Amanda Paccotti.
Foto:Gentileza: diario La Capital.
Lucía Dozo
[email protected]
Una experiencia marca la infancia de Amanda Paccotti. De chica aprovechó el movimiento del recreo para escaparse de la escuela, un lugar en el que -recuerda- "no se sentía reconocida". Unos días después, atentos a ese hecho, sus padres la inscribirían en la histórica escuela N° 69 de barrio Alberdi "Dr. Gabriel Carrasco". Cursaba segundo grado cuando en 1950 exoneraron a Olga Cossettini de su cargo de directora. Pero Amanda pudo, aun así, conocer como alumna la experiencia de la Escuela Viva, el proyecto pedagógico que lideraron las hermanas Olga y Leticia Cossettini entre 1935 y 1950.
Amanda es una de las herederas y difusoras del "legado Cossettini": "Olga me mostró la importancia de la responsabilidad ciudadana. Educó a un maestro que pensara en términos de solidaridad, de cooperativismo, de compromiso cívico. Atesoro uno de sus últimos mensajes en el que me decía: "Se tiene la responsabilidad de devolver lo que fue recibido". Este pasado que Olga nos legó nos sirve para nutrir el presente porque aquellas maestras fueron capaces de ver más allá de las puertas de la escuela", señala.
Recientemente el Concejo Municipal aprobó la iniciativa impulsada por la concejala Mónica Ferrero, del bloque Socialista, a quien acompañaron sus pares de bancada, Verónica Irizar y Lorena Carbajal; Susana Rueda, de Rosario Progresista; Lisandro Zeno, del Partido Demócrata Progresista, y Fabrizio Fiatti, de Creo. Así, declararon ciudadana distinguida a la reconocida educadora Amanda Paccotti, por "su trayectoria docente y su trascendencia nacional e internacional en la materia" además de "su trabajo incansable por difundir los principios de la Escuela Nueva de Leticia y Olga Cossettini y la puesta en valor de una visión latinoamericanista de la educación". La distinción será otorgada en un acto público que se llevará a cabo en fecha a designar.
"Me alegra y me esperanza que en este momento el Concejo de la ciudad haya pensado en la educación. Es una realidad que infancias, juventudes, educación y cultura no existen en ninguna agenda política en este momento. Hay un gran abandono. Por eso el debate hoy es qué hace la escuela y cómo puede enfrentar esta nueva realidad", expresó Amanda en diálogo con Mirador Provincial.
"Yo propongo rescatar la ternura -agrega-. Necesitamos una escuela que cobije, que escuche, que dé la palabra. Con la pandemia desaparecieron los centros de estudiantes y los chicos perdieron su voz. Esta mención a una maestra genera un revuelo que vuelve a poner en boca de la gente estas problemáticas".
Desde 1962 hasta 1981, Amanda se desempeñó como maestra de grado en el Instituto Fisherton de Educación Integral, donde asumió la vicedirección en 1982 y la dirección desde 1983 hasta 1990. En esa institución fue además asesora en Expresión Creadora.
Vivió diez años en Ferney Voltaire, Francia, donde colaboró con la Bibliothèque pour tous y en Ginebra, con la Asociación Amigos del Dr Janusz Korczak. Durante cinco años, en Lima, colaboró con el Movimiento de Educación Popular Fe y Alegría. En 2002 obtuvo un Diplomado de Proyectos Educativos y Cultura de Paz en la Universidad Católica de Lima, Perú.
Desde 2012 es miembro del Consejo Latinoamericano de Educación por el Arte (CLEA) y desde 2010 es Secretaria de Prensa y Difusión de la Biblioteca Popular "Juan B Alberdi" de Rosario.
Red Cossettini
La Red Cossettini empezó a gestarse luego de la muerte de Olga Cossettini, en mayo de 1987, y se impulsó con la realización de la película de Mario Piazza "La escuela de la señorita Olga" (1991). Las actividades que promueve la Red tienen que ver con difundir y visibilizar la obra y el trabajo de las hermanas y ponerlos en contacto con otros educadores, dando lugar a nuevas propuestas, actividades e historias.
Desde el año 2006, Amanda organiza y coordina la Red Cossettini: "La impulsamos a todo pulmón y fue creciendo a lo largo y a lo ancho de Latinoamérica. Lo bueno de la pandemia es que nos ayudó a expandir nuestras fronteras y pudimos llegar a otras voces latinoamericanas, muchas veces olvidadas".
Amanda está convencida (y confía plenamente en ello) de que el cambio en las formas de enseñar y aprender ya está en marcha y que es preciso en estos tiempos singulares reunir y unir experiencias exitosas latinoamericanas, dar inicio a nuevas prácticas escolares y sostener proyectos pedagógicos innovadores para devolver la alegría y la motivación de aprender y enseñar, tanto a los alumnos como a sus maestros.
"No reconocí en su momento lo que me había brindado la escuela primaria, pero me quedó en claro el día que murió Olga. Como éramos vecinas, nunca corté mi vínculo con ella y cada Día del maestro era un pasar, una florcita; Olga era una persona muy enfocada en su proyecto educativo, la estética era un medio para llegar más allá. Hoy difundimos ese legado".
El legado Cossettini
Victoria Olga Cossettini nació el 18 de agosto de 1898 en San Jorge, Santa Fe. Tuvo una infancia campesina y en la adolescencia viajó a Coronda a estudiar magisterio. Se recibió de Maestra Normal Rural en 1914 y su primer trabajo fue en una pequeña escuela de Sunchales. Pronto regresó a Rafaela, a trabajar en la escuela primaria del Normal Nº 4 "Domingo de Oro".
Hacia 1930 ascendió al puesto de regenta y fue ahí cuando emprendió un proyecto de profundas reformas en los programas educativos, basadas en nuevas técnicas de enseñanza, que presentó en el Primer Congreso Pedagógico de Escuelas Normales Provinciales. La resistencia a sus ideas en Rafaela hizo que Cossettini solicitara el traslado. Su nuevo destino fue la escuela "Dr. Gabriel Carrasco" de Rosario, donde, junto a su hermana Leticia, permanente colaboradora en este proyecto, y al cuerpo docente, inicia la aplicación de los centros de interés y de la "Escuela Serena", también llamada "Escuela Activa". La experiencia se basaba en el protagonismo de los alumnos en los aprendizajes, considerándolos no solo destinatarios sino sujetos activos.
Olga transformó los formatos ortodoxos de la educación potenciando la estimulación y la creatividad de los niños. Fue pionera de la idea de que los estudiantes tengan contacto con la naturaleza e impulsó las famosas excursiones a parques y plazas.
En 1940 fue becada por la Fundación Guggenheim de Estados Unidos, y en el 46 integró la representación argentina que participó del Congreso Americano de Maestros, realizado en México. Además, formó parte de la Junta Ejecutiva de la Comisión homenaje de la Ley 1.420, como secretaria. En 1949 fue designada para dictar cursos de actualización en la "Escuela de Verano" de Chile.
Transcurrieron más de nueve décadas y el modelo de escuela ideado por Olga Cossettini conserva aún su valor. Su propuesta de considerar a la educación desde un sentido amplio e innovador, priorizando la experiencia y la solidaridad, consiguió conformar uno de los proyectos de enseñanza que marcaron la educación argentina del siglo XX.
Quebrar la barrera del enciclopedismo que proponía la escuela tradicional y pensar que los niños podían aprender saberes más allá de los métodos clásicos, fomentando las libertades y la imaginación, fue uno de sus objetivos como docente, que dejó plasmado en su libro "La escuela viva", de 1945.
Olga murió en Rosario el 24 de mayo de 1987. Su casa en barrio Alberdi fue adquirida por la provincia en 2019. Se espera que se transforme en un espacio de formación, discusión y difusión de las buenas experiencias pedagógicas.
"Yo propongo rescatar la ternura -agrega-. Necesitamos una escuela que cobije, que escuche, que dé la palabra. Con la pandemia desaparecieron los centros de estudiantes y los chicos perdieron su voz. Esta mención a una maestra genera un revuelo que vuelve a poner en boca de la gente estas problemáticas".
Amanda está convencida (y confía plenamente en ello) de que el cambio en las formas de enseñar y aprender ya está en marcha y que es preciso en estos tiempos singulares reunir y unir experiencias exitosas latinoamericanas, dar inicio a nuevas prácticas escolares y sostener proyectos pedagógicos innovadores.
[email protected]
Una experiencia marca la infancia de Amanda Paccotti. De chica aprovechó el movimiento del recreo para escaparse de la escuela, un lugar en el que -recuerda- "no se sentía reconocida". Unos días después, atentos a ese hecho, sus padres la inscribirían en la histórica escuela N° 69 de barrio Alberdi "Dr. Gabriel Carrasco". Cursaba segundo grado cuando en 1950 exoneraron a Olga Cossettini de su cargo de directora. Pero Amanda pudo, aun así, conocer como alumna la experiencia de la Escuela Viva, el proyecto pedagógico que lideraron las hermanas Olga y Leticia Cossettini entre 1935 y 1950.
Amanda es una de las herederas y difusoras del "legado Cossettini": "Olga me mostró la importancia de la responsabilidad ciudadana. Educó a un maestro que pensara en términos de solidaridad, de cooperativismo, de compromiso cívico. Atesoro uno de sus últimos mensajes en el que me decía: "Se tiene la responsabilidad de devolver lo que fue recibido". Este pasado que Olga nos legó nos sirve para nutrir el presente porque aquellas maestras fueron capaces de ver más allá de las puertas de la escuela", señala.
Recientemente el Concejo Municipal aprobó la iniciativa impulsada por la concejala Mónica Ferrero, del bloque Socialista, a quien acompañaron sus pares de bancada, Verónica Irizar y Lorena Carbajal; Susana Rueda, de Rosario Progresista; Lisandro Zeno, del Partido Demócrata Progresista, y Fabrizio Fiatti, de Creo. Así, declararon ciudadana distinguida a la reconocida educadora Amanda Paccotti, por "su trayectoria docente y su trascendencia nacional e internacional en la materia" además de "su trabajo incansable por difundir los principios de la Escuela Nueva de Leticia y Olga Cossettini y la puesta en valor de una visión latinoamericanista de la educación". La distinción será otorgada en un acto público que se llevará a cabo en fecha a designar.
"Me alegra y me esperanza que en este momento el Concejo de la ciudad haya pensado en la educación. Es una realidad que infancias, juventudes, educación y cultura no existen en ninguna agenda política en este momento. Hay un gran abandono. Por eso el debate hoy es qué hace la escuela y cómo puede enfrentar esta nueva realidad", expresó Amanda en diálogo con Mirador Provincial.
"Yo propongo rescatar la ternura -agrega-. Necesitamos una escuela que cobije, que escuche, que dé la palabra. Con la pandemia desaparecieron los centros de estudiantes y los chicos perdieron su voz. Esta mención a una maestra genera un revuelo que vuelve a poner en boca de la gente estas problemáticas".
Desde 1962 hasta 1981, Amanda se desempeñó como maestra de grado en el Instituto Fisherton de Educación Integral, donde asumió la vicedirección en 1982 y la dirección desde 1983 hasta 1990. En esa institución fue además asesora en Expresión Creadora.
Vivió diez años en Ferney Voltaire, Francia, donde colaboró con la Bibliothèque pour tous y en Ginebra, con la Asociación Amigos del Dr Janusz Korczak. Durante cinco años, en Lima, colaboró con el Movimiento de Educación Popular Fe y Alegría. En 2002 obtuvo un Diplomado de Proyectos Educativos y Cultura de Paz en la Universidad Católica de Lima, Perú.
Desde 2012 es miembro del Consejo Latinoamericano de Educación por el Arte (CLEA) y desde 2010 es Secretaria de Prensa y Difusión de la Biblioteca Popular "Juan B Alberdi" de Rosario.
Red Cossettini
La Red Cossettini empezó a gestarse luego de la muerte de Olga Cossettini, en mayo de 1987, y se impulsó con la realización de la película de Mario Piazza "La escuela de la señorita Olga" (1991). Las actividades que promueve la Red tienen que ver con difundir y visibilizar la obra y el trabajo de las hermanas y ponerlos en contacto con otros educadores, dando lugar a nuevas propuestas, actividades e historias.
Desde el año 2006, Amanda organiza y coordina la Red Cossettini: "La impulsamos a todo pulmón y fue creciendo a lo largo y a lo ancho de Latinoamérica. Lo bueno de la pandemia es que nos ayudó a expandir nuestras fronteras y pudimos llegar a otras voces latinoamericanas, muchas veces olvidadas".
Amanda está convencida (y confía plenamente en ello) de que el cambio en las formas de enseñar y aprender ya está en marcha y que es preciso en estos tiempos singulares reunir y unir experiencias exitosas latinoamericanas, dar inicio a nuevas prácticas escolares y sostener proyectos pedagógicos innovadores para devolver la alegría y la motivación de aprender y enseñar, tanto a los alumnos como a sus maestros.
"No reconocí en su momento lo que me había brindado la escuela primaria, pero me quedó en claro el día que murió Olga. Como éramos vecinas, nunca corté mi vínculo con ella y cada Día del maestro era un pasar, una florcita; Olga era una persona muy enfocada en su proyecto educativo, la estética era un medio para llegar más allá. Hoy difundimos ese legado".
El legado Cossettini
Victoria Olga Cossettini nació el 18 de agosto de 1898 en San Jorge, Santa Fe. Tuvo una infancia campesina y en la adolescencia viajó a Coronda a estudiar magisterio. Se recibió de Maestra Normal Rural en 1914 y su primer trabajo fue en una pequeña escuela de Sunchales. Pronto regresó a Rafaela, a trabajar en la escuela primaria del Normal Nº 4 "Domingo de Oro".
Hacia 1930 ascendió al puesto de regenta y fue ahí cuando emprendió un proyecto de profundas reformas en los programas educativos, basadas en nuevas técnicas de enseñanza, que presentó en el Primer Congreso Pedagógico de Escuelas Normales Provinciales. La resistencia a sus ideas en Rafaela hizo que Cossettini solicitara el traslado. Su nuevo destino fue la escuela "Dr. Gabriel Carrasco" de Rosario, donde, junto a su hermana Leticia, permanente colaboradora en este proyecto, y al cuerpo docente, inicia la aplicación de los centros de interés y de la "Escuela Serena", también llamada "Escuela Activa". La experiencia se basaba en el protagonismo de los alumnos en los aprendizajes, considerándolos no solo destinatarios sino sujetos activos.
Olga transformó los formatos ortodoxos de la educación potenciando la estimulación y la creatividad de los niños. Fue pionera de la idea de que los estudiantes tengan contacto con la naturaleza e impulsó las famosas excursiones a parques y plazas.
En 1940 fue becada por la Fundación Guggenheim de Estados Unidos, y en el 46 integró la representación argentina que participó del Congreso Americano de Maestros, realizado en México. Además, formó parte de la Junta Ejecutiva de la Comisión homenaje de la Ley 1.420, como secretaria. En 1949 fue designada para dictar cursos de actualización en la "Escuela de Verano" de Chile.
Transcurrieron más de nueve décadas y el modelo de escuela ideado por Olga Cossettini conserva aún su valor. Su propuesta de considerar a la educación desde un sentido amplio e innovador, priorizando la experiencia y la solidaridad, consiguió conformar uno de los proyectos de enseñanza que marcaron la educación argentina del siglo XX.
Quebrar la barrera del enciclopedismo que proponía la escuela tradicional y pensar que los niños podían aprender saberes más allá de los métodos clásicos, fomentando las libertades y la imaginación, fue uno de sus objetivos como docente, que dejó plasmado en su libro "La escuela viva", de 1945.
Olga murió en Rosario el 24 de mayo de 1987. Su casa en barrio Alberdi fue adquirida por la provincia en 2019. Se espera que se transforme en un espacio de formación, discusión y difusión de las buenas experiencias pedagógicas.
"Yo propongo rescatar la ternura -agrega-. Necesitamos una escuela que cobije, que escuche, que dé la palabra. Con la pandemia desaparecieron los centros de estudiantes y los chicos perdieron su voz. Esta mención a una maestra genera un revuelo que vuelve a poner en boca de la gente estas problemáticas".
Amanda está convencida (y confía plenamente en ello) de que el cambio en las formas de enseñar y aprender ya está en marcha y que es preciso en estos tiempos singulares reunir y unir experiencias exitosas latinoamericanas, dar inicio a nuevas prácticas escolares y sostener proyectos pedagógicos innovadores.
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A fines del año pasado, salió al mercado editorial el libro Las Sombras, de la poeta santafesina Agustina Lescano, que actualmente vive y trabaja en Brasil. El libro de poesía fue editado por la entrerriana “Azogue Libros”. En diálogo con Mirador Provincial abordamos el último libro, su vida en Río de Janeiro, y sus proyectos a futuro.
Un balance de las actividades culturales realizadas a lo largo de 2024 en todo el territorio provincial. Música, teatro, festivales y un gran acompañamiento de los santafesinos se reflejó durante el último año. “Con ingenio y creatividad trabajamos para mantener viva la cultura en Santa Fe”, expresó la ministra Susana Rueda.
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