquellos que han hecho un esfuerzo para adaptarse y tener medidas de cuidado; y a medida que esos cuidados deben extenderse en el tiempo puede surgir algún fenómeno vinculado al cansancio de las medidas y una necesidad imperiosa de una normalidad con menos restricciones vuelva a nuestras vidas. Después hay otras aristas más complejas como directamente una posición reactiva ideológica frente a este tipo de situaciones como si hubiera alguna ideología en ellas, pero eso ya responde a otros desórdenes.
-¿Cuáles podrían ser recomendaciones generales para preservar la salud mental?
-En este sentido siempre hemos procurado que prevalezca la idea de reconocernos como sujetos sociales, como sujetos comprometidos con una comunidad y otras existencias, comprometernos con la existencia del otro, con la imperiosa necesidad de superarnos día a día desde esa perspectiva; quiero decir con esto corrernos del individualismo que muchas veces nos lleva a cometer errores que hacen sufrir a muchísimas personas. Si prevalece esa mirada de conjunto, si prevalece esa mirada de contemplación, contención y acompañamiento hacia el otro, quizá demos lugar a una solución de dimensiones más humanas a esta dificultad que estamos atravesando y seguramente de este modo, todos vamos a sufrir físicamente y orgánicamente mucho menos.
-Mediáticamente se instaló desde el inicio de la pandemia que “de esto salíamos mejores”, pero en otros casos prevalecieron las individualidades ¿Hay conclusiones que podamos sacar respecto de lo que nos ha modificado la pandemia?
-A esta respuesta la vamos a volver a charlar el año que viene (risas). En esta realidad que nos convoca con muchísima preocupación a todas las personas que trabajamos en el sector salud, en especial y en particular a los que trabajamos en salud mental, notamos claramente claros y oscuros; luces y sombras en ese sentido. Por supuesto que ha habido expresiones de meritocracia, de individualidad, de salvarse solo en algunas instancias de nuestra comunidad, pero también es razonable y lógico dar cuenta de la otra innumerable cantidad de intervenciones que dieron cuenta de la posición humana de contención y acompañamiento.
Voy a hacer ejes en esta respuesta: el personal de salud en las ciudades, en la provincia y en todo el país, trabaja horas extras, deja diferencias de lado para ofrecerse a todo el que necesitó, sea en Terapia Intensiva, en una guardia; el equipo de emergencias, arriba de las ambulancias, se han dispuesto a manejar kilómetros y kilómetros para llevar los insumos básicos en el principio de la pandemia y ahora las vacunas; realmente vienen dando cuenta de un ejercicio cooperativo de trabajo conjunto donde se dejan de lado diferencias históricas para apostar a una construcción común de una solución posible.
En ese sentido también podríamos apuntar a lo que se viene barajando como hipótesis posibles sobre las infancias y las juventudes que atraviesan esta situación y que incorporen un concepto conjunto del cuidado de la salud y que el cuidado del otro es un elemento indispensable para construir sociedades más equitativas y que habla de un renacer de una sociedad igualitaria y dedicado al cuidado del otro. Uno podría hacer estas hipótesis pero las vamos a anteponer en una charla el año próximo.
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