La diferencia puntual con los psiquiátricos es que "la persona decide por sí misma internarse en estos lugares, mientras que en un psiquiátrico es derivado y sin consentimiento". Foto: Gentileza: sitio Buenos Aires Noticias.
Ignacio Pellizzón [email protected]
Noelia Jorgelina Ponce y Gilda Ciuni son estudiantes de Acompañante Terapéutico y se acercaron al Concejo de Rosario para presentar un proyecto que tiene como finalidad crear un dispositivo de salud mental que se llama "Casa a Medio Camino". Se trata de una propuesta que ya funciona en otras provincias como Buenos Aires y Córdoba. Por eso, buscan que la iniciativa se pueda replicar no solo en la ciudad sino también en todo el territorio santafesino.
Básicamente, las "Casas a medio camino" son dispositivos integrales de vivienda asistida con fines terapéuticos para la atención de la salud mental. Constan de un programa y una coordinación, revisten carácter transitorio y se proponen generar un espacio donde se pueda contener y preparar al sujeto-paciente para una futura reinserción social y laboral.
El proyecto se sustenta bajo la necesidad de que en los territorios hay un faltante de dispositivos de este tipo. Aplicando este tipo de hogares, se podría responder a la búsqueda de la rehabilitación social de pacientes con cierta independencia y que perdieron contacto con familiares y amigos.
La idea es brindarles contención a personas con una pre-alta de internación o que estén atravesando situaciones de depresión o duelos, para que puedan lograr allí una breve estadía, no de carácter permanente y donde, a través de talleres, puedan volver a cultivar vínculos perdidos, recuperar contactos sociales y dejar atrás la etiqueta de "pacientes".
Si bien en la provincia de Santa Fe existen dispositivos de salud mental creados desde 2013, que establecen estas residencias y que hasta el 2019 había en Rosario un listado de 13 viviendas, las autoras del proyecto señalan que "no funcionan como deberían".
Las "Casas de medio camino" forman parte de una serie de alternativas a la institución manicomial planteadas por la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657, siendo los dispositivos modelo de las políticas de desinstitucionalización de los usuarios de los servicios de salud mental.
Los por qué
Noelia Ponce contó que la idea surge primeramente por un recorrido que tiene que ver con su carrera de Musicoterapia, donde vio y recorrió diferentes lugares de padecimiento mental como geriátricos, psiquiátricos, entre otros. "Así surge mi interés por tratar de sustituir de alguna manera todos esos lugares de encierro de salud mental y sumarme al proceso de desmanicomialización", contó a Mirador Provincial.
Ponce, que además es estudiante de la carrera de Acompañante Terapéutico y coordinadora del equipo interdisciplinario en la clínica psiquiátrica Plaza, de la localidad de San Nicolás, se unió a Gilda Ciuni -también estudiante de la misma carrera- para encarar juntas el proyecto de "Casa a medio camino".
Ambas explicaron a este medio que la diferencia puntual con los psiquiátricos es que "la persona decide por sí misma internarse en estos lugares, mientras que en un psiquiátrico es derivado y sin consentimiento".
Otra diferencia que destacaron es que "se nombra a un paciente en un psiquiátrico", mientras que en una Casa a Medio Camino "sería un huésped". Es decir, "sería una casa donde se conviva con otros que están llevando a cabo un proceso de duelo, desórdenes alimenticios, depresión, entre tantas otras problemáticas", detalló Ponce.
Este proyecto viene a ofrecer la posibilidad de un espacio "intermedio" entre el alta y la vuelta a la sociedad, es decir, la reinserción. Para ello, se contaría con el aval de un psiquiatra que "dispondría" que la persona puede ir a convivir a este tipo de hogares, previo a que pueda independizarse por completo.
La iniciativa procura que en cada casa no haya más de 10 u 12 personas y que los que se instalan en las viviendas, de entre 18 y 60 años, no pasen un lapso de tiempo superior al año, en pos de que no se vuelva una residencia crónica. En cada casa habría diferentes profesionales, especialistas, un equipo interdisciplinario acorde a las necesidades de las personas.
Desde la mirada de Gilda Ciuni la motivación que lleva el proyecto es "la falta de lugares que hay en la provincia". "La gente que tiene algún problema es difícil que tenga acceso a algo; hay que recurrir a una internación -con todo lo que conlleva-, que quizás no sea tan severo. No hay nada intermedio".
El tema de salud mental parece una "mala palabra". "Esto quedó siempre en un décimo plano y ni hablar de personas que ya están internadas que al salir les cuesta horrores reinsertarse socialmente", afirmó Ciuni.
En una "Casa a medio camino", las personas se cocinarían, tomarían su medicación, pero estarían constantemente siendo evaluadas para ver si son capaces de vivir solas. Tendrían salidas con acompañamiento hasta que tengan su alta definitiva. Esto estaría sujeto a personas que quizás no están para internación, pero que no pueden vivir solas como, por ejemplo, "alguien que perdió un familiar y atraviesa un duelo muy fuerte", destacó Ponce.
El rol del Estado
Las autoras del proyecto pretenden que la idea se replique a nivel provincial, porque "no existe este tipo de hogares en el territorio". Se trata de una casa "con mirada terapéutica" y solamente hay en "Entre Ríos, Mendoza y Córdoba únicamente".
Ante un interés concreto por parte del Concejo de Rosario, la Municipalidad y el gobierno de la provincia de Santa Fe, Ponce y Ciuni se entusiasman. Ellas estiman que el puntapié inicial habría que darlo primero con "una casa que sea punto de referencia a nivel regional". Pretenden que esta sea "un foco para que los hogares se vayan multiplicando por todo el territorio santafesino".
Señalan que para el Estado no se trataría de una inversión descomunal, sino que sería una inversión que se podría subsidiar sin ninguna complicación. Aunque hay instituciones similares que son privadas, las autoras de la iniciativa creen que la participación estatal sería clave para poder darle un marco formal duradero.
Recientemente las contactaron "desde la dirección de Salud Mental de la Provincia, con lo cual vemos que hay, en principio, un interés real por avanzar con este proyecto que creemos que sería un gran avance en la materia y que ayudaría a muchísimas personas a transitar su reinserción social y laboral de un modo más ameno y humano", expresaron.
Casos testigos
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires inauguró en diciembre de 2015 la Casa de Medio Camino "Pedro Goyena". Se trata de un hogar para mujeres que padecen problemas de salud mental embarazadas o con hijos pequeños.
Allí viven las mujeres junto a sus hijos e hijas, temporalmente, hasta que logran autonomía y puedan valerse por sí mismas. De esta manera, no se desvinculan de sus hijos/as durante el tratamiento. Se trabaja reforzando los vínculos familiares y capacitándolas, inclusive laboralmente, para que en un futuro no muy lejano disfruten de plena autonomía.
A modo de ejemplo, este hogar cuenta con dos pisos: la planta baja cuenta con habitaciones individuales con cunas para bebés, estar, baños, un patio. El primer piso tiene tres habitaciones grandes con cocina comedor, living, baños, lavadero y balcón terraza.
En abril del 2018 se inauguró la primera Casa de Medio Camino del hospital Escuela de Salud Mental de la localidad de Paraná, Entre Ríos. El espacio donde funciona el dispositivo clínico-comunitario está compuesto por tres habitaciones, tres baños, cochera, lavadero, patio, churrasquera, cocina, living y comedor; donde los usuarios cuentan con el acompañamiento de un equipo interdisciplinario del hospital que promueve el desarrollo de una vida autónoma.
Este hogar está pensado para alojar a aquellos usuarios que luego de internaciones prolongadas, y por distintas circunstancias, perdieron el lazo con su familia; para posibilitarles restablecer su vínculo con la sociedad, con las posibilidades de acceso al trabajo y a una vida en comunidad afuera de la institución.
La casa, como dispositivo clínico, tiene un coordinador y un equipo de trabajo, pero sin perder de vista que se apunta a promover la autonomía de los individuos, por lo que se busca que la experiencia para los usuarios sea lo más parecida al hogar de cualquier persona.
Noelia Jorgelina Ponce y Gilda Ciuni son estudiantes de Acompañante Terapéutico y se acercaron al Concejo de Rosario para presentar un proyecto que tiene como finalidad crear un dispositivo de salud mental que se llama "Casa a Medio Camino". Se trata de una propuesta que ya funciona en otras provincias como Buenos Aires y Córdoba. Por eso, buscan que la iniciativa se pueda replicar no solo en la ciudad sino también en todo el territorio santafesino.
Básicamente, las "Casas a medio camino" son dispositivos integrales de vivienda asistida con fines terapéuticos para la atención de la salud mental. Constan de un programa y una coordinación, revisten carácter transitorio y se proponen generar un espacio donde se pueda contener y preparar al sujeto-paciente para una futura reinserción social y laboral.
El proyecto se sustenta bajo la necesidad de que en los territorios hay un faltante de dispositivos de este tipo. Aplicando este tipo de hogares, se podría responder a la búsqueda de la rehabilitación social de pacientes con cierta independencia y que perdieron contacto con familiares y amigos.
La idea es brindarles contención a personas con una pre-alta de internación o que estén atravesando situaciones de depresión o duelos, para que puedan lograr allí una breve estadía, no de carácter permanente y donde, a través de talleres, puedan volver a cultivar vínculos perdidos, recuperar contactos sociales y dejar atrás la etiqueta de "pacientes".
Si bien en la provincia de Santa Fe existen dispositivos de salud mental creados desde 2013, que establecen estas residencias y que hasta el 2019 había en Rosario un listado de 13 viviendas, las autoras del proyecto señalan que "no funcionan como deberían".
Las "Casas de medio camino" forman parte de una serie de alternativas a la institución manicomial planteadas por la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657, siendo los dispositivos modelo de las políticas de desinstitucionalización de los usuarios de los servicios de salud mental.
Los por qué
Noelia Ponce contó que la idea surge primeramente por un recorrido que tiene que ver con su carrera de Musicoterapia, donde vio y recorrió diferentes lugares de padecimiento mental como geriátricos, psiquiátricos, entre otros. "Así surge mi interés por tratar de sustituir de alguna manera todos esos lugares de encierro de salud mental y sumarme al proceso de desmanicomialización", contó a Mirador Provincial.
Ponce, que además es estudiante de la carrera de Acompañante Terapéutico y coordinadora del equipo interdisciplinario en la clínica psiquiátrica Plaza, de la localidad de San Nicolás, se unió a Gilda Ciuni -también estudiante de la misma carrera- para encarar juntas el proyecto de "Casa a medio camino".
Ambas explicaron a este medio que la diferencia puntual con los psiquiátricos es que "la persona decide por sí misma internarse en estos lugares, mientras que en un psiquiátrico es derivado y sin consentimiento".
Otra diferencia que destacaron es que "se nombra a un paciente en un psiquiátrico", mientras que en una Casa a Medio Camino "sería un huésped". Es decir, "sería una casa donde se conviva con otros que están llevando a cabo un proceso de duelo, desórdenes alimenticios, depresión, entre tantas otras problemáticas", detalló Ponce.
Este proyecto viene a ofrecer la posibilidad de un espacio "intermedio" entre el alta y la vuelta a la sociedad, es decir, la reinserción. Para ello, se contaría con el aval de un psiquiatra que "dispondría" que la persona puede ir a convivir a este tipo de hogares, previo a que pueda independizarse por completo.
La iniciativa procura que en cada casa no haya más de 10 u 12 personas y que los que se instalan en las viviendas, de entre 18 y 60 años, no pasen un lapso de tiempo superior al año, en pos de que no se vuelva una residencia crónica. En cada casa habría diferentes profesionales, especialistas, un equipo interdisciplinario acorde a las necesidades de las personas.
Desde la mirada de Gilda Ciuni la motivación que lleva el proyecto es "la falta de lugares que hay en la provincia". "La gente que tiene algún problema es difícil que tenga acceso a algo; hay que recurrir a una internación -con todo lo que conlleva-, que quizás no sea tan severo. No hay nada intermedio".
El tema de salud mental parece una "mala palabra". "Esto quedó siempre en un décimo plano y ni hablar de personas que ya están internadas que al salir les cuesta horrores reinsertarse socialmente", afirmó Ciuni.
En una "Casa a medio camino", las personas se cocinarían, tomarían su medicación, pero estarían constantemente siendo evaluadas para ver si son capaces de vivir solas. Tendrían salidas con acompañamiento hasta que tengan su alta definitiva. Esto estaría sujeto a personas que quizás no están para internación, pero que no pueden vivir solas como, por ejemplo, "alguien que perdió un familiar y atraviesa un duelo muy fuerte", destacó Ponce.
El rol del Estado
Las autoras del proyecto pretenden que la idea se replique a nivel provincial, porque "no existe este tipo de hogares en el territorio". Se trata de una casa "con mirada terapéutica" y solamente hay en "Entre Ríos, Mendoza y Córdoba únicamente".
Ante un interés concreto por parte del Concejo de Rosario, la Municipalidad y el gobierno de la provincia de Santa Fe, Ponce y Ciuni se entusiasman. Ellas estiman que el puntapié inicial habría que darlo primero con "una casa que sea punto de referencia a nivel regional". Pretenden que esta sea "un foco para que los hogares se vayan multiplicando por todo el territorio santafesino".
Señalan que para el Estado no se trataría de una inversión descomunal, sino que sería una inversión que se podría subsidiar sin ninguna complicación. Aunque hay instituciones similares que son privadas, las autoras de la iniciativa creen que la participación estatal sería clave para poder darle un marco formal duradero.
Recientemente las contactaron "desde la dirección de Salud Mental de la Provincia, con lo cual vemos que hay, en principio, un interés real por avanzar con este proyecto que creemos que sería un gran avance en la materia y que ayudaría a muchísimas personas a transitar su reinserción social y laboral de un modo más ameno y humano", expresaron.
Casos testigos
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires inauguró en diciembre de 2015 la Casa de Medio Camino "Pedro Goyena". Se trata de un hogar para mujeres que padecen problemas de salud mental embarazadas o con hijos pequeños.
Allí viven las mujeres junto a sus hijos e hijas, temporalmente, hasta que logran autonomía y puedan valerse por sí mismas. De esta manera, no se desvinculan de sus hijos/as durante el tratamiento. Se trabaja reforzando los vínculos familiares y capacitándolas, inclusive laboralmente, para que en un futuro no muy lejano disfruten de plena autonomía.
A modo de ejemplo, este hogar cuenta con dos pisos: la planta baja cuenta con habitaciones individuales con cunas para bebés, estar, baños, un patio. El primer piso tiene tres habitaciones grandes con cocina comedor, living, baños, lavadero y balcón terraza.
En abril del 2018 se inauguró la primera Casa de Medio Camino del hospital Escuela de Salud Mental de la localidad de Paraná, Entre Ríos. El espacio donde funciona el dispositivo clínico-comunitario está compuesto por tres habitaciones, tres baños, cochera, lavadero, patio, churrasquera, cocina, living y comedor; donde los usuarios cuentan con el acompañamiento de un equipo interdisciplinario del hospital que promueve el desarrollo de una vida autónoma.
Este hogar está pensado para alojar a aquellos usuarios que luego de internaciones prolongadas, y por distintas circunstancias, perdieron el lazo con su familia; para posibilitarles restablecer su vínculo con la sociedad, con las posibilidades de acceso al trabajo y a una vida en comunidad afuera de la institución.
La casa, como dispositivo clínico, tiene un coordinador y un equipo de trabajo, pero sin perder de vista que se apunta a promover la autonomía de los individuos, por lo que se busca que la experiencia para los usuarios sea lo más parecida al hogar de cualquier persona.
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