Rosario Central se trajo de Venezuela dos muy malas noticias en las valijas. El empate frente al débil Caracas FC habla por sí solo. En la previa, los “canallas” sacaban cuentas de cuántos goles necesitaban convertirle al conjunto venezolano para quedar bien posicionados de cara a la definición del Grupo G de la Copa Libertadores, tomando en cuenta que Atlético Mineiro le había metido cuatro en su propia cancha y Peñarol le había facturado cinco en Montevideo.

Después del partido, las caras lo decían todo en la delegación “auriazul”: Central apenas pudo rescatar un empate, luego de ir perdiendo durante gran parte del juego. Pero eso no fue todo. Mientras el equipo de Miguel Ángel Russo hacía esfuerzos para igualar el encuentro en la capital venezolana, Conmebol emitía un comunicado oficial en el que confirmaba una dura sanción para el club rosarino con vistas a los dos próximos duelos de Libertadores en el “Gigante” de Arroyito.

Un triste punto

El pibe Módica salvó a Central del papelón este martes por la noche. Tras su ingreso en el segundo tiempo, le dio algo más de profundidad al equipo rosarino y cuando todo empezaba a ser desesperación, capturó un pase filtrado y definió con serenidad ante la salida del buen arquero Fariñez. Los “canallas” respiraron aliviados y fueron a buscar la victoria, que casi llega con el tremendo zapatazo de Jonatan Gómez que reventó el travesaño. Pero también es cierto que el modestísimo Caracas pudo quedarse con el triunfo si acertaba alguna de las contras que tuvo cuando Central salió a buscar el empate en forma desordenada.

“Vamos a ver cuánto vale este punto al final de esta fase de grupos, ahora intentaremos hacerlo valer con los dos partidos que tenemos en nuestra cancha”, reflexionó el entrenador Miguel Ángel Russo en la conferencia de prensa. “Cometimos errores que en Copa Libertadores te cuestan caro, pero me quedo con las ganas de revertir el resultado que mostramos en el segundo tiempo, eso me deja bastante tranquilo”, agregó.

La realidad es que Russo y sus jugadores estaban bastante golpeados por un resultado que no esperaban. Como viene desarrollándose hasta aquí el Grupo G de la Copa, parece difícil que Caracas pueda robarle puntos a Mineiro y a Peñarol, como lo hizo con Central este martes en Venezuela. Hay dos conclusiones que siguen vigentes en el equipo rosarino: que le siguen costando muchísimo ganar de visitante y que le cuesta mucho más cuando tiene la responsabilidad de ser protagonista del juego, como ocurrió frente a Caracas.

Por ahora, el empate le sirve a Central para trepar a la segunda posición del grupo, con 4 puntos, beneficiado por el triunfo de Atlético Mineiro sobre Peñarol, por 3 a 2 en Belo Horizonte. Pero ahora la proyección indica que los dirigidos por Russo deberían ganar los dos próximos duelos de local, frente a Mineiro y Caracas, e ir a jugarse la clasificación a Uruguay contra Peñarol.

Un mazazo

Los dirigentes de Rosario Central que viajaron a Venezuela no salían de su estupor el martes por la noche cuando se enteraron de la sanción que Conmebol le había aplicado a la institución rosarina por los graves incidentes ocurridos en la primera fecha del grupo, cuando el “Canalla” recibió a Peñarol en el “Gigante” de Arroyito. Hubo agresiones entre las dos hinchadas, que ocuparon dos tribunas de la misma cabecera. Pero lo más grave para Central fue el piedrazo arrojado por un plateísta, que dio en la cara de uno de los futbolistas uruguayos, que terminó con el rostro ensangrentado frente a las cámaras de televisión.

Concretamente, la Confederación Sudamericana de Fútbol oficializó la resolución de la Comisión Disciplinaria, que indica que Rosario Central deberá disputar el encuentro del próximo 7 de mayo, ante Atlético Mineiro de Brasil, sin público y a puertas cerradas en el “Gigante” de Arroyito. Además, la tribuna cabecera sur estará clausurada en el partido siguiente, ante Caracas, y sólo podrá haber un espacio para público visitante. Para Central esto es un mazazo, ya que el equipo de Russo se hace muy fuerte en su cancha, empujado por el fervor de su hinchada.

En tanto, la entidad máxima del fútbol de Sudamérica determinó que el club rosarino deberá pagar una multa de 55 mil dólares y su presidente, Gonzalo Belloso, otros 5 mil, por los hechos de violencia en la primera fecha en la visita del elenco uruguayo, cuando, entre otros disturbios, el jugador Maximiliano Olivera resultó herido y ensangrentado en su rostro al ser alcanzado por un piedrazo arrojado desde la tribuna.

Por ese hecho puntual ya fue detenido y luego imputado un socio canalla de 51 años, señalado como autor del piedrazo a partir de un relevamiento fílmico aportado por las cámaras de seguridad del estadio.